domingo, 4 de marzo de 2012

La nada no existe sino en el corazón árido de las criaturas sin fe...


¡Mis criaturas!
¡Nadie se desvanece en la nada! La nada no existe sino en los corazones áridos de las criaturas sin fe: la nada está en aquel que no cree y se siente solo, sin ninguna meta.
El hombre llega a la tierra de paso, para ser probado, tiene los medios para creer, si quiere, tiene mente y corazón.
El que se pierde y no en la nada, sino en la tiniebla eterna, se pierde por su voluntad, porque Yo, Jesús, vine para traer la Redención, para que no se pierda ninguno en las tinieblas.
¡Para todos es la prueba, todos tienen el modo de salvarse, a todos se les ha revelado la Verdad!

No todos quieren entender esta Verdad Mía, la que dejé y que vuelvo a recordar en el tiempo a través de Mis instrumentos. Quien se pierde lo hace por su voluntad: he ahí el libre albedrío. ¡Quien se salva lo hace por su voluntad, en la Mía! Yo vine a la tierra en aquel tiempo para que todos vinieran a Mí.

Mi Pasión para hacer comprender que el dolor es vida, Mi muerte en la Cruz, para tomar sobre Mí los pecados de la humanidad, Mi resurrección para decir a todos, y ahora también a ti, y a ti, y aun a ti: ¡resucitarás luego de tu prueba terrena!
¡Y si hubieres cumplido Mi voluntad, si hubieres amado, si hubieres dado, si fueres pobre de espíritu y rico en gracia, resucitarás en Mí, en el Padre que es luz, en el Espíritu que es amor!
¡Entonces, nadie se desvanecerá en la nada si me siguiere!
El que me sigue y camina en el sol, Mi sol es la fe, no se desvanecerá.
El que no ha hecho lo que Yo deseo y por vosotros lo deseo, por ti, y también por ti, el que no ha querido seguirme, el que no Me ama, el que Me traiciona, el que traiciona, no tendrá la vida en Mi Reino, pero nadie se desvanece: cada uno recibe el premio o el castigo, ya que la Trinidad es amor infinito, infinita comprensión e infinita justicia.
No obstante, todos han recibido los medios para vivir en Mi Reino: el Reino que ha sido creado también para vosotros que estáis pasando por la tierra. La tierra es un camino...
Y cuando perdéis o, mejor dicho, creáis haber perdido un ser querido, no penséis que se ha desvanecido en la nada. Rogad para que llegue hasta Nosotros, a la maravilla total, y sentidlo junto a vosotros, como sucede en la realidad que no veis, ¡pero que yo sé!

Yo conozco a cada uno de vosotros; Yo os conozco desde siempre y te comprendo también a ti que no crees en Mí, que dudas de Mi realidad.

¡Creerás en Mí, hermano, y Me seguirás, y caminarás Conmigo! Yo te comprendo, y acudo a tu lado para decirte: ¡ama y ten esperanza!

No has venido a la tierra para pasar y esfumarte. En ese caso, ¿para qué habrías sido creado?
No digas que no existe un Creador, no lo puedes pensar, tú comprendes que de la nada, nada puede provenir. Todo es porque la Trinidad es, porque el Creador es.
Y Observa el mundo, las criaturas, el sol, las auroras, los ocasos, las noches... ¡Y mira Mi rostro Mi Pasión, Mi Cruz!

Y mírame resucitado, inundado de luz, mira en tu interior, hermano, y Me encontrarás y Me seguirás.
Y volverás a encontrar a tus seres queridos, que te parecían perdidos, están Conmigo, o caminan hacia Mí, reza, alíviales su camino...
¡Testimonia Mi Verdad, dar la fe y, de tal modo, la esperanza, es caridad, es amor!
Tú ahora comienzas a tener esperanza, luego darás a los demás tu esperanza, y el amor seguirá adelante: ese amor activo que se llama caridad y que Yo deseo de todos, en todas sus formas:
Caridad para los espíritus, caridad para quien tiene menos que vosotros, caridad hacia los enfermos, tolerancia hacia los que no aciertan a amar, caridad hacia el que no os ama... En verdad, os digo tratad de imitar Mi vida: la vida que conduce a la Vida, allá donde no se desvanece en la nada sino que se entra en el mundo maravilloso.

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