domingo, 31 de julio de 2011

Cuando os sintáis solos, llamadme...

Cuando os sintáis solos, llamadme.


Yo siempre estoy para escuchar vuestra voz, la llamada de vuestra alma a mi disposición. Estoy Yo para escuchar vuestros pensamientos, en el silencio de vuestro corazón, que puede ser también un refugio mío, cuando encuentro en él pureza y amor.
Refugio del pecado que encuentro en el mundo…En aquel tiempo hablaba así a mis primeros seguidores. Bajo las estrellas… Las mismas estrellas, el mismo cielo…Y los mismos sentimientos que experimentaba por ellos los experimento por vosotros…


Por lo tanto ¿qué teméis? ¿La soledad? No existe. A veces es sólo aparente, pero no conseguirá nunca penetrar en vuestro espíritu porque aquí estoy Yo.
¿Qué otra cosa teméis? ¿Los hechos y las circunstancias de la vida terrena?
No temáis. Estoy Yo. Yo, para daros la fe y la esperanza, hasta la certeza de aquel mundo que no es camino sino casa.
Os encontraréis allí. Allí encontraréis todo.
El viento lleva las hojas, en el tiempo caminan los hombres… y en la eternidad todo permanece, también vosotros con vuestra naturaleza inmortal.
Así ¿qué teméis? ¿No amarme? No dudéis, porque me amáis en el prójimo, y yo estoy agradecido de este amor.
Yo, el silencioso amigo de vuestras horas negras…
Yo, que llevo la luz.

JESÚS

viernes, 29 de julio de 2011

Vosotros no podéis comprender la alegría de todos los que han llegado a Mí en gloria...

¡Mis criaturas!
¡He muerto por vosotros y he resucitado!
Y entonces, hombres que teméis la muerte, ¿por qué no pensáis, en cambio, en la vida?
¡La vida en Mi luz!
¡La única vida!
¡He sufrido y he gozado!
¡Resucitando, como Yo lo hice, gozarán los justos!
¡Y si a veces vosotros, Mis almas, Mis suspiros, pensáis en ese tránsito de la vida terrena a la eterna, entonces pensad en Mi, Jesús, que fui hombre en la carne y DIOS en el espíritu!
¡Yo, que cada instante de vuestro peregrinaje terreno estoy para ayudaros y sosteneros!
Y entonces, ¿qué es esa muerte que temen los hombres?
¡Es el paso que os conduce a vivir!
El tiempo de Mi Pasión culmina con el tiempo de Mi alegría!
Vosotros no podéis comprender la alegría de todos los que han llegado a Mí en gloria.
Los que vosotros llamáis muertos.
¡Los vivos en Mí!
¡La luz que envuelve con Mi luz a los que viven en Mí es maravilla!
¡Y entonces, bien vale cada sufrimiento terreno, de carne y de espíritu, entonces cada dolor importa mucho!

Cuando la luz os envuelva daréis gracias por toda lágrima vuestra. ¡Cada lágrima vuestra, llorada en amor hacia Mi, será una luz más para vosotros, una luz maravillosa entre tantas otras luces, que han sido, que serán las buenas obras de los humanos!

Y luces, y luces, y luces para quien ha llorado, para quien ha dado, para quien, siempre en Mi nombre, se ha sacrificado.
Y Mi nombre es Jesús, el Salvador, Aquel que ha resucitado por vosotros.

Todavía y mientras la tierra exista, a través de tiempos y tiempos, a través del bien y del mal, siempre será festejada Mi Resurrección, porque el hombre, aun cuando en Mí no creyere, quiere esperar.
Y Mi resurrección brinda esperanza también en aquellos que dudan.

¡Mis suspiros, en esta noche estoy con vosotros!
¡Resucitado!
¡Y en el nombre de Mi Padre, del Espíritu de Amor, unido a Ellos, he aquí, con Mi mano extendida para bendeciros, Mi corazón en el vuestro y el vuestro en el Mío, porque vosotros sois Yo cuando Yo soy vosotros!

domingo, 24 de julio de 2011

¿Quién creéis que soy yo?

Hace siglos que repito esta pregunta, y recibo muy diversas respuestas:

“¿Quién creéis que soy yo?”

– “Nunca he pensado en ti…”
– “Un profeta”
– “Un hombre justo”
– Uno que decía cosas no verdaderas”
– “Un exaltado que hacía creer que era Dios”

“Dios, el Hijo de Dios, venido en medio de los hombres para mostrarse con rostro humano, para mirar cada alma con ojos de misericordia.”
La última respuesta es la verdadera, pero todavía ahora formulo la pregunta, y se me dan respuestas equivocadas.


¿Quién creéis entonces que soy Yo? Desde hace siglos es actual mi Palabra, aunque no hayáis visto los milagros de entonces ni los de ahora, porque no sabéis verlos. Aunque no me hayáis visto crucificado, ni me hayáis visto resucitar, tenéis muchas pruebas de mi vida terrena, vida como hombre y vida como Dios. ¿Quién creéis que soy Yo? Soy aquél que detiene el viento, que manda su aliento a inspirar sobre las almas puras, soy aquél que habla en vosotros y os trae la vida interior. Soy el Rey más pobre, que ha estado en la tierra como pobre, para demostrar a todos vosotros que no son los bienes materiales los que cuentan, sino lo que es del espíritu.
Soy aquél que, en el silencio de tu dolor, te ha hablado. Soy el que comprende y consuela. Dios Padre ha creado la humanidad y ha bajado a ella como Hijo, para ser hermano. El Espíritu nos ha unido siempre y Yo, siendo hombre, hacía milagros como Dios. Los milagros de entonces os podrán parecer fábulas. Mirad entonces lo de ahora. Soy realidad, como realidad son estas palabras mías de siempre, que ahora os renuevo. Y como este mundo es muy oscuro, muchos no tienen fe; muchos piensan sólo en lo que es materia, y la Iglesia no ha sufrido nunca como sufre ahora. Mi Palabra. Siempre actual, siempre viva, también en este vuestro tiempo, en el que tratan de cambiarla.

Mi historia es siempre actual, aunque traten de hacer de ella una fábula del pasado. ¿Quién creéis que soy Yo? Soy el que os ha dicho: “Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado y os amo.”

jueves, 21 de julio de 2011

Nuestros Padres...

Padres héroes y madres heroínas del hogar…
Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos…


Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar
todo el tiempo, protesta bajito
y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza…

La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con la empleada…


Que hicieron papa y mama para envejecer de un
momento a otro?

Envejecieron... 
Nuestros padres envejecieron.
Nadie nos había preparado para esto…


Un bello día ellos pierden la compostura, se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías bobas…


Están cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo: ahora llego el momento de ellos de ser cuidados y mimados por nosotros…


Tienen muchos kilómetros andados y saben todo, y lo que no saben lo inventan…

No hacen mas planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras, como comer a escondidas todo lo que el médico le prohibió…


Tienen manchas en la piel.
De repente están tristes.
Más no están caducos: caducos están los hijos,
que rechazan aceptar el ciclo de la vida…

Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas
 ya no están con el control de la situación.

Con nuestros  enojos, solo provocamos más tristeza a aquellos que un día solo procuraron darnos alegrías…


Por que no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros? Cuantas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros, medicando, cuidando y midiendo fiebres !!


Hagamos por ellos hoy lo mejor, lo máximo que podemos, para que mañana cuando ellos ya no estén mas...

... podamos recordarlos con cariño, de sus sonrisas de alegría y no de las lagrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.

AL FINAL, NUESTROS HÉROES DE AYER...

SERAN NUESTROS HEROES ETERNAMENTE ...


GRACIAS!!!!!

lunes, 18 de julio de 2011

Callar es amar...

¿Cuántas veces tenemos ganas de decir, de criticar, de negar, de oponernos, de resistirnos, de imponer nuestro particular punto de vista? Es como un fuego interior, irresistible, el que nos grita. ¡No puedes dejar las cosas así! ¡Es que te están tomando de tonto! En muchas ocasiones, estos impulsos están motivados por el amor propio, mejor dicho, el egoísmo que nos invita a no quedar jamás sin poner la última palabra o dejar en claro que no estamos de acuerdo.
Callar, eso si que es difícil. Callar cuando creemos comprender lo que ocurre, más difícil todavía. ¿Y en que medida conocemos realmente la motivación de aquellos a quienes queremos criticar, o aconsejar, o corregir? ¿En qué medida podemos juzgar a los demás? Las más de las veces tomamos posiciones que, con los años, juzgamos como equivocadas. ¡Que equivocado estaba entonces!, solemos exclamar. ¡Si hubiera sido capaz de guardar silencio!
Me refiero hoy a esa enorme llave del amor, que es el silencio, la humildad de callar y privarnos de pasar a la primera fila, de tomar el micrófono y decir todo lo que pensamos. El poder simplemente observar a los demás, escucharlos, e intervenir sólo cuando tenemos algo positivo para dar, seguros de no estar simplemente tratando de decir algo, de tener nuestro “papel protagónico” bien cubierto.
Callar es sacrificio, es amor. No hacer, privarnos de figurar, son gestos muy interiores, que sólo Dios ve y valora. ¿Quién más puede ver lo que está pasando en nuestro interior, si a nadie lo contamos? Ese silencio es una gigantesca muestra de fe, es entregar a Dios ese sacrificio, sabiendo que El lo ve y lo valora. Dios toma esas muestras de amor y las pone en su alhajero, a buen recaudo de los ojos de los hombres. ¿Que hombre, acaso, es testigo de esos actos de heroísmo interior? Nadie, sólo Dios los ve.
A veces pensamos que nuestro servicio a Dios incluye lo que los demás piensan de nosotros, el juicio que tienen de nuestros actos. No es así. Dios ve nuestro corazón y busca aquello que es sincero, profundo y puro. Si la gente, con juicios del todo humanos, ve en nosotros algo que no somos en realidad, no debemos preocuparnos por la opinión de Dios. El ve las cosas como realmente son, ya que las más de las veces es la hipocresía lo que impulsa los actos de las personas. El Señor, el Justo de los Justos, puro Amor y Misericordia, ve el mundo de modo muy distinto. El quiere que le demos sacrificios interiores, que vayan purificando nuestra alma de las necesidades de figuración y protagonismo, que llenan nuestro corazón de vanidad y egoísmo.
El verdadero heroísmo es el de aquellos que pueden callar, esperar, y privarse de las necesidades propias, en beneficio de los demás. Es una gran muestra de amor, que florece también en nuestra relación con quienes nos rodean. ¿Acaso nosotros mismos no nos sentimos incómodos con aquellos que opinan sobre todo, y nos critican, aconsejan, corrigen y enseñan sobre todo en todo momento?
Sin embargo, no siempre nos irá bien practicando el silencio y la humildad. Algunas veces podremos ser incomprendidos, o malentendidos. Pero es Dios el que conoce la motivación que anida en nuestro corazón en esos momentos. Y El se hará cargo de nuestras necesidades, como siempre, en el instante oportuno.
Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti. Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante, necesitado de pequeños gestos que te recuerden la humildad y el silencio de Tu Madre, en la pequeña casita de Nazaret. Ella, la más perfecta Criatura surgida del Amor de Tu Padre, guardó silencio desde el día en que el Ángel le anunció Tu venida, hasta aquella tarde en que te vio morir en la Cruz. Tú también guardaste silencio ese día. Ahora, Señor, enséñanos a callar, a esperar, a amar.

Fuente: Reina del Cielo

martes, 12 de julio de 2011

Tarde te amé... San Agustín

Tarde te amé,
¡hermosura tan antigua y tan nueva!
Tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí,
pero yo andaba fuera de mi mismo,
y allá afuera te andaba buscando,
me lanzaba deforme
 entre las bellezas que tú creaste.
Tú estabas conmigo pero yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de ti cosas
que no existirían si no existieran en ti.
Pero tú me llamaste,
y más tarde me gritaste,
hasta romper finalmente mi sordera.
Con tu fulgor espléndido,
pusiste en fuga mi ceguera.
Tu fragancia penetró en mi respiración
y ahora suspiro por ti.
Guste tu sabor y por eso ahora
tengo más hambre y más sed de ese gusto.
Me tocaste, y con tu tacto
me encendiste en tu paz...


San Agustín (354-430)
Confesiones, Libro 10, cap. 27

domingo, 10 de julio de 2011

¿Qué hay en el más allá?

Criaturas Mías, a través de todos los tiempos del hombre Yo conocí a todas Mis criaturas, y a cada una de ellas les di una misión.
¡A unos más difícil, a otros más importante, a otros más fácil!
A vosotros os di una tarea importante, ya que vosotros obráis para el espíritu de los que vienen a vosotros, y el espíritu es la esencia del hombre.
¡A menudo el hombre lo olvida y entonces intervengo Yo con un suceso que lo atañe en persona o con "grandes acontecimientos"... y el hombre vuelve a su espíritu, de nuevo lo siente y recuerda que lo que tiene valor siempre es lo que permanece, nunca lo pasajero, ya que en la tierra todo pasa y el hombre percibe en la eternidad lo que vale la Verdad y el objetivo de su salida de la tierra!
Y entonces, una vez más os digo: “felices los que sufren...” ¡Ellos son los que saben encontrar en el sufrimiento los verdaderos valores del espíritu y aprender a mirar más allá!
¡Y “más allá" está la Verdad, “más allá" está la vida! Más allá estoy Yo, estamos Nosotros Trinidad.
¡Amor para dar al que ha llorado, al que ha padecido, “más allá” están los brazos maternos de Myriam, “más allá" está Su sonrisa, "más allá" está la eternidad otorgada a cada criatura que ha sabido en la tierra hacer de su sufrimiento un don de bondad a los demás, “más allá" están los Ángeles!


JESÚS TE ESPERA

sábado, 9 de julio de 2011

Hoy murió Facundo Cabral...

En el día de la Independencia de la República Argentina, se fue un ser extraordinario, libre y genuinamente independiente.

Que nuestro señor Jesucristo te reciba en su santa gloria junto a la Madre Teresa, a la que tanto admirabas...

NUESTRO RECUERDO PARA VOS, FACUNDO...

En sus conciertos, refiriéndose a su madre, Sara, recordaba la oración que ella rezaba:"Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a tí que a mí. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa. ¡Tanta es tú misericordia amado Señor!".


Hasta cualquier momento Facundo, ahora si, verdaderamente JESÚS TE ESPERA...

miércoles, 6 de julio de 2011

Criaturas que pasáis por la tierra! Si tenéis verdaderamente fe, comprenderéis que estas palabras son una continuación de la Palabra...

¡Mis criaturas!
Me manifiesto por un acto de amor; a veces, para muchos de vosotros, por un acto de misericordia, ¡y muchos de vosotros aún no comprendéis que mis palabras no son humanas y no creéis que sean Mías! De vuestro Rabí, que siendo DIOS e Hijo de DIOS, segunda Persona de la Trinidad, lo puede todo y hace cada cosa por amor y por misericordia, para salvar a las criaturas por las cuales derramó Su sangre, y que vela desde la Cruz como almas y como rostros.
Algunos de vosotros no tienen el alma tan abierta hacia el Cielo, y entonces dudan y critican... Otros de vosotros ignoran y presumen juzgar. Otros dicen que mis palabras son hermosísimas, son música, pero después no cambian de vida, no cambia su alma...
Es buena la santa prudencia; pero frecuentemente llaman prudencia a la desconfianza, al prejuicio.
Es el tiempo de los falsos profetas. Y también el tiempo en el que son más numerosos los verdaderos, los escondidos y los escogidos en el mundo; ellos que están en el mundo (y no son del mundo) estarán para salvar a la Iglesia, unidos a los buenos consagrados: ¡mis fieles consagrados que nada temen tanto como ofenderme!
¡Criaturas que pasáis por la tierra! Si tenéis verdaderamente fe, comprenderéis que estas palabras son una continuación de la Palabra; de otra manera, si no encontráis paz en estas palabras y no creéis que sea Yo, Jesús, que las dicta a un alma, para vosotros, aún el milagro no es milagro.
¡Vosotros estáis entre aquellos que buscan en otro lugar! Id entonces a esa otra parte: sois libres.
En aquel tiempo, un día Johanan Me preguntó:
"Rabboni, tú haces milagros casi todos los días ¿Por qué todavía muchos no han comprendido estos milagros?"
"¡Johanan! ¡Muchos no ven el milagro porque tienen los ojos cerrados (los ojos del alma), y si lo ven Me creen un brujo...! ¡Ellos son los que serán mis espinas...!"
"¿Qué espinas, Rabboni?"
"¡Lo sabrás un día, mi Johanan, tú que estarás junto a Mí hasta el fin! ¡Johanan, tú estás entre los que saben qué cosa es la fidelidad!
En el transcurso del tiempo, muchos que se darán a Mí como sirvientes de mi Iglesia (la que vendrá en los siglos) Me traicionarán; ¡pero habrá mis amados, mis fieles, aquellos que estarán Conmigo en todas las horas, los que morirán en la tierra por Mí y Conmigo vivirán la gloria de los Cielos! Y existirán los puros de corazón, los que tendrán sólida la fe en el alma, y estarán los justos, los santos, los buenos, y todos ellos sabrán reconocer la verdad, puesto que tendrán en sí mismos la Verdad.
Para ellos, en el tiempo, dejaré palabras que enviaré a través de los más humildes senderos, estos senderos podrán ser combatidos, envidiados, aún si por estos senderos antes de mi Voz ha pasado el dolor; pero Yo los defenderé siempre: ¡mis senderos! mis palabras, la Palabra, debería ser para todos; hay quien la rechaza: ¡y entonces será para muchos!
¡Yo he venido a morir, a padecer, a humillarme, a hacerme poner en la Cruz por todos vosotros, mis criaturas!


Johanan entonces no sabía que nunca Me habría de traicionar, pero ni siquiera pensaba en una posible traición suya, porque Me amaba verdaderamente. Pensaba que habría de seguirme siempre como los demás que, no obstante sus humanos temores y sus debilidades, Me amaban y no Me habrían traicionado.
Había uno pronto a traicionarme por dinero, y ahora lo veis todos: qué cosa es este dinero que vuelve a los hombres esclavos y ávidos.
Por eso os deseo Yo pobres de espíritu, y por esto lo repito otra vez: ¡felices los que son ricos de espiritualidad y no dan más importancia que la necesaria a las cosas materiales...!
Yo soy el Hijo de DIOS, vengo desde el Eterno por vosotros, Me hice hombre por vosotros; en estos tiempos os envío los signos propios de estos tiempos: señales para la salvación, que las envío por medio de un sendero Mío.
 No os interese a vosotros saber dónde se encuentra... A vosotros o s entren mis palabras de luz en el alma. Y, si no creéis que estas palabras sean Mías, si no creéis que Yo en el Padre, unidos en el Espíritu podemos hacer cualquier cosa, podemos servirnos de cualquier criatura y os podemos amar tanto hasta enviaros otros signos, pues bien; estas palabras de luz no son para los que son sordos en el alma, no son para vosotros...
Son para ti, que a través de mis palabras escritas por una de mis criaturas como tú, te han abierto el alma y Me has seguido.
Son para ti, que has cambiado tu vida. Son para ti que tienes la paz en tu alma, son para ti que ahora crees, para ti que siempre has creído.
Son para ti que las reconoces, ya que tú, conociéndome, Me has dado tu vida para servirme y servir a los hermanos.
Tú crees en estas palabras y Yo te sonrío: alma querida, desde el día de mi llamado, mi voz en ti ha sido siempre clara; ¡por esto crees en mis palabras y en las de tus Santos que bajan a consolarte! Estas palabras son para aquellos que saben amar; para los que son prudentes, pero no desconfiados. ¡Los que dan de sí mismos en mi nombre!
Y son para aquellos que Me buscan y ahora Me han encontrado y ya no Me abandonarán, ya que han experimentado lo que significa vivir solos en la tierra, y después vivir conmigo para ir más adelante, ¡todavía y siempre conmigo!
Estas palabras son para ti que lloras: ¡ven y serás consolado!
Son para ti que sufres: ¡ven y Yo aliviaré tus dolores!
Son para ti que estás cansado: ¡ven y reposa junto a Mí!

Mensaje de Jesús del Libro "La palabra continúa..."
 

domingo, 3 de julio de 2011

"Venid a Mí. Yo os defenderé!"

¡Mis criaturas!
¡Desde aquel tiempo, Yo, vuestro Rabí, estoy presente en vosotros en todo momento, como estoy desde siempre en el Padre, unido en el Espíritu, siempre presente en las criaturas desde que las criaturas han existido y mientras existan!
¡Y las criaturas han estado y estarán en la tierra para ir más allá! ¡Y ese más allá es la vida que os he prometido, la verdadera Vida, Mi Reino, que es vuestro Reino! .
En aquel tiempo llamé, para llevar al mundo la Verdad, a hombres normales que me siguieron, luego fueron iluminados, menos uno que hizo traición.
Criaturas Mías, uno entre doce traicionó, ¡pero los demás 1levaron adelante Mi Palabra!
Una parte de Mi Palabra, la que debía ser suficiente a la humanidad para alcanzar Mi Reino, que es también el Reino de la humanidad justa, santa y purificada, solamente una parte... y luego, más adelante, elegí otras criaturas normales, con la marca del dolor o del renunciamiento en el alma, y ellas me he servido como lo hice con los primeros...
"Déjalo todo y sígueme!... Así les digo en verdad a los llamados de todos los tiempos, y ellos aprenden a dar a las cosas su justa importancia, a estar en el mundo y no a ser del mundo!
Ellos por mi amor aprenden a crecer en el espíritu y a acumular sus riquezas en el Cielo!
¡Mis criaturas! A vosotros os he dado un testimonio verdadero de Mi presencia en vuestra vida de cada día.
Vosotros no podréis decir que no Me habéis conocido, porque os he hablado a vosotros como lo hice con Simón, Johanan, Leví, Andrés, Judas, Santiago...
A veces, ¡mientras Yo, el Rabí, os miro y vosotros no Me veis, os observo como a los primeros y percibo en vosotros algo de ellos, en vuestro modo de ser!
Entre tantos y tantos sentimientos hacia vosotros, que han hecho que Yo tomara sobre Mí todos vuestros pecados, tengo también un sentimiento de infinita ternura; quizás os veo niños y os digo: "Venid a Mí. Yo os defenderé¡"
Y Me gusta veros como niños, es decir, sencillos y humildes.


Yo, Jesús, fui sencillo y humilde en la tierra porque amo a los humildes y sencillos y debía ser como ellos son, y fueron y serán, y fui humilde y sencillo para ser comprendido por todos.
Son los más sencillos y los más humildes los que Me comprenden mejor. He dicho, "¡Bienaventurados los que lloran!" ¡Y en la tierra nadie puede comprender esta bienaventuranza porque el llanto es amargo!
¿Por qué no creéis en todo lo que os he dicho? ¿Y en todo lo que repito ahora? ¿Acaso no os he dicho ya que Mi Reino no es de este mundo?
Y entonces vosotros, que afirmáis creer en Mí, ¿cómo creéis en Mí sí ante el dolor queréis renegar de Mí?
Vosotros no lo entendéis, pero de ese modo juzgáis la obra del Padre porque emitís juicios sobre lo que sucede en el mundo, sin tomar en consideración que las pruebas provienen de DIOS Trino, y el mal proviene de quien lo hace.
Y aprended a veros en vuestro entorno y podréis hacer mucho; si cada uno de vosotros se mira en torno suyo, y si todos lo hicieran así, el mundo tierra sería una cadena de bienes, ¡jamás de odio ni de engaños!
Por eso en este tiempo, envío palabras que dije a los primeros y que no fueron transmitidas, porque era éste el momento elegido para darlas a conocer.
Sin embargo, si todos vosotros hubierais meditado y vivido las palabras del Evangelio, con fe y humildad, igual hubierais podido avanzar en el bien sin necesidad de otras palabras Mías que son, éstas a fin de cuentas, aquellas mismas de siempre.
Las vanidades del mundo, otras preocupaciones, los halagos de los placeres y las comodidades de la tierra, os han ido alejando de Mí, de todo lo que Yo soy, en el Padre y en el Espíritu.
Un acto de amor y de misericordia para vosotros! Y en verdad os digo:
"Recordad, os he dado muchos talentos, utilizadlos bien!"