lunes, 25 de febrero de 2013

¿Qué sentido tiene tu vida?


¡Mis criaturas!
Cuando en la tierra uno de vosotros, que no Me conocía, Me conoce y empieza a amarme, hay gran fiesta en el Cielo!
¡Siempre el Cielo está de fiesta, pero cuando un alma Me reconoce se festeja aún más!
¡Hasta puedo obrar un milagro por una sola criatura, para que venga hacia Mí!
Y, Yo Jesús en verdad os digo: amo a todos, y cada uno es el único para Mí. Cada uno de vosotros Me es querido: soy DIOS, Mi amor es infinito, vence al tiempo y al espacio, ¡y es para llevaros a la Eternidad!

¡Con la Cruz he cargado todo el peso de vuestros pecados, al resucitar, he sentido toda la alegría por vuestras buenas obras!

¡Mis criaturas! Para llevaros al Eterno he venido del Eterno, DIOS de DIOS, hecho hombre para redimiros! ¡Os he hablado al alma!

Y tú, ¿por qué no Me escuchas verdaderamente?
Te demuestro Mi humildad, siempre la he demostrado: he nacido pobre, he vivido como pobre, fui escarnecido... Imita tú esta humildad Mía y... ¡escúchame! ¡Eleva tu espíritu! Tráelo hasta Mí y... ¡escúchame!
¡Tú no quieres escucharme porque te falta humildad! ¡Crees poder actuar sin Mí! Sin embargo, si no hubiera Trinidad, si no existiera un DIOS Trino, ¿cómo existirías tú?
¡Tú eres porque DIOS es, y no obstante, ni piensas en DIOS! Y tu pasaje terreno, sin una meta ¿Qué es entonces para ti? ¿Dónde crees que vas?
¿Qué sentido tiene tu vida?
¡Yo, Jesús, todavía una vez más, y solamente por ti, me humillo y te pido que Me quieras conocer, para amarme y luego seguirme!
¡Cuidado: no necesito de ti, tú tienes necesidad de Mí!

Si Me siguieras vivirás de verdad en Mí y, durante tu pasaje terreno, comenzarás a sentir la Eternidad y, de ese modo la paz en tu espíritu y tu vida tendrá su meta.
¡Yo os sé esperar! ¡Yo os sé comprender! ¡Y tú que siempre has creído en Mí, tú me amas y me sigues amando a los hermanos!

¡Tú eres fuerte, vas hacia la meta! ¡Tú, que has comprendido el porqué del dolor y del sacrificio de la vida terrena, estás sereno ya que confías en Mí!

¿Y vosotros, que decís tener fe y de esto os envanecéis y juzgáis a los hermanos? Lo vuestro no es fe, ¡es orgullo!
¡Y vosotros, que Me teméis y no Me amáis! Y también vosotros, que Me rogáis pero no obráis en consecuencia, ¿a quién creéis poder engañar sino a vosotros mismos?

Y sin embargo, Yo os amo lo mismo y os exhorto al bien y a la justicia, por vosotros, no por Mí, por vuestra salvación...
También en aquel tiempo decía estas mismas palabras, también los primeros eran como vosotros y los amaba igual que a vosotros, y más allá del tiempo los amo como os amaré a vosotros, también a ellos les dije: ¡Mirad vuestra alma! En aquel tiempo, cuando vine a la tierra por vuestro amor, ya sabía quién me habría de seguir: ¡soy DIOS!
Y he sufrido toda clase de vejaciones en la carne y en el espíritu, y después de casi dos mil años te pido que Me sigas, aunque tú seas uno de tantos y Yo, Jesús, ¡el DIOS hecho hombre para todos!
Escucha por tanto, Mi voz en tu espíritu, te he llamado desde siempre y ahora es para ti el momento de que Me escuches.
Y vosotros, a quienes he mandado por el mundo a llevar el amor, tended la mano a un hermano que vendrá con vosotros, y ahora todavía no sabe que vendrá con vosotros...

¡Así hablaba a los primeros! Si todo lo que dije entonces se hubiera escrito, el mundo tendría palabras y palabras...
¡Debía ser escrito lo que se ha escrito!
El resto, lo he dicho, lo digo y lo diré en el tiempo.
A vosotros os digo: amadme, seguidme. A otros digo: ¡buscadme! A otros aún que me quieren ignorar, no les digo nada más, los conozco, sé, por eso tuve mayor cansancio y pena al cargar la Cruz...

Y a los que Me escuchan a través de vosotros, os envío a vosotros: Mi voz.
¡Es así es como continúa Mi Palabra, continúa Mi amor y... así, quiere decir: caminar Conmigo! 

Dad la esperanza que Yo os he dado a vosotros.


¡Criaturas Mías!
Felices los que escuchan Mis Palabras, enviadas a vosotros por gracia, a los demás por vosotros dadas por amor.
Mi corazón exulta cuando se habla de Mí con amor. Pocos son los que Me saben amar, los que saben vislumbrar Mi rostro.
Los demás, a menudo no tienen la culpa de no conocerme, pero vosotros, que Me conocéis, mostradles Mi rostro misericordioso y amoroso. Dad la esperanza que Yo os he dado a vosotros.

¡La santidad es, sobre todo, obrar para los demás, dar a los demás por amor a Nosotros Trinidad!
Los defectos todo hombre puede tenerlos, es humano, pero si son sofocados por la bondad Yo lo acepto como santidad.

De aquí parte la libertad del hombre. ¡Saberse conocer y aprender a obrar contra sí mismo, sofocando en sí la materia liberando el espíritu!
Yo quiero que Mis criaturas se conozcan, a ellas les he dado el pensamiento, aprendan a dominar sus bajas pasiones y aprendan a desarrollar sus cualidades.

En verdad os digo que lo quiero porque os amo.

viernes, 15 de febrero de 2013

Felices los que sufren


Cada palabra Mía es Verdad, porque Yo soy Verdad, cada palabra Mía es Luz, porque Yo soy Luz, toda palabra Mía es Vida porque Yo soy Vida.
Y la Verdad, y la Luz y la Vida no son de la tierra sino del Cielo, que ha sido creado para que el hombre puro de espíritu forme parte de él y goce de la Verdad, de la Luz y de la Vida.
Vosotros de la tierra a menudo os preguntáis el porqué de muchísimas cosas que os parecen injustas y crueles, hasta el punto de dudar de Mí, de Nosotros.
Sin embargo, todo resultará transparente de luz y Verdad cuando paséis de la tierra al Cielo, cuando tengáis visión tendréis conocimiento, no tendréis ya dudas acerca de Mí, de Nosotros, de las injusticias y de la crueldad.
Felices los que sufren; vale la pena sufrir durante breves años terrenos para gozar después eternamente todo lo que pertenece a los cielos.
¡Y pasarán al olvido todos los sufrimientos de la carne y del espíritu, mientras que no será olvidado nada de lo que haya servido para alejar al hombre de Mí!
¡Y todos los males de la tierra serán olvidados cuando se obtengan los bienes del Cielo,!
Yo no soy injusto, no soy cruel, ¡soy el imponderable!

La justicia no es de la tierra, como no es de la tierra la paz, como no es de la tierra la Luz.
Dad gracias siempre por todo lo que poseéis en el bien y en el mal, dad gracias por lo que veis y, sobre todo, dad gracias vosotros que tenéis Mis Palabras.
Palabras de Luz que os darán Luz, que os allanarán vuestro camino, que os conducirán entre Mis brazos,
Y no preguntéis, no os planteéis dudas. No las quiero de vosotros.
De vosotros quiero Fe, de vosotros quiero certeza, de vosotros quiero serenidad y aceptación. ¡De vosotros quiero todo el amor que Yo os he dado!

Bienaventurados los pobres, felices los ricos que dan, felices los enfermos que sufren y aceptan. Su dolor será transformado en consuelo.


¡El comienzo del "Gran Final"!
Desastres, llanto, diluvios y terremotos, ¡pero todavía no será el fin!
Felices aquellos que no verán este fin porque ya han pasado de la vida terrena!
Bienaventurados los que lloran, sus lágrimas serán enjugadas completamente!
Bienaventurados los que sufren, ¡su sufrimiento les se será restituido en alegría!
El Apocalipsis está comenzando... y habrá desastres, lutos, terremotos, pero ¡ todavía no será el fin!...
Felices aquellos que dan sin saber que dan, pero dan con bondad y sin perseguir ningún otro objetivo, a ellos todo les será restituido.
¡Felices todas Mis criaturas que se sirven de lo creado por Mí como de un puente para llegar a la feliz orilla! Felices los pobres, felices los ricos que dan, felices los enfermos que sufren con aceptación. ¡Su dolor será transformado en consuelo!

sábado, 9 de febrero de 2013

LA VERDADERA LIBERTAD DE ESPÍRITU


Cuando yo, unido por el Espíritu a nuestro Padre, llamo a mí a una criatura, hay siempre fiesta grande por su llegada al cielo.
Y... mientras vosotros lloráis, ellos vienen en mi viento. Mi viento es el amor.
Ellos están conmigo y esperan.
¡Están parados en su no tiempo (dichosos los que no han conocido la vejez, que no han vivido el pecado, que han sido puros de corazón)!
Están conmigo y gozan de la luz del Padre y, al mismo tiempo, están con vosotros, silencioso, risueños, luminosos... Y os esperan... Y os serán dados para siempre, porque os he dicho que os améis unos a otros y por siempre. El amor no es sólo para la días terrenos, ¡el amor es para la eternidad! Debéis pensar que sólo os han precedido en el largo y breve viaje y os están preparando la casa eterna. ¡La eternidad! Para vosotros resulta in-comprensible, pero todo se mueve, se renueva y no pasa.
El espacio no existe y entonces es ilimitado.
He aquí la verdadera libertad de espíritu.
¿El tiempo? Es para la tierra, como límite que encarcela a los mortales.
Hecho solamente para probaros, para llevaros a través del amor a vuestros queridos ya en la eternidad, a mí, al Padre celeste.
En el mundo de la armonía maravillosa, en el que los ángeles han toma-do un semblante estupendo para vosotros y vuestros ángeles tienen el rostro de los que habéis amado, adorado.
¡Y volveréis a escuchar las voces amadas!
Deberíais mirar con ojos espirituales su rostro, teníais que estar ciertos de su presencia invisible.
Los he tomado para llevaros a la vida maravillosa, y os los devolveré en la vida deslumbrante.
Y me seréis gratos y seréis gratos a nuestro Padre cuando volváis a tenerlos. Sólo el tiempo os divide... ¡vuestro tiempo terrestre!
El tiempo pasa... hojas en el viento son vuestros días, en el cielo encontraréis vuestro árbol.

viernes, 1 de febrero de 2013

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia”


¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia!
 Mis criaturas, si anheláis ser justos, si deseáis realmente de corazón mejorar en vuestro espíritu, si para vosotros estar en gracia es verdaderamente (como efectivamente lo es) la cosa más importante, a la cual mayormente os atenéis, pues bien, Yo, Jesús, os puedo llamar bienaventurados, porque habéis comprendido que lo que importa para vosotros es el alma y estando hambrientos de justicia, sedientos de ella y pidiéndomela a Mí, pues entonces Yo os digo: "bienaventurados" ya que sé que habéis comprendido el sentido y el objetivo de la vida terrena.

Pedid para el espíritu y vuestro espíritu será alimentado por la gracia, ya que siendo vosotros imperfectos, inclinados al pecado, débiles, sin embargo habéis sido creados para ese mundo de perfección en el que entrará aquel que está en estado de gracia y entonces, ¡almas Mías, rogad!

Llamad a Mi corazón, os haré entrar.
¡Llamad a Mi corazón hambrientos de gracia, sedientos de gracia!
Yo os saciaré, aplacaré vuestra sed si vosotros pedís todo esto por amor en Mí. Estad siempre deseosos de crecer en el espíritu y Yo os ayudaré a crecer. ¿No soy acaso la levadura de vuestras almas?

Para crecer en el espíritu es necesario tener hambre y sed de justicia, o sea, desear la gracia.
Yo os daré el pan y el vino para vuestra alma, a fin de que sea alimentada y crezca como una planta que se nutre de humus, que apaga su sed con agua límpida, que vive en cabal posición bajo el sol.
¡Y os daré el pan y el vino del milagro que cada día se consuma sobre los altares, a fin de que vuestro
espíritu sea más fuerte y le sea más fácil saciar su hambre y calmar su sed!
En verdad os digo: bienaventurados aquellos que tienen sed de Mi gracia, para ellos es el Reino de los Cielos.
Ellos, que han comprendido el verdadero sentido y el verdadero objetivo de la vida terrena.