domingo, 30 de diciembre de 2012

Palabras de Jesús a Guliana Crescio, quien escribió los dictados de Jesús entre 1972 y 1994...



Se hace tarde en el mundo. Vuestro mundo, pero después resplandecerá el sol de la mañana. En el Padre tenía que realizar un proyecto de paz, los primeros hombres no cumplieron nuestra voluntad: Eva pecó...
Adán la siguió, Caín mató a Abel...
Todo es verdad, pero simbólico. Después de mi venida, se realizará aquel proyecto: la humanidad pura y feliz en un mundo que no será ya de materia sino de cielo. Te he elegido para que  anuncies esto a la pequeña grey y, después, al mundo. Quien no cree en ti no cree en mí, por la soberbia, envidia o mala fe. No temas, las luminosas sombras de luz que están a tu lado son para protegerte. Escribe siempre lo que sientas, sin hacer preguntas. Te he escogido para escribir.
Y cuando tu tiempo acabe, pensaré en hacer conocer nuestros escritos. Son para ahora y especialmente para después...
Cuando el mundo esté aún más oscuro.       
Ahora se hace tarde, pero vendrá la noche.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Felíz Navidad para todos!!!


Nace el Niño Jesús...
renace la fe y la esperanza!!!


Felicidades para todos!!!!

Jesús te espera...

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿SUFRES? ¿REQUIERES CONSUELO?

 Escucha a Jesús y platica con Él 

No es menester, hijo mío, saber mucho para agradarme; basta que me ames con fervor. Háblame sencillamente, como hablarías al más íntimo de tus amigos, o a tu madre, o a tu hermano.

¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos y amigos: dime al punto qué quisieras hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho; no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos, que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos para atender a las necesidades ajenas. Háblame con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra de amigo, entrañable y fervorosa. Recuérdame que prometí escuchar toda súplica salida del corazón, ¿y no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón ama especialmente?

Y para ti ¿no necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, una lista de tus necesidades y léela en mi presencia.

Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad y al regalo; que eres tal vez, egoísta, inconsciente, negligente..., y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para sacudir de encima de ti tales miserias.

No te avergüences, ¡pobre alma! ¡Hay en el cielo tantos justos, tantos santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad..., y poco a poco se vieron libres de ellos.

Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, éxito feliz en tus trabajos, negocios o estudios; todo eso puedo darlo, y lo doy, y deseo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes favorezca y ayude a tu santificación. Por hoy, ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer en tu bien? ¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte! ¿Traes ahora mismo entre manos algún proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿Qué piensas? ¿Qué deseas? ¿Qué quieres haga por tu hermano, hermana, por tu amigo, por tu superior? ¿Qué desearías hacer por ellos?


¿Y por mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho y que viven quizá olvidados de mí? Dime qué cosa solicita hoy particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y Yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, adonde me place.

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio? ¿Quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Cuéntamelo todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición.

¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías que, no por ser infundadas, dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi Providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora, olvidadas, se alejan de ti sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculo a tu santificación.

¿Y no tienes tal vez alguna alegría que comunicarme? ¿Por qué no me haces partícipe de ella a fuer de buen amigo?

Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho como sonreír tu corazón. Quizá has tenido agradables sorpresas, quizá viste disipados negros recelos, quizá recibiste faustas noticias, alguna carta o muestra de cariño; has vencido alguna dificultad o salido de algún lance apurado. Obra mía es todo esto, y Yo te lo he proporcionado: ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud y decirme sencillamente, como hijo a su padre: ¡Gracias, Padre mío, gracias! El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le agrada verse correspondido.

¿Tampoco tienes alguna promesa que hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente, a Dios no; háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a la ocasión aquella de pecado? ¿De privarte de aquel objeto que te dañó? ¿De no leer más aquel libro que avivo tu imaginación? ¿De no tratar más a la persona que turbó la paz de tu alma? ¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has mirado como enemiga?

Ahora bien, hijo mío: vuelve a tus ocupaciones habituales; al taller, a la familia, al estudio...; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda en cuanto puedas silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón hallarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, consuelos nuevos.

(Se recomienda leer esto, preferentemente, ante el sagrario o cuando tenemos necesidad de platicar con Cristo nuestras preocupaciones y penas. Este escrito es conocido como "Quince minutos con Jesús sacramentado").

lunes, 10 de diciembre de 2012

"Si no os convertís y no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos". (Mt 18, 3)

¡Criaturas Mías!
Vosotros que todavía no conocéis Mi Verdad, sin embargo la buscáis ya que vuestro espíritu tiene hambre y sed de Mi, Jesús, que soy la Verdad, ¡escuchadme y escuchadme con fe, no como si estuvieres escuchando bellas palabras que luego se pierden, escuchadme!
Soy Yo quien os hablo a través de un humilde camino Mío, soy Yo, vuestro Jesús, Aquel que también por vosotros, por cada uno de vosotros a quienes conozco desde siempre ha padecido, ha muerto, ha resucitado. ¡Por cada uno de vosotros, puesto que Yo conozco todo de cada uno, en cada hora, en cada instante pasado, presente y futuro!

¡Yo no estoy en el tiempo! Lo estuve en aquella época en que traje el amor al mundo.
Muchos han comprendido, por muchos he venido, puesto que no todos Me han seguido.
Sin embargo, Mis almas, criaturas que estáis peregrinando por la tierra con cargas, dolores, afanes y preocupaciones... sabed que todo lo que os es dado, en el dolor y en la alegría, es pasajero y para probaros.
Después de la prueba, la alegría plena, esa que no tendrá fin en Mi Reino, eso que en aquel tiempo y en todo tiempo os he prometido.
 Soportad vuestras cargas, en aquel tiempo me fueron útiles, Me aliviaron aquel dolor que Yo, el hombre–DIOS , he ofrecido a todos vosotros para vuestra salvación.
Yo, Jesús, sufrí en el tiempo, también vosotros sufrid en el tiempo (porque no existe vida humana exenta de sufrimiento).
 Ahora, más allá del tiempo, por encima del tiempo vivo la gloria a la diestra de Nuestro Padre; así también vosotros, si amareis, si supiereis comprender, si diereis de vosotros mismos en Mi nombre, tendréis la vida en la gloria...

¡Vosotros, criaturas que estáis pasando por la tierra sedientos, hambrientos de fe, y todavía no habéis comprendido que solamente la fe es fortaleza, serenidad, paz!
No busquéis en las cosas del mundo. ¡Buscad en Mí, en las cosas del Cielo! Haceos pequeños, volveos en niños: Yo amo a los pequeños, a los niños de espíritu.
¡Y entonces podréis venir hacia Mí con confianza! ¡Pedid, os será dado! Y entonces Yo os daré la fe viva, la fe verdadera.
¡Solamente entonces quien todavía no Me conoce, Me conocerá, porque Yo Me hago evidente a quien Me busca! ¡Quien Me busca Me encuentra! ¡Si verdaderamente Me busca con humildad, con amor, con ansia de fe!

¡La vida terrena no tendría una finalidad si no continuara más allá! ¡La vida está más allá! ¡En Mi Reino, que será el vuestro si Me siguiereis, si contemplareis Mi rostro, si supiereis caminar Conmigo en el sol de la esperanza, sintiéndome en vosotros mismos! ¡Hombres, nunca estáis solos! En cada cavilación vuestra sois escuchados, en cada una de vuestras acciones sois observados!
¡Soy Yo, en la Trinidad, Yo, Jesús, quien os miro el alma!
¡Meditad estas palabras Mías! Son un acto de amor y de misericordia hacía vosotros, porque os amo y Me preocupo por cada uno de vosotros, pequeñas hojas Mías llevadas por Mi viento.
¡Mi viento! ¡Es el amor Mío hacia vosotros!
Venid entonces en Mi viento, estad Conmigo, Yo estoy con vosotros para iluminar vuestro camino.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Virgen India...


Hermosa canción interpretada por Soledad Pastorutti. Que la disfruten!!!


JESÚS TE ESPERA!!!!!

jueves, 6 de diciembre de 2012

Claudio Maria Dominguez... Un lobo disfrazado de cordero...

Mis queridos amigos que visitan a diario el blog, esta publicación tiene por objeto persuadir a todos los Cristianos sobre todos estos fieles exponentes de la New Age, que no hacen mas que tratar de acabar con la fe Cristiana y de confundir a muchos creyentes.

Los invito a leer el siguiente artículo y que cada uno saque sus conclusiones. Este texto se publico el 6 de diciembre de 2012 en unos de los portales con mas visitas en toda la Argentina.

¿A QUE LE LLAMAMOS DIOS?

Gracias amigos del alma, por acercarse cada vez más buscando una misma sintonía en la cual expresarse, y tener informaciones concretas sobre cambios diarios, espiritualidad práctica, para escapar de las prisiones de la mente moldeada por la ignorancia que uno arrastra desde los primeros años. Es hora de darnos cuenta de que la realidad que somos, excede por millones, la mera experiencia mundana que hemos conocido hasta ahora. Hasta ahora, esa es la expresión más clara, desde este instante, estamos saliendo de la ignorancia y comprendiendo que todo aquello que creíamos que éramos, es lo que no somos, y todo lo que no nos hemos atrevido a vivir, y disfrutar, es lo que siempre hemos sido, lo que somos, lo que no podemos dejar de ser.
Es tan maravillosa nuestra verdad plena, ese ser de luz, o Yo superior , como les guste llamarlo, o como intuyan en su corazón, que es la fuente de todo poder, la visión del alma, la comprensión de una conciencia amplísima, ilimitada, que está en todo y en todos, pero que sólo unos pocos se atreven a reconocer, e inclinar su mente ante ella y permitir que obre maravillas. La sensación de la unidad, de que somos mucho más que este cuerpo, somos cuánto cuerpo hay en la creación, o como dicen los seres sublimes, sólo se trata de nosotros expresándonos en otras partes de nosotros mismos, para percibir la diversidad de la que aparentemente somos capaces, y llevar esa percepción a la unidad que subyace en todo, que permea todo, que atraviesa, que compone todo, la sinfonía más bella, la danza de la vida, que abarca en su obra prodigiosa todo lo que existe, y ahí estamos, en cada átomo, en cada molécula, en cada estrella, en el espacio que parece vacío pero en realidad esta lleno, ¿de qué? de la misma energía divina, de la que todo surge y a la que todo vuelve.
A eso le llamamos Dios, no un Dios berretongo, con nombres y formas determinados por nuestro miedo, nuestra desesperación, nuestra ceguera, nuestra soberbia, nuestros deseos inconclusos, nuestra frustración, nuestra violencia, nuestra baja estima, nuestras dudas e incredulidades, un Dios hecho a imagen y semejanza de nuestra mente humana endeble, llena de pasado y futuro, de imposiciones y mandatos, de cielos e infiernos. Eso no es Dios, y si eso fuera Dios, es lógico que las mentes de los hombres sigan generando caos, ¿qué Dios normal permitiría lo que uno sabe que sucede en la superficie? Eso no es Dios, Eso son los hombres, que engañados por su necesidad de sobrevivir sobre el espacio del otro, ven fuera de ellos a un adversario, una amenaza o un provecho, y como cada uno mas allá de su nivel de evolución es Dios en su vida, significa que es el creador de sus acciones y reacciones, de sus causas y efectos, de todo lo que genera, y vuelve multiplicado según su actitud, están convirtiendo al planeta en un infierno, en lugar del paraíso que deberíamos crear a diario. No hay que esperar a abandonar el cuerpo para irse al infierno.
No hay diablos con tridentes clavándonos en el fuego eterno. La ignorancia de nuestra potencia infinita es el infierno. Esta desazón y angustia brutales por no llegar a lo esencial es el infierno, esta falta de piedad y de compasión por uno mismo, reflejadas en el trato que le damos a los otros, es el infierno. La visión de la oscuridad en lugar de la luz resplandeciente que es nuestro derecho natural, es el infierno. NO es el infierno de las profecías, el del Papa, el de los fundamentalistas. El verdadero infierno, es vivir en determinadas condiciones cuando el corazón se ha secado y no podemos expresar amor. Cuántas veces habría que decir amor, sentirlo, exclamarlo, hacer que brote de cada poro, en cada aliento, a cada paso. Sólo el amor le da sentido a todo. Sin amor, el planeta es lo que es, una mera negociación entre mentes absurdas, que creen que existen, cuando son sólo meros reflejos de ese infierno tan temido.
La frase más poética y repetida hasta el hartazgo, aunque casi nunca puesta en práctica: Dios es Amor. El Amor es Dios.

LOS QUE HACEMOS ESTE BLOG, ORAMOS POR EL AUTOR DE ESTE TEXTO, DESEANDO DE TODO CORAZON QUE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DERRAME SOBRE EL SU SANTA MISERICORDIA.

JESUS LO ESPERA HASTA EL ULTIMO DIA DE SU VIDA...
DIOS QUIERA QUE PUEDA ARREPENTIRSE DEL DAÑO QUE SE ESTA HACIENDO A EL MISMO Y A SUS FIELES SEGUIDORES...

miércoles, 5 de diciembre de 2012

"¡Quien esté sin pecado, que tire la primera piedra!"

¡Mis criaturas!
"¡Quien esté sin pecado, que tire la primera piedra!"
Y entonces, no juzguéis, sino tratad de comprender y compadecer. Yo he venido a perdonar, sin embargo perdono a aquellos que se arrepienten de verdad, ¡comprendo sus pecados y sus defectos cuando veo las circunstancias de sus vidas! Y a vosotros, ahora en verdad os repito: aprended a no juzgar porque éste es un acto difícil para el hombre, y por eso lo lleva a encumbrarse en el espíritu.
 He venido a traer la ley del amor, a enseñar a la humanidad el amor, y para todos los tiempos las mismas palabras: ¡amaos los unos a los otros como Yo os amo!

lunes, 3 de diciembre de 2012

El Purgatorio...

Palabras de Jesús a María Valtorta sobre el Purgatorio:
17 de octubre de 1943 
Dice Jesús:
“Quiero explicarte lo que es y en qué consiste el Purgatorio. Y te lo explico Yo de manera que chocará a muchos que se creen depositarios del conocimiento del más allá y no lo son.
Las almas sumergidas en aquellas llamas sólo sufren por el amor.
Ellas no son indignas de poseer la Luz, pero tampoco son dignas de entrar inmediatamente en el Reino de la Luz; son investidas por la Luz, al presentarse ante Dios. Es una breve, anticipada beatitud, que les asegura su salvación y les hace conocedoras de lo que será su eternidad y expertas de cuanto cometieron contra su alma, defraudándola de años de bienaventurada posesión de Dios. Después, sumergidas en el lugar de purgación, son investidas por las llamas expiadoras.
En esto aciertan quienes hablan del purgatorio. Pero donde se equivocan es al querer aplicar distintos nombres a esas llamas.
Éstas son incendio de amor. Purifican encendiendo de amor las almas. Dan el Amor porque, cuando el alma ha alcanzado ese amor que no alcanzó en la tierra, es liberada y se une al Amor en el Cielo.
Te parece una doctrina distinta de la conocida, ¿verdad? Pero piensa.
¿Qué es lo que Dios Uno y Trino quiere para las almas que ha creado? El Bien.
Quien quiere el Bien para una criatura, ¿qué sentimientos tiene hacia la criatura? Sentimientos de amor.
¿Cuál es el mandamiento primero y segundo, los dos más importantes, de los que he dicho que no los hay mayores y en ellos está la llave para alcanzar la vida eterna? Es el mandamiento del amor. “Ama a Dios con todas tus fuerzas, ama al prójimo como a ti mismo”.
¿Qué os he dicho infinidad de veces por mi boca, la de los profetas y los santos? Que la mayor absolución es la Caridad. La Caridad consuma las culpas y las debilidades del hombre, porque quien ama vive en Dios y viviendo en Dios peca poco, y si peca se arrepiente inmediatamente, y el perdón del Altísimo es para quien se arrepiente.
¿A qué faltaron las almas? Al Amor. Si hubieran amado mucho, habrían cometido pocos y leves pecados, unidos a vuestra debilidad e imperfección pero nunca habrían alcanzado la persistencia consciente en la culpa, ni siquiera venial. Habrían visto la forma de no afligir a su Amor y el Amor viendo su buena voluntad, les habría absuelto incluso de los pecados veniales cometidos.
¿Cómo se repara, también en la tierra una culpa? Expiándola y, cuando es posible, a través del medio con el que se ha cometido. Quien ha dañado, restituyendo cuanto quitó con prepotencia. Quien ha calumniado, retractándose de la calumnia, y así todo.
Ahora, si esto lo requiere la pobre justicia humana, ¿no lo querrá la Justicia santa de Dios? ¿Y qué medio utilizará Dios para obtener reparación? A Sí mismo, o sea al Amor, exigiendo amor.
Este Dios al que habéis ofendido, y que os ama paternalmente, y que quiere unirse con sus criaturas, os lleva a alcanzar esta unión a través de Sí mismo.
Todo gira en torno al Amor, María, excepto para los verdaderos “muertos”; los condenados. Para estos “muertos” también ha muerto el Amor. Pero para los tres reinos –el que tiene el peso de la gravedad: la Tierra; aquél en el que está abolido el peso de la materia pero no el del alma cargada por el pecado: el Purgatorio; y, en fin, aquél cuyos habitantes comparten con el Padre su naturaleza espiritual que les libera de todo peso- el motor es el Amor. Amando sobre la Tierra es como trabajáis para el Cielo. Amando en el Purgatorio es como conquistáis el Cielo que en la vida no habéis sabido merecer. Amando en el Paraíso es como gozáis el Cielo.
Lo único que hace un alma cuando está en el Purgatorio es amar, pensar, arrepentirse a la luz del Amor que esas llamas han encendido para ellas, que ya son Dios, pero que, para su castigo, le esconden a Dios.
Esto es el tormento. El alma recuerda la visión de Dios que tuvo en el juicio particular. Se lleva consigo ese recuerdo y, dado que el haber tan sólo entrevisto a Dios es un gozo que supera todo lo creado, el alma está ansiosa de volver a gustar ese gozo. Ese recuerdo de Dios y ese rayo de luz que le revistió cuando compareció ante Él, hacen que el alma “vea” la importancia que realmente tienen las faltas cometidas contra su Bien, y este “ver”, junto a la idea de que por esas faltas se ha impedido voluntariamente, durante años o siglos, la posesión del Cielo y la unión con Dios, constituye su pena purgante.
El tormento de los purgantes es el amor y la certeza de haber ofendido al Amor. Un alma, cuanto más ha faltado en la vida, tanto más está como cegada por cataratas espirituales que le hacen más difícil conocer y alcanzar ese perfecto arrepentimiento de amor que es el primer coeficiente para su purgación y entrada en el Reino de Dios. Cuanto más un alma lo ha oprimido con la culpa, tanto más pesado y tardío se hace vivir el amor. A medida que se limpia por poder del Amor, se acelera su resurrección al amor y, de consecuencia, su conquista del Amor que se completa en el momento en que, terminada la expiación y alcanzada la perfección del amor, es admitida en la Ciudad de Dios.
Hay que orar mucho para que estas almas, que sufren para alcanzar la Alegría, sean rápidas en alcanzar el amor perfecto que les absuelve y les une conmigo. Vuestras oraciones, vuestros sufragios, son nuevos aumentos de fuego de amor. Aumentan el ardor. Pero -¡oh! ¡bienaventurado tormento!- también aumentan la capacidad de amar. Aceleran el proceso de purgación. Alzan las almas sumergidas en ese fuego a grados cada vez más altos. Las llevan a los umbrales de la Luz. Abren las puertas de la Luz, en fin, e introducen el alma en el Cielo.
A cada una de estas operaciones, provocadas por vuestra caridad hacia quien os precedió en la segunda vida, corresponde la sorpresa de caridad hacia vosotros. Caridad de Dios que os agradece el que proveáis por sus hijos penantes, caridad de los penantes que os agradecen el que os afanéis por introducirles en el gozo de Dios.
Vuestros seres queridos nunca os amaron tanto como después de la muerte de la tierra, porque su amor ya está impregnado de la Luz de Dios y a esta Luz comprenden cómo les amáis y cómo deberían haberos amado.
Ya no pueden deciros palabras que invoquen perdón y den amor. Pero me las dicen a Mí para vosotros, Yo os traigo estas palabras de vuestros Difuntos que ahora os saben ver y amar como se debe. Os las traigo junto con su petición de amor y su bendición, que ya es válida desde el Purgatorio porque ya está animada por la inflamada Caridad que les quema y purifica. Perfectamente válida, además, desde el momento en que, liberados, salgan a vuestro encuentro a los umbrales de la Vida o se reúnan con vosotros en ella, si les hubierais precedido en el Reino del Amor.
Fíate de Mí, María. Yo trabajo por ti y por tus seres queridos. Conforta tu espíritu. Vengo para darte la alegría. Confía en Mí”.


viernes, 30 de noviembre de 2012

"Bienaventurados los pobres de espíritu". (Mt 5, 3)

¡Mis criaturas!
Cuando he dicho bienaventurados los pobres de espíritu, he querido decir aquellos que tienen e1 espíritu pobre, o sea humilde, y no procuran ni aman los bienes del mundo, puesto que al ser ricos en espiritualidad han comprendido que lo que es del mundo pasa y los verdaderos bienes espirituales permanecen eternamente. En verdad, en verdad, Yo Jesús os digo: bienaventurados si estáis prontos a dejar cualquier cosa para seguirme: dejar cualquier cosa no quiere decir dar todas las cosas.

Almas Mías, si Yo, Nosotros Trinidad os hemos colocado en un estado, ese es vuestro estado en el que debéis estar, cada uno dé conforme a lo que ha recibido, pero, dejar cualquier cosa significa no dar importancia a las cosas del mundo, sino valorarlas como tales, elevando el espíritu y pasando por la prueba en la Verdad, que es del espíritu.
Así Me seguiréis, conociéndome, amándome y viviendo en la tierra verdaderamente proyectados con el pensamiento hacia vuestra auténtica Vida: aquella futura, aquella para siempre.
Amad los bienes de la tierra por lo que valen y no más.
Amad todas las cosas en Mí y comprenderéis su justo valor porque no seréis codiciosos ni egoístas.

Si Yo os he colocado en un estado es porque Yo os amo a todos por igual, pero os pruebo en modo diverso. ¡También las hojas del árbol son distintas unas de otras, y sin embargo son similares!
Quiero de vosotros el amor hacia los hermanos, no Me gusta en vosotros la indiferencia y quiero de vosotros el amor por Mí, que es también el que sentís en Mi por los hermanos.

¡Bienaventurados los pobres de espíritu; ellos serán los ricos en gracia, ya que tendrán un premio por su amor para lo que es la Verdad, y pasarán por la tierra dejando ejemplos de amor!
Bienaventurados aquellos que no tienen apego alguno a las cosas que pasan y viven de esperanza por lo que tendrán.
Los bienes del alma valen ciertamente más que toda riqueza terrena.
Nuestra Providencia tiene cuidado de vosotros si vosotros supiereis tener plena confianza en nuestra Providencia.
Yo proveo siempre lo suficiente a los gorriones, ¿por qué no habría de proveer a vosotros? Aquellos que, apegados a la materia, tienen ansias de tener siempre más y más, no piensan ni en Mí ni en su espíritu.
Por sí solos se procuran esos bienes que parecen y no son verdaderos bienes, ellos no saben de Nuestra Providencia ni saben que Yo en un día puedo hacer lo que ellos hacen en una vida terrena.

No es la verdadera vida esa terrena.
Y entonces, todavía otra vez en verdad os digo:
¡Bienaventurados los pobres de espíritu!
Para ellos es el Reino de los Cielos.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

¡Amaos los unos a los otros!

¡Mis criaturas!
Cuando he dicho: "Amaos el uno al otro" quise daros la clave de la vida serena!
No lo habéis comprendido y nunca ha habido amor verdadero y completo en la tierra, porque en muchos de vosotros está la envidia, el egoísmo, el arribismo...
¡Amaos unos a otros! Sería más fácil el tránsito por la tierra y muchas cosas serían vanas y desaparecerían si el amor fuera verdadero.
No existiría política, ni ley: sería la ley del amor la que gobernase la tierra.
Y los sentimientos mezquinos no existirían, y los corazones serían puros...
¡Amaos unos a otros¡ Las pruebas serían menos duras, porque unos estarían sostenidos por los otros, el llanto sería compadecido y comprendido, y las alegrías, compartidas.


Esto es lo que Yo, Jesús, he dicho y se ha dicho para todo tiempo y para toda criatura,
Y entonces, también a ti te dije: ¡Ama! Y tú ¿por qué eres egoísta? Tú te amas a ti mismo. ¿Y te crees que eres perfecto porque amas a tus familiares, trabajas y te prodigas por ellos? ¿Y los que no forman parte de tu familia?
¿No son también ellos hermanos a quienes amar? No hay que limitar el amor; ama al mundo en Mí y entonces seguirás Mi ley: la ley del amor.
¿Y tú, que no amas sino a quienes te pueden ser útiles? ¿Qué amor crees que es ese? ¡Eso no es amor!
El amor es caridad. "Amaos los unos a los otros" quiere decir ser caritativos unos con los otros.
Quiere decir miles y miles de cosas: dar, tener paciencia, renunciar, sacrificarse, entrar en el corazón del que llora, alegrarse con la dicha ajena.
Quiere decir: ofrecer la otra mejilla. Y a veces, sufriendo porque se ama, y se obtiene mucho porque se logra más con el amor que con la venganza.
No debería existir la venganza en vuestros corazones, y el mundo sería mejor; no debería existir el egoísmo...
Cuántos sentimientos no deberían existir y, sin embargo, existen...
No obstante, Mis criaturas, Yo, en verdad, he dicho a todos:
"Amaos unos a otros!"
¿Por qué no lo habéis escuchado?
Esta inquietud Mía para vosotros, que os fue dejada como preciosa herencia, si hubiese sido escuchada ¡habría cambiado al mundo!

viernes, 23 de noviembre de 2012

La perla más bella de vuestro estuche...

Mis criaturas!
¡Vuestra fe en Mí es una perla!
Es la cosa más preciosa que poseéis: cuidadla y conservadla: es una joya verdaderamente preciosa. Dejad entonces todas las cosas vanas, tenedlas para usarlas, haced el uso adecuado y... nada más.
¡Si tenéis, dad, si no tenéis quedaos tranquilos, soy Yo quien proveerá por vosotros!
¡Mis criaturas: dad en proporción a lo que se os ha dado, que se os ha dado para eso! Y los bienes que Yo en el Padre y unidos en el Espíritu os he dado, he aquí: almas queridas, los bienes espirituales, dadlos a los hermanos para que puedan verlos como una perla preciosa digna de ser conservada celosamente.
¡Y los bienes materiales dadlos con igual entusiasmo, aunque tienen bien poca importancia en comparación con las cosas del espíritu, pero si se dan en el Espíritu, o sea, en el amor en Mí, harán parte después para vosotros, en el futuro eterno de gozo espiritual, puesto que lo que hayáis hecho en Mi nombre por caridad hacia los hermanos, os será restituido para el espíritu! Lo que os he dado es para el espíritu, aunque sea material.

Por eso, en verdad os digo que conservéis en vosotros la perla preciosa: ¡la fe!


Entre los muchos tesoros es el más importante, ¡sin embargo en la tierra muchos dan más importancia a las demás cosas y son miserables ante Mis ojos! Yo veo que no tienen la perla más preciosa...
Que el primer sentimiento en vosotros sea para Mí, sea en el amor hacia el Padre, sea con nuestro Espíritu..
Y, entonces, obraréis todo en consecuencia y todo así os será fácil... ¡Esa perla es vuestra conversión!
¡Tú, que un día no la poseías, ahora sabes cuánto vale!
¡Ha cambiado la vida en ti, has renacido realmente ahora que tienes esa perla!
Y tú cuídala, no seas un tibio, sino acrecienta tu fe con ardor.
¡Haz brillar la luz de tu perla!
¡Sed consecuentes con vuestra fe! Volvedla activa, ahogad en vosotros lo que no está bien y lo podéis reconocer, exaltad y engrandeced lo que está bien; haced por Mí algún sacrificio: servidme.

No se puede servir a dos amos: siguiendo y sirviéndome a Mí deberéis abandonar muchas cosas: vuestros sentimientos mezquinos, vuestra vanidad, vuestro egoísmo... Vuestro amor propio, la envidia hacia el prójimo, el odio, el rencor...
Para seguirme debéis liberaros de los pequeños y de los grandes pecados, y así seréis realmente hombres de fe, puesto que la fe no es decirme: ¡te amo!
La fe es obrar en Mí, amar a los hermanos, perdonar a los enemigos. No es suficiente decirme: ¡Te amo!
Prefiero el silencio, si la palabra no es acompañada por el sentimiento.
¡Mis criaturas! ¡Todavía una pausa, de nuevo os enseño con palabras claras la Verdad, la más importante, la única!
Estas palabras las dije a los primeros, las he repetido al mundo y parecen fáciles... No es fácil vivir en el mundo como Yo deseo que viváis. No es fácil, pero brinda serenidad el vivir buscando ser mejores y dar peso e importancia a lo que verdaderamente tiene importancia y peso.
Entonces, la vida en el mundo no importa si es fácil, pasa... Conduce a la verdadera Vida e ¿importa mucho sufrir en Mí, si después se gozará para siempre?
¡En tal caso importa sufrir!
¡Cierto que vale bien la pena, Mis suspiros!
Entonces, conservad vuestra fe conquistada, o hallada, mas siempre poseída: la perla más bella de vuestro estuche.

jueves, 22 de noviembre de 2012

El Sermón de la Montaña, el corazón del evangelio...

Las Bienaventuranzas

Lc. 6. 20-23
1 Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. 2 Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
3 «Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
4 Felices los afligidos, porque serán consolados.
5 Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
6 Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
7 Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
8 Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
9 Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
10 Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
11 Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
12 Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.

La sal de la tierra y la luz del mundo

Mc. 9. 50  Lc. 14. 34-35  Mc. 4. 21  Lc. 8. 16; 11. 33
13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. 15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. 16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

Jesús y la Ley

17 No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. 18 Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. 19 El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
20 Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.

El homicidio

21 Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, será condenado por el tribunal. 22 Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego. 23 Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, 24 deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. 25 Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. 26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

El adulterio

18. 8-9  Mc. 9. 43-47
27 Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. 28 Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. 30 Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.

El divorcio

19. 9  Mc. 10. 11-12  Lc. 16. 18
31 También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. 32 Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.

El juramento

33 Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. 34 Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. 36 No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. 37 Cuando ustedes digan “sí”, que sea sí, y cuando digan “no”, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.

La ley del talión

Lc. 6. 29-30
38 Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 39 Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. 40 Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; 41 y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. 42 Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

El amor a los enemigos

Lc. 6. 27-28, 32-36
43 Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; 45 así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. 46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? 47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? 48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

La limosna
1 Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. 2 Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 3 Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, 4 para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

La oración

5 Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 6 Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 7 Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. 8 No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

El Padrenuestro

Lc. 11. 1-4  Mc. 11. 25
9 Ustedes oren de esta manera:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
10 que venga tu Reino,
que se haga tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
11 Danos hoy nuestro pan de cada día.
12 Perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos han ofendido.
13 No nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del mal.
14 Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. 15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

El ayuno

16 Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. 17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, 18 para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

El verdadero tesoro

Lc. 12. 33-34
19 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. 20 Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. 21 Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.

La luz interior

Lc. 11. 34-36
22 La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. 23 Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!

Dios y las riquezas

Lc. 16. 13
24 Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.

La confianza en la Providencia

Lc. 12. 22-31
25 Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? 26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? 27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? 28 ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. 29 Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. 30 Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! 31 No se inquieten entonces, diciendo: “¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?”. 32 Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. 33 Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. 34 No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.

La benevolencia para juzgar

Lc. 6. 37-38, 41-42  Mc. 4. 247  1 No juzguen, para no ser juzgados. 2 Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. 3 ¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? 4 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Deja que te saque la paja de tu ojo”, si hay una viga en el tuyo? 5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.

El respeto por las cosas sagradas

6 No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.

La eficacia de la oración

Lc. 11. 9-13
7 Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? 10 ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? 11 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el cielo dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!

El resumen de la Ley

Lc. 6. 31
12 Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.

El camino de la Vida
Lc. 13. 24
13 Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. 14 Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.

Los falsos profetas

12. 33  Lc. 6. 43-44
15 Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? 17 Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. 19 Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. 20 Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

Los auténticos discípulos de Jesús

Lc. 6. 46; 13. 26-27
21 No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?”. 23 Entonces yo les manifestaré: “Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal”.

Necesidad de practicar la Palabra de Dios
Lc. 6. 47-49
24 Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. 25 Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. 26 Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. 27 Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande».

Conclusión
Mc. 1. 21-22  Lc. 4. 31-32
28 Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza, 29 porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.

El sermón de la montaña (sermón del monte) es considerado como el corazón mismo del evangelio y por ende del cristianismo. Por eso en este día te invito a que lo leas con calma, poco a poco, una o las veces que te sea posible y lo medites en tu corazón. Te darás cuenta de que las palabras de Jesús son auténticamente agua viva o palabras de vida que dan ánimo y esperanza a todo aquel que las medita y lleva en todo momento en su corazón.
El sermón de la montaña abarca, en el evangelio de san Mateo, desde el capitulo 5, versículo primero, hasta el capitulo 7, versículo 28, en este caso de la Biblia del Pueblo de Dios.

Fuente

http://www.lafecatolica.com/el-sermon-de-la-montana-el-corazon-del-evangelio/922/


martes, 20 de noviembre de 2012

¡Rogadme por aquellos que no Me escuchan!


¡Mis criaturas, almas de Mi alma!
¡Haced todas las cosas en Mi nombre, así me sentiréis siempre en vuestros espíritus!
¡Amo el coloquio con vosotros y donde es más intenso, ante un Altar!
Aquí Yo estoy en cuerpo y espíritu, aquí existo como existo en cada cosa y en cada uno de vosotros.
En el silencio de esta pequeña Iglesia bendecida por un Ángel, aquí Yo os hablo, estoy en vosotros. ¡Os sentís ya despegados de lo terrenal, un poco más en alto, soy Yo que os traigo Conmigo, os elevo hasta Mí!
¡Jamás os dejo y quiero que nunca Me abandonéis!
Habladme, rogadme, Yo os doy todo lo que es bueno para vosotros, ya que conozco cada cosa y cada necesidad vuestra.
Os doy fuerza para que podáis estar listos a combatir en Mi nombre. Id siempre adelante en Mi nombre. Cada gesto, cada acto de amor hacedlo en Mi nombre. Y Yo iré siempre a vuestro encuentro con Mi mano tendida hacia vosotros, Mi corazón latirá con el vuestro y Mis brazos abiertos os esperarán allá, donde espero a todos, al final de vuestro tránsito terreno.
Unidos por ese hilo que se llama amor, actuad, para vosotros es tiempo de obrar, de testimoniar Mi existencia y cada Verdad Mía.
Pequeños apóstoles desconocidos para el mundo y conocidos de Mi corazón.
Mi espíritu inunda los vuestros, y a cada uno de vosotros Yo hablo de modo distinto, pero siempre con amor.
¡Y vosotros Me sabéis escuchar!
¡Rogadme por aquellos que no Me escuchan!
Acogeré cada súplica vuestra. Cada uno de los que vengan a Mí por mérito vuestro será bienvenido, y si confiareis en Mí, Me sabréis traer muchas almas.
En el silencio os hablo, escuchadme en el silencio.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El cielo y el infierno...

Cierto día un Hombre Santo
estaba teniendo una conversación con el
Señor y dijo:
'Señor, me gustaría saber como son el Cielo y el Infierno.'
El Señor llevo al hombre santo hacia dos puertas.
Al abrir una de las puertas, el hombre santo miro dentro y en medio del  cuarto había una gran mesa redonda.
En medio de la mesa había una gran olla de guisado que olía tan
delicioso que hizo agua la boca del hombre santo.
La gente sentada alrededor de la mesa estaba delgada, enferma y parecían hambrientos.
Ellos estaban sosteniendo cucharas con mangos muy largos que estaban atados a sus brazos, cada uno fue capaz de meter la mano en el pote de  guisado y tomar una cucharada, pero por causa  que el mango era mas largo que sus brazos, no podían poner las cucharas dentro de sus bocas.

El hombre santo se estremeció ante semejante cuadro de miseria y sufrimiento.
El Señor le dijo: 'Has visto el Infierno'.

Luego fueron y abrieron la siguiente puerta. Era exactamente igual como el primer cuarto.
Había gran mesa redonda con el gran pote de
guisado que hizo agua la boca del hombre santo. La gente estaba equipada con las mismas cucharas de mangos largos, pero aquí la gente  estaba bien alimentada y llena de salud, riéndose y hablando

El hombre santo dijo:
No entiendo........! 'Es simple dijo el Señor:

'Esto requiere de una habilidad.......'
.....Mira: ELLOS HAN APRENDIDO A ALIMENTARSE EL UNO AL OTRO,
mientras que los avaros piensan solamente en ellos mismos'.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Perdonad y soportad: el amor conduce al amor.

Mis criaturas!
¡Yo, Jesús, os sé esperar!
¡Espero cuando vuestras almas están en la oscuridad: sin fe!
¡Y Yo estoy escondido en la tiniebla de vuestros corazones!
No me fijo en el tiempo, no estoy en el tiempo, miro vuestros sentimientos cuando se os hace la claridad en el alma y: ¡Me veis!

Así es: ¡Yo os espero! A veces camináis Conmigo sin saberlo, obráis el bien y no sabéis de Mí: ¡Yo espero para hacerme conocer, con paciencia y con amor! Nuestra Misericordia es infinita ya que así es en Nosotros el amor.
¡No os separo!
Nunca separo los buenos y los malos, a fin de que los buenos den el ejemplo y los malos mejoren. Para que los buenos sean probados en la paciencia, la tolerancia...
Entonces, vosotros: los buenos, ¡sed siempre fuertes, aumentad en vosotros la bondad y amad la cizaña puesto que sois espigas!
Perdonad y soportad: el amor conduce al amor.
¡En verdad os digo que vale más un buen gesto que una amenaza! ¡También por esto soy dulce con vosotros y os sé esperar!
Y, después: miro la intensidad de vuestros sentimientos y los recojo como grano maduro.

jueves, 15 de noviembre de 2012

La cuerda...

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.
Obscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.
Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...
¡SI!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:
"AYUDAME DIOS MIO..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
"¿QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
"Sálvame Dios mío"
"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
"Por supuesto, Señor"
"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud.  El hombre se aferró más a la
cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda...
A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú? ¿Que tan confiado estas de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas?

Toda criatura que hace una obra de amor es Mi apóstol

Mis Apóstoles no son solamente los doce aquellos; ellos fueron los primeros, luego, en el transcurso de los tiempos de la tierra, hubo otros apóstoles.

Santos hombres y mujeres que llevaron al mundo su bondad, con palabras, con obras y también con cosas materiales, y siempre con su sacrificio.

Apóstoles, las criaturas más cercanas a Mí, Mis consagrados, los mejores, los que Me conocen y creen en Mí, los padres que, como vosotros, han entregado su criatura al Cielo, porque luego de la santificación dolorosa del llanto pueden comprender mejor el llanto de otros, los que sufren en el cuerpo, los que sufren en el espíritu, Mis Apóstoles, los que aceptaron su dolor para darles un bien a los demás.
Quien no pasa por el dolor no puede comprenderlo.
A Mí no me gusta el egoísta ni el estéril. Prefiero al que se equivoca creyendo estar en el bien, antes que al que vive a cubierto, atrincherado en el mal que no hace por temor y por no arriesgar.

Toda criatura que hace un gesto de amor es un Apóstol Mío.
Recorred vuestro camino, Mis criaturas, mirándome delante de vosotros, siempre un poco más en alto que vosotros, y seguidme; nunca erraréis.
No juzguéis, nunca temáis dar a quien, según vosotros, no lo merece.
A Mí me corresponde el juicio, vosotros dad. Toda criatura merece un bien de los demás y, al actuar este bien, le abre camino hacia otras criaturas.
No basta con hablar, hay que actuar; no es suficiente rogar, es necesario obrar.
No os preguntéis cómo y cuándo. Eso lo sugeriré Yo, siempre, cada vez que quiera de vosotros una obra de bien hacia los demás.

No grandes cosas, también las cosas pequeñas pueden dar Luz.