sábado, 31 de marzo de 2012

Todo pasa, sólo quedan las obras de amor...


Soy Yo quien mueve los hilos invisibles. Abandonaos a mí con confianza y con fe. En mí, amad al prójimo. Todo ha sido hecho para vosotros. En el tiempo, Yo me ocupo de vosotros y os muestro todo mi plan.
Es tiempo de herejías, tiempo de apostasía, pero también de grandes auroras de fe, porque mi Iglesia será siempre mi Iglesia. En aquel tiempo hablaba a mis primeros seguidores, después he hablado al mundo, ahora os hablo a vosotros, en esta noche de vuestro tiempo, con un privilegio y una ternura. Las cosas del mundo. Los dolores del mundo. Todo pasa, pero quedan las obras de amor, capaces de revitalizar todo.
Ahora me dirijo a vosotros, para pediros amor; caridad, amor y testimonio de la Verdad. Confiad en mí, creed en mí. Yo me ocupo de vosotros. Yo, el médico de las almas y de los cuerpos. Vuestro hermano, vuestra luz.
“Vino una estrella a iluminar el mundo” Yo vine por vosotros, y aún volveré por vosotros, porque me buscáis aun inconscientemente, porque me habéis encontrado, y cada criatura que me ha encontrado tiene en sí aquella luz. La luz de aquella estrella que brilló en el mundo, en Belén, aquella noche fría. Ahora, en el silencio, Yo estoy entre vosotros, que me habéis hablado.

viernes, 30 de marzo de 2012

Desde la Cruz os he mirado, uno a uno...


¡Mis criaturas!
¡Cuando habláis de Mí estoy siempre en medio de vosotros!
¡En verdad os digo que os conozco desde siempre y os llamo en vuestras almas!
No por casualidad os he reunido en torno a Mí. ¡Es para deciros que os amo y me preocupo de vosotros en cada momento de vuestro tiempo! Solamente os pido que Me sigáis siempre y tendréis entonces paz en el alma, y podréis hacer en Mí grandes cosas por los hermanos.
Entonces ya nada podréis temer, ¡vuestra alma estará tan llena de Mí que viviréis ya algo del Paraíso, que es gozo, encanto, vida, gloria!
Os llamo con infinito amor y os he llamado desde siempre porque sabía que me habríais de seguir y tú, cuanto más me conozcas más Me amarás, porque tu espíritu es puro; no temas, ¡siempre me has sentido y has podido hacer en Mi voluntad la tuya!
¡También a vosotros os llamo apóstoles!
A los que me seguís, Yo en verdad os digo: ¡No Me habéis elegido vosotros, Yo os he elegido!".

No miro vuestra condición humana, la comprendo, miro el amor que hay en vosotros.
Desde la Cruz os he mirado, uno a uno. Cada uno es el único para Mí, y también he sufrido por ti solamente, ¡pero sabía que me habrías de seguir!
Entonces, en el Padre, te he escogido. Yo no pertenezco al tiempo.
En tu tiempo He mirado y ¡He visto tu alma!
Y vosotros, progenitores de jóvenes vástagos, ¡tomad como ejemplo la Sagrada Familia!
Son mi esperanza también vuestros pequeños, y sé que me seguirán gracias a vuestros ejemplos y a vuestro amor, y mi amor
Y recordad: ¡en la Comunión de los Santos están también vuestros seres queridos que a vosotros os parecen perdidos! ¡Están conmigo y con vosotros!
¡Mis criaturas! ¡Mi amor por vosotros es infinito!
¡Os preparo horas de amor para los hermanos, os preparo vuestras buenas obras!
¡Venid conmigo ahora, siempre!
¡Cada día hay un amanecer luminoso para vosotros! ¡En mi nombre!

martes, 27 de marzo de 2012

¡Os he visto a todos, os he visto y os he agradecido: vosotros no Me habéis traicionado, Me habéis glorificado!


¡Mis criaturas!
Conmigo, en Mi Reino, y al mismo tiempo con vosotros, en vuestra vida temporal, están vuestros seres queridos: aquellos que os he dado, que os tomé y os devolveré.
¡Y no los lloréis: ellos son Mis elegidos! ¡Las flores que he recogido!
Y vosotros sois los frutos de este dolor. ¡Vosotros, que por medio de un dolor profundo habéis conquistado dones espirituales!
¡Helo, helo el dolor activo! El dolor útil para los demás ya que, al haberos elevado, el espíritu ha alcanzado comprensión para el dolor ajeno.

¡Y... entonces dad, amor y Yo, Jesús, en verdad es digo: os devolveré amor!
¡Ya en la tierra tenéis Mi amor y después, en Mi Reino, os devolveré todo lo que vosotros habréis dado, puesto que nada se pierde, ni siquiera una lágrima derramada en Mi nombre! ¡Yo soy Aquel que es! ¡Estoy en la Trinidad, unido al Padre y al Espíritu, para amar al mundo!
En la noche en que fui traicionado ya veía, como DIOS, quién me ayudaría a llevar la Cruz sobre el Calvario. Para esto os he dejado Mi Cuerpo: para que nutriera vuestro espíritu. ¡Os he visto a todos, os he visto y os he agradecido: vosotros no Me habéis traicionado, Me habéis glorificado!
Con vuestros defectos humanos, con vuestras debilidades humanas, con vuestros méritos... ¡Sois seres humanos! ¡Y os salva esa chispa que lleváis en alma, vuestra fe en Mí! ¡Qué riqueza! ¡La más grande, puesto que vale mucho más que todas las joyas o cualquier otro bien terreno!

Para mí, que os observo el alma, valen mucho más vuestras buenas obras, las lágrimas ofrecidas a Nosotros Trinidad, la entrega a los demás, a los hermanos y vuestro sentirles hermanos, que cualquier otra riqueza: esa pasajera, esa hecha de oropeles...
Yo soy la Verdad y miro la verdad. La sustancia de la Verdad es lo que permanece para el espíritu. Mis suspiros, id por el mundo como corderos entre los lobos: os he escogido para esto. Id y hablad, dad testimonio con vuestros medios: Mis palabras nuevas y antiguas, las palabras de Mis Ángeles y de, Mis Santos, esa verdad que hará volverse corderos a los lobos, que hará crecer en el espíritu al que todavía no sabe o no conoce. Suscitaré en vosotros a Mi Espíritu para que podáis testimoniar mejor la Verdad: Yo soy la Verdad y el camino de la Verdad; Yo soy la vid, vosotros Mis sarmientos. Ligados a Mí: una sola cosa: si un sarmiento se separa de la vid no vivirá, se seca. á y se perderá.
Permaneced ligados a Mí, Mi linfa os alimentará, Mi luz os calentará, Mi Espíritu de luz os dará luz!

domingo, 25 de marzo de 2012

Aquellos que han vencido a la muerte y viven para siempre en la felicidad, nunca os abandonan...


Aquellos que han vencido ya a la muerte y viven para siempre en la felicidad jamás os abandonan y vosotros, con vuestro dolor por ellos estáis sufriendo, ante los oídos del mundo ¡sois vosotros a los que se tiene compasión!
Yo, vuestro Rabí, os enseño que ni siquiera deberíais ser compadecidos; por cierto que vuestro dolor es grande, pero es un don para vuestra santificación, y para haceros vivir en la feliz eternidad inmediatamente después de haber vencido a la muerte, porque el dolor es purificación, y para muchos está también en la tierra lo que llamamos purgatorio. Aquellos que tienen mayor felicidad en la tierra, la vida más fácil, y no son buenos ni honestos, y carecen de fe por no querer buscarme, tienen así una migaja de mi Misericordia, porque Yo que conozco todo, sé cuánto deberán sufrir después, por su voluntad.
Yo querría salvaros a todos, a todos en la luz, para eso he venido, por esto me hice hombre, por esto elegí libremente sufrir en el espíritu y en la materia.
Muchos no me quieren escuchar, me ignoran, me odian y no aman a los hermanos, porque no amando a DIOS no son ayudados por Él para amar a los hermanos, ¡y el hilo se corta!
Yo ayudo al que ama en Mí al mundo, Yo os nutro con mi amor si vosotros lo pedís, Yo os doy la paz si vosotros me la pedís, y así la fe, y así la fuerza. Pedid para vuestro espíritu, ¡Yo os escucharé siempre! Me preocupo tanto por vosotros, por vuestras almas, como para no escucharos.
Las cosas del tiempo pasan, las criaturas que habéis perdido temporalmente, existen: ¡el espíritu no pasa, el alma es la que cuenta, el alma no pasa!
Cuando vosotros en estos vuestros difíciles tiempos, tenéis que percataros de un cadáver humano (¡aún lo veréis!) abandonado en la calle, herido de muerte por el odio, entonces observáis un cuerpo, nada más: ¡el alma ha venido hasta Mí, hasta mis brazos, y está pasando un juicio, está haciendo su última confesión! Y bien, mis criaturas, examinad: una cáscara, un despojo... La existencia del alma, la importancia de un alma la tenéis demostrada también por un cuerpo sin vida, porque la vida es del alma. Y hay y habrá nuevos mártires. El mundo es tan oscuro, por doquier luchas, odio... ¿Y el amor? ¿Y la fe?
Hallo esa fe en los corazones escondidos, encuentro ese amor en los dolientes, en los sacrificados, en aquellos que han comprendido que el dolor purifica y se han santificado en el dolor. El martirio no es solamente el del cuerpo, hay un martirio del alma que sufre cada día un dolor verdadero: son los grandes dolores que tendrán fin con la vida temporal.
¿Y después? Luego conoceréis el valor del amargo desgarro, de las lágrimas, de la nostalgia. Después me daréis las gracias y comprenderéis por que os he dicho: ¡Felices a vosotros los que lloráis, para vosotros será mi Reino! ¡Para ellos es mi Reino: para vuestros Ángeles, vivientes en DIOS, luces del DIOS vivo, sonrisas del Paraíso, hermanos entre sus hermanos, flanqueados por las milicias celestes! Y la lucha entre el bien y el mal será vencida también con su ayuda: ¡mis ángeles, vuestros ángeles vivientes en la luz de DIOS viviente!
Y desde allí os sonríen, os aman tanto, ¿y vosotros estáis solos? Jamás estáis solos; figuras espirituales luminosas, invisibles para vosotros pero visibles para Mí, están con vosotros en las horas que ellos os serenan transmitiendo su alegría, su felicidad que vosotros podéis percibir solo en mínima parte, nunca os abandonan, viven en mi luz y en vuestro corazón.
¡Viven en la luz del DIOS viviente, que da vida a los Cielos y provee todo para vuestro bien!
Aunque a veces os prueba, Nuestro Padre de los Cielos y de los mundos os prueba por amor; y entonces ¡sed fuertes y dadle gracias!

sábado, 24 de marzo de 2012

No estáis jamás solos, vosotros tenéis Fe...


¡Mis criaturas!
¡Vosotros que, por privilegio Divino, recibís Mis palabras!
Yo, Jesús, en verdad, en verdad os digo que a todos vosotros os escogí desde la Cruz, porque sabía que vosotros habríais de dar de vosotros mismos algo de más que muchos otros para la humanidad que os es más cercana y a veces lejana.

En verdad os exhorto a hablar de Mí, llevadme a las gentes, porque todos tienen sed de Fe. Y La fe en Mí sostiene el mundo de aquellos que, en este mundo hecho de esperanza y amor, viven para vivir después en la feliz realidad del verdadero mundo.
Os bendigo, criaturas Mías, en esta noche estrellada de la tierra; allá, más allá de esas estrellas, todo un mundo de maravilla y esplendor vela por vosotros.
No estáis jamás solos, vosotros tenéis Fe.

martes, 20 de marzo de 2012

LA MEJOR MEDICINA


¡Mis criaturas!
Curaremos a muchos de la lepra!" ¡Y muchos sanados para recaer luego en la lepra, no han sabido escucharme durante su tiempo!
Muchos han recibido enseñanzas de fe verdadera y luego, por ser del mundo, han olvidado todas las cosas importantes para seguir las vanidades del mundo.
Y otros me han conocido y me han amado con toda su alma y, a través de Mí, han amado al mundo, es decir, a los hermanos.
El amor por Mí, la verdadera fe, es una vacuna contra la lepra del alma.
"Yo te sanaré, si lo quieres..." ¡No fuerzo la voluntad humana!
¡Tú debes querer sanar para que Yo, tu Rabí, pueda sanarte!
¡Sanarte el alma, librarte de la lepra que es la indiferencia, el pecado, el odio, la envidia, la soberbia, el egoísmo!
Estoy dispuesto a curarte, pero tú debes quererlo. Soy el médico de las almas, sí, pero tu alma que mantengo en curación ¿observa lo que Yo te indico para curarte? ¿Usas las medicinas que te he dado?

Criaturas mías, permaneced sanos de alma curándoos con las medicinas que un amoroso médico os ha prescrito: la voluntad de ser mejores, la caridad hacia el prójimo, la fe vivida y sentida de verdad, la plegaria, en oraciones, y en obras...
¡Cuántas medicinas tenéis contra la lepra! ¡Usadlas, están a vuestra disposición!
"Rabboni, ¿por qué algunos de los que te conocieron no te escucharon? ¿Y otros a los que tú ayudaste no te quedaron agradecidos?"
"Cefas, no todos saben usar la medicina correcta para curar su alma. ¡Vosotros también enseñadles, en Mi nombre, a ser mejores, ofrecedles con el ejemplo las medicinas que usáis vosotros!"

Y ahora repito esto para vuestros tiempos, para vosotros que oís y leéis: ¡todavía existen muchos enfermos de lepra en el alma!

¡Sed pacientes, tolerantes, amorosos con ellos, nunca vayáis prevenidos (en ese caso juzgaríais y eso no os corresponde) ni desconfiados (¡otra vez juzgaríais!) sino con el corazón y los brazos abiertos, acoged a los enfermos y curadlos en Mi nombre!

Y... podréis curarlos si Me confiáis a Mí vuestra obra.
¡Cuántos milagros de almas curadas suceden!

Vosotros veis el milagro de un cuerpo curado, porque veis con ojos de carne y oís con orejas de carne. Los que ven y oyen mejor han comprendido que lo que importa es el alma.
Quien es del mundo ve la materia. Quien está en el mundo ve el alma.
¡Dad la importancia adecuada a las cosas materiales, a fin de que no os cieguen ni os vuelvan sordos del alma!

Y no digáis que Me amáis si no Me lo demostráis cumpliendo la voluntad de Nuestro Padre.

Yo, vuestro Rabí, os enseño el amor: una medicina prodigiosa que vosotros debéis usar en la curación de las almas, la vuestra y la de los demás.
¡Mi deseo es contar con vuestra voluntad!
No obstante, Yo os ayudo de muchas maneras, con muchos y diferentes medios, aun con los más evidentes.

¡Y frecuentemente no comprendéis, sois sordos, muchas veces no veis... o no escucháis, y no miráis!

¡Aceptad todo lo que os envío: todo medio para sanar vuestra alma, aceptadlo!
Todo medio: son todos igualmente válidos, no hay uno mejor que el otro, y así también estas nuevas palabras Mías que son un acto de ternura hacia vosotros; no las descuidéis, porque todo lo que proviene de Mi es verdad, y ésta también.
Una vez más en verdad os digo:
¡Miraos dentro del alma y procurad que esté sana!

lunes, 19 de marzo de 2012

Pisadas en la arena...


Una noche yo tuve un sueño...
Soñé que estaba en la playa
caminando con el Señor
A través del cielo, pasaban escenas de mi vida.
Por cada escena que pasaba,
percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena:
una era la mía y la otra era del señor.

Cuando la ultima escena de mi vida paso delante nuestro
miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena
y note que muchas veces, en el camino de mi vida,
había un solo par de pisadas en la arena.
Noté, que también sucedió en los momentos
mas difíciles y angustiosos de mi vivir.

Eso realmente me perturbo y pregunte al Señor:
"Señor, tu me dijiste que cuando yo resolví seguirte,
tu andarías conmigo siempre, todo el camino,
pero note que en los peores momentos de mi vida
había en la arena de los caminos de la vida
solo un par de pisadas"

No comprendo porque me dejaste en las horas
en que yo mas te necesitaba...


El Señor me respondió:" MI QUERIDO HIJO,YO TE AMO Y JAMAS
TE DEJARÍA EN LOS MOMENTOS DE SUFRIMIENTO.
CUANDO VISTE EN LA ARENA, SOLO UN PAR DE PISADAS,
FUE JUSTAMENTE ALLÍ DONDE YO TE CARGUE EN MIS BRAZOS"

sábado, 17 de marzo de 2012

Criaturas, almas, deseos, hechos para el paraíso...


Fui transfigurado por la luz celestial. También vosotros lo seréis, cuando seáis almas libres y felices. El cuerpo de luz no tiene ya defectos, ni vejez ni males. Vosotros, después del cuerpo material, tendréis un cuerpo de luz, hasta asumir el de gloria. Así aparecí Yo transfigurado por aquella luz, porque aún no había muerto, ni había resucitado, y tenía que demostrar al mundo que todo está hecho a imagen de la Trinidad, también en el hombre, que de esta manera tiene tres cuerpos: de materia, de luz y de gloria.
Como yo fui y soy glorioso, así seréis todos vosotros, el día en que para vosotros ya no haya nunca fin. Muchas cosas todavía no han sido comprendidas. Muchas palabras… Y las que se han pronunciado aún no se han interpretado de modo justo. Sin embargo, es importante que se comprenda el amor, que se viva la caridad, al mismo tiempo, por la gracia y el privilegio recibidos. Y puesto que ha llegado el tiempo de nuevas revelaciones, he aquí estas palabras de la Palabra, que pueden ser reveladoras: el hombre tiene dentro de sí a la Trinidad.
El hombre es también el espejo del Creador, que para el hombre es el creado.
Yo fui hombre y llevé sobre mí el peso de cada uno de vuestros pecados. Para poder perdonar y salvar, para decir al Padre: “Ayúdalos, sálvalos, ellos son Yo, Yo soy Tú, y todos somos Nosotros.” La humanidad está en mis manos y en mi voz. La humanidad, que ha comprendido el amor. El hombre tiene instinto, tiene voluntad, tiene carácter. La mente actúa guiada por el alma. En el hombre el amor es imperfecto. Vuestras imperfecciones son tales porque así se ha establecido que sea. Os amo como sois, pero intentad siempre ser mejores. El amor divino se os hace aún incomprensible a causa del dolor que vivís, que veis, que conocéis. En cambio, el amor divino es amor perfecto y, para haceros a vosotros perfectos, ahí están las pruebas y los dolores. El amor divino ama en vosotros sobre todo lo que es inmortal, el alma. Cada cosa está dispuesta para salvarla, hasta las penas más leves.
Criaturas, almas, deseos: habéis sido creados para el Paraíso. Este es el amor perfecto, divino. Aunque viváis tiempos amargos, aunque estéis decepcionados, aunque seáis probados, sabed que os espera la felicidad perfecta. Seréis de luz, seréis de gloria, y seréis también para siempre lo que sois: humanidad, criaturas, pero purificadas y perfeccionadas. Estaréis con nosotros y seremos nosotros. En Verdad os digo que lo que ahora os he revelado os puede hacer comprender mucho, y sobre todo haceros esperar mucho.
Tuve la cabeza coronada de espinas; vosotros tenéis vuestras espinas. Yo resucité, vosotros resucitaréis. Vosotros, a quienes se ha explicado y revelado mucho, aprended a mirar más allá de los confines del mundo.
Mirad. Allá están ellos, vuestros seres más queridos, para sonreíros. Ellos no quieren ser olvidados, sino que desean vivir con vosotros, en medio de vuestros días, mientras os preparan el futuro. Un futuro que nunca será pasado. El tiempo se acabará. Todo límite será franqueado, y nuevos horizontes maravillosos se os abrirán delante.
Vosotros. La Trinidad en vosotros. El hombre espejo del Creador.
“Maestro, antes de que Dios creara el mundo ¿qué había?” – “Dios es increado, pero siempre ha creado. No hay un antes ni un después en el mundo del espíritu, y no hay siempre ni nunca. Existe el amor, y el amor no comienza ni termina, es vida eterna.” – “No comprendo, Maestro.” – “Ningún humano comprende el infinito, Juan; pero todos comprenderán y vivirán el infinito.”

miércoles, 14 de marzo de 2012

Nosotros buscamos una pizca de amor para salvar un alma...


“Hoy estarás conmigo en el Paraíso.”
Aún me gusta hablar de la piedad celestial. Mi Padre y Yo buscamos un poquito de amor para salvar un alma. ¿Y vosotros ? Vosotros a veces juzgáis porque no veis en los corazones. A veces sois juzgados porque no os miran al alma… ¿Cómo podrían? Sólo Dios ve y conoce; por eso perdona, por eso acoge, por eso ama. Estaba sobre la Cruz…veía la humanidad. Conociendo y viviendo como hombre el dolor físico y espiritual, pude siempre ayudar y comprender al hombre en el dolor. Es el don misterioso que es dado a los que han elegido la más sublime oración. Los que habéis llorado, que habéis sufrido, sois los elegidos de mi corazón: “Bienaventurados, porque vuestra felicidad será grande.” Estaba sobre la Cruz y veía en los corazones humanos. ¡Cuánta piedad, cuánta misericordia!... Vosotros ayudadme a salvar hombres. Para pescarlos del mar del pecado, que a veces no saben que cometen, porque no conocen otro camino. Porque si el pecado es inconsciencia, es perdonado; en cambio, si es por voluntad, no se puede perdonar sin el arrepentimiento puro y sincero. “Mira a mis ojos” Son misericordiosos. También tú debes usar de misericordia para con el prójimo, de amor y caridad para con el prójimo. Esta es la fe vivida. En aquel tiempo y en todo tiempo hice milagros y haré milagros. Esto es, para el espíritu, un acto de misericordia, la salvación de muchos que luego vendrán, porque estas palabras mías son también, y sobre todo, para los tiempos futuros. Y cuado todo parezca perdido, todo resurgirá, también por medio de estas palabras. En Caná mi Madre me pidió un milagro… Ahora mi Madre me pide muchos milagros. No vino, sino fe, de la que aquel vino era un símbolo. “Ni tienen fe….” La misericordia divina actúa y vive todavía.

lunes, 12 de marzo de 2012

NO EXISTE LA REENCARNACIÓN



He venido a redimir a la humanidad que tiene una sola vida terrena.
Una sola vida para la salvación y un solo cuerpo material y  un cierto número de días para pasar en el tiempo. No existe la reencarnación porque, si existiera, no existiría mi amor. Ni siquiera una gota de mi sangre se perderá, porque mi sacrificio está hecho de amor sublime por vosotros.
Hay herencias de pensamiento, hay sensaciones de haber conocido a una persona... Éstas son ondas que emiten más o menos simpatía.
Hay criaturas que creen que han vivido otras vidas. Tienen formas de medium o, más bien, ven vidas que atribuyen a sí mismas.
¡Para vosotros, en cambio, existe un tiempo solo, una sola vida terrena! Por vosotros he sufrido y sería vano mi padecer si fuese posible mejorar a través de otras vidas que ni siquiera podéis recordar...
Yo he venido a redimir a la humanidad y, por eso, sólo por eso, vosotros debéis continuar.

TODO ES Y SERÁ ENTRE TÚ Y DIOS. NUNCA FUE ENTRE TÚ Y ELLOS...


A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas…
AÚN ASÍ… PERDÓNALAS…
Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado…
AÚN ASÍ… SÉ AMABLE…
Si eres un vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos…
AÚN ASÍ… VENCE…
Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte…
AÚN ASÍ… SÉ HONESTO Y FRANCO…
Lo que  tardaste años en construir, alguien puede destruirlo en una hora…
AÚN ASÍ… CONSTRUYE…
El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana…
AÚN ASÍ… HAZ EL BIEN…
Si das al mundo lo mejor de ti, eso puede que nunca sea suficiente…
AÚN ASÍ… DA LO MEJOR DE TI MISMO…

A FIN DE CUENTAS… TODO ES Y SERÁ ENTRE TÚ Y DIOS.
NUNCA FUE ENTRE TÚ  Y ELLOS.


MADRE TERESA DE CALCUTA

domingo, 11 de marzo de 2012

Lo que contamina al hombre, le viene de su interior...


¡Mis criaturas!
¡Os deseo coherentes con vuestros gestos exteriores! Si os manifestáis cristianos, verdaderamente creyentes, ¡debéis serlo realmente en el alma y demostrarlo con los hechos!
No digáis entonces amarme solamente con la voz, prefiero el amor por Mí oculto en vuestro interior, ¡pero profundo! ¡No vengáis a alimentaros de Mí sin haber perdonado antes a un hermano o si habéis hecho un gesto contra el amor! Lo que contamina al hombre le viene de su interior. ¡Si el hombre no lleva en sí la maldad no será malicioso, y si es puro no podrá sino irradiar pureza! Un día de aquel tiempo Johanan me preguntó:
"Rabboni, si siento venir desde dentro de mí un pensamiento malo, ¿cómo puedo frenarlo?"
"Johanan, eres libre de poner en práctica o no, ese pensamiento malo. ¡Tú sabes a lo que va al encuentro tu alma si lo pones en práctica, y lo que adquiere y conquista si lo sabes frenar!

Toda criatura es libre para el mal o para el bien no obstante, ¡todos saben que es bueno escoger el bien!"
"Rabboni ¿por qué se le da esa responsabilidad al hombre? ¡Algunas veces el hombre no sabe lo que está bien y lo que no está bien!"
"Johanan, ¡todo hombre sabe lo que está bien y lo que no está, y según lo que comprende, sabe lo que ha sido dicho al respecto! ¡El Padre conoce lo que cada hombre tiene en su interior y lo juzga según lo que ha hecho y lo que ha recibido!"
"Rabboni, ¿entonces, exiges más del que más tiene?"
"¡Claro, Johanan! Y las criaturas siempre deben agradecer por lo que han recibido; si a alguno le he dado mayor inteligencia, a él le reclamaré que la utilice para el bien"
"Rabboni, ¡que simple y claro es todo lo que Tú dices!..."
¡Mis criaturas!
Todo es simple y claro, sólo que viene muchas veces complicado, generalmente por los que tienen más inteligencia, pero la usan mal. Agradeced al Padre Celestial por cada uno de vuestros respiros, por cada hora, por todas vuestras cualidades (que no son mérito vuestro). Agradecedle si tenéis una inteligencia despierta, ¡y usadla para el Bien!
"¿Qué es el bien, Rabboni?", así me preguntó un día, Cefas
"Todos hablan del bien pero no sé cómo definirlo, dímelo tu Rabboni Mío, ¿qué cosa es el bien?
 "Cefas, ¡el bien es todo lo que da gloria y honor a DIOS! ¡Es todo lo que proviene del amor, es toda obra buena, es caridad, sacrificio, es todo lo que conduce a la verdadera Vida!
¡Todos saben distinguir el bien del mal, sí bien de acuerdo con la manera de ser de cada uno! Y lo que contamina al hombre proviene de su interior, y el hombre reconoce en sí mismo el bien y el mal porque, además de mi ley divina, existe también una ley humana que todos conocen, aun aquellos que no Me conocen: todos saben que no es lícito robar, escandalizar, asesinar, traicionar... No escuchan entonces en su interior eso que los contamina para ser después ser libres para hacer lo que a ellos les place."
Vosotros que me conocéis y que mucho se os ha explicado, continuad llevando el amor al mundo, en mi nombre y mucho podréis hacer, porque os He escogido para que cumpláis lo que os he pedido y todo cuanto de vosotros deseo.

viernes, 9 de marzo de 2012

Hay una fe que está hecha de honradez, caridad y amor al prójimo


Dije a los Apóstoles: “Venid conmigo, sólo Yo tengo Palabras de vida.”
Ellos no comprendieron enseguida mis palabras… Para todos la vida es la de la tierra, cuando todavía no están en grado de pensar que la “Vida”, de la que Yo hablo, significa vida eterna.
Os he repetido también a vosotros: “Venid conmigo.” Y vosotros me habéis seguido y comprendido. Tened, pues, confianza, y sabed que quien me sigue tiene una protección particular.
Pequeñas pruebas, cierto, para la vida eterna, pero grandes ayudas y satisfacciones.
Vosotros, que habéis llevado por mí el amor al mundo, no os podéis imaginar cuánto amor habéis creado con vuestras acciones. Hay una fe que está por encima de la fe común, que permiten superar muchas cosas de la pequeña fe; que permite vivir en unión con el Cielo y con sus felices habitantes; que hace que la plegaria sea unión, sentimiento y pensamiento continuo. Como una música cercana y lejana, una melodía que acompaña vuestros pensamientos y vuestros gestos. Hay una fe hecha de honradez, de caridad, de amor al prójimo…, la verdadera y profunda fe de los que no se envanecen de ella, sino que la viven interiormente. Dije muchas cosas a los Apóstoles. Y ahora, otras cosas, muchas cosas, os las digo a vosotros, en cuanto Palabras de Vida eterna. “Maestro, después de ti ¿quién podrá decir palabras como las que dices tú?” – “Simón, Yo estaré siempre con el mundo, siempre que haya uno sólo que me escuche. Sólo uno”
Muchos ahora no me escuchan, no me llaman, no piensan en su espíritu, sujetados, como están, por las cosas materiales, por las cosas vacías. Sin embargo tienen mentes aptas para el pensamiento. “Venid a mí.” Pero ellos van por otro camino. Donde les lleve cualquier mal viento. Por eso os bendigo.

jueves, 8 de marzo de 2012

LOS INVITO A ORAR POR LOS QUE YA NO ESTÁN ENTRE NOSOTROS...


SEÑOR

Acuérdate de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Señor, te pido por Dora, Elena, Víctor, Yamil, Virginia, Mario, Susana, Coco, Roberto, Izzo, Pichi, Rizzo, Pocha, Nilda, Juan José, María, Mario, Carolita, Omar, Rodrigo, Raquel, Cintia, Sandro, Diana, Marta, Marcelo, Seba y tantos otros que ahora olvido...

Ten piedad Señor, Admítelos a contemplar la bella luz de tu rostro...

martes, 6 de marzo de 2012

Hermoso mensaje de Jesús...


Vuestro sufrimiento es riqueza dada por mí, dispensada por mi Padre

Desde la montaña he anunciado a la humanidad las más sentidas palabras de esperanza sobre el dolor del mundo. Dolor que sublima, que santifica, que hace que me busquen a mí y al Padre, después de un tiempo de protesta y rebelión; dolor maestro del espíritu, que después ayudará a comprender el dolor de los demás.
Ahora, después de siglos, aún me dirijo a vosotros, con estas nuevas palabras antiguas. A vosotros, que creéis en estas palabras, a vosotros que me escucháis, en verdad os digo todavía: “Bienaventurados.”
Bienaventurados en la nostalgia de los que habéis perdido; bienaventurados por las lágrimas ocultas, vosotros, que sufriendo sabéis sonreír. Bienaventurados, los que sufrís, porque en el Reino seréis fuertes y felices. Bienaventurados, los que no veis, pero tenéis los ojos espirituales bien abiertos. Bienaventurados, los que escucháis con el alma y sois limpios de corazón. Bienaventurados, todos vosotros, los que habéis sufrido, porque vuestro sufrimiento es riqueza dada por mí, dispensada por el Padre.
Vosotros no la querríais, querríais la felicidad, la riqueza, la salud, la vida de vuestros seres queridos, cercanos a vosotros, no añorados…Querríais todo lo que después tendréis. Bienaventurados vosotros, que pasaréis por la puerta estrecha, y al otro lado de ella me encontraréis a mí, a mi Madre, a vuestros seres queridos, al sol.
Los ciegos verán cosas maravillosas; los sordos oirán música maravillosa… y pobres de vosotros, los egoístas, en medio de vuestro bienestar, vosotros que miráis con compasión al que sufre, sin aliviar un poco su sufrimiento… Bienaventurados vosotros, que os sacrificáis, que sois santos, porque no sabéis que lo sois; vosotros que sois los más ricos, porque aceptáis con serenidad las pruebas. Bienaventurados vosotros, porque poseeréis mi Reino. Tras aquella puerta encontraréis a los ángeles. Ellos son criaturas reales, que os han acompañado en el dolor y apoyado en el sacrificio y en la nostalgia, y han recogido vuestras lágrimas ocultas. Bienaventurados vosotros, que aun en el dolor habéis sido generosos con los que sufrían como vosotros. Bienaventurados vosotros, que compartisteis con los demás vuestro único pan. Bienaventurados vosotros, que hacéis la caridad para con las almas con trabajo y sacrificio. Me defendéis, y se burlan de vosotros. ¡Bienaventurados!
Bienaventurados los mansos, los puros, los pobres en el espíritu y en la realidad, los justos, los perseguidos, los que sufren…El Reino es vuestro; allí os esperan y, una vez llegados, encontraréis lo que no habéis tenido en la tierra, lo que habéis perdido en la tierra, porque habéis llorado. Será reconocida cada una de vuestras obras de amor; los ángeles os llevarán las lágrimas que habéis ocultado, y se convertirán en perlas.
Mantengo, ante mi Padre, cada una de las promesas. Os espero, la puerta está abierta, el sol alto para vosotros; ahora, en el tiempo, en la tierra, estad serenos, porque es grande la felicidad que os espera, y esta certeza no puede por menos de daros serenidad.
Ésta es la fe, ésta es la confianza, ésta es la religión vivida. Bienaventurados vosotros, que habéis creído en lo que ahora os he dicho.
En lo alto de los cielos, un Reino fe felicidad, donde no existe más que la belleza, donde nada puede perturbar, y los temores se acaban., donde, unidos entre vosotros, nunca más os separaréis, donde no existen las lágrimas, a no ser las derramadas por la felicidad y la exaltación. Un Reino todo para vosotros, bienaventurados.

lunes, 5 de marzo de 2012

La misma medida…


Jesús dijo a sus discípulos: Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre le regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes.

Lc 6, 36-38. 

Reflexión:

Aquí tenemos la clave para no tener miedo al juicio particular en el momento de nuestra muerte, ni al juicio final al fin del mundo, y esta clave es “ser indulgentes”, es decir, no juzgar, no condenar y perdonar.
Porque la medida que usemos para los demás, se usará con nosotros. Hagamos entonces el esfuerzo y perdonemos todo como lo hizo la Santísima Virgen. Además debemos ser misericordiosos, pues la misericordia es el mayor atributo de Dios; y sus hijos, que somos nosotros, debemos distinguirnos también por ser misericordiosos.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser buenos como el Padre Celestial es Bueno.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

domingo, 4 de marzo de 2012

La nada no existe sino en el corazón árido de las criaturas sin fe...


¡Mis criaturas!
¡Nadie se desvanece en la nada! La nada no existe sino en los corazones áridos de las criaturas sin fe: la nada está en aquel que no cree y se siente solo, sin ninguna meta.
El hombre llega a la tierra de paso, para ser probado, tiene los medios para creer, si quiere, tiene mente y corazón.
El que se pierde y no en la nada, sino en la tiniebla eterna, se pierde por su voluntad, porque Yo, Jesús, vine para traer la Redención, para que no se pierda ninguno en las tinieblas.
¡Para todos es la prueba, todos tienen el modo de salvarse, a todos se les ha revelado la Verdad!

No todos quieren entender esta Verdad Mía, la que dejé y que vuelvo a recordar en el tiempo a través de Mis instrumentos. Quien se pierde lo hace por su voluntad: he ahí el libre albedrío. ¡Quien se salva lo hace por su voluntad, en la Mía! Yo vine a la tierra en aquel tiempo para que todos vinieran a Mí.

Mi Pasión para hacer comprender que el dolor es vida, Mi muerte en la Cruz, para tomar sobre Mí los pecados de la humanidad, Mi resurrección para decir a todos, y ahora también a ti, y a ti, y aun a ti: ¡resucitarás luego de tu prueba terrena!
¡Y si hubieres cumplido Mi voluntad, si hubieres amado, si hubieres dado, si fueres pobre de espíritu y rico en gracia, resucitarás en Mí, en el Padre que es luz, en el Espíritu que es amor!
¡Entonces, nadie se desvanecerá en la nada si me siguiere!
El que me sigue y camina en el sol, Mi sol es la fe, no se desvanecerá.
El que no ha hecho lo que Yo deseo y por vosotros lo deseo, por ti, y también por ti, el que no ha querido seguirme, el que no Me ama, el que Me traiciona, el que traiciona, no tendrá la vida en Mi Reino, pero nadie se desvanece: cada uno recibe el premio o el castigo, ya que la Trinidad es amor infinito, infinita comprensión e infinita justicia.
No obstante, todos han recibido los medios para vivir en Mi Reino: el Reino que ha sido creado también para vosotros que estáis pasando por la tierra. La tierra es un camino...
Y cuando perdéis o, mejor dicho, creáis haber perdido un ser querido, no penséis que se ha desvanecido en la nada. Rogad para que llegue hasta Nosotros, a la maravilla total, y sentidlo junto a vosotros, como sucede en la realidad que no veis, ¡pero que yo sé!

Yo conozco a cada uno de vosotros; Yo os conozco desde siempre y te comprendo también a ti que no crees en Mí, que dudas de Mi realidad.

¡Creerás en Mí, hermano, y Me seguirás, y caminarás Conmigo! Yo te comprendo, y acudo a tu lado para decirte: ¡ama y ten esperanza!

No has venido a la tierra para pasar y esfumarte. En ese caso, ¿para qué habrías sido creado?
No digas que no existe un Creador, no lo puedes pensar, tú comprendes que de la nada, nada puede provenir. Todo es porque la Trinidad es, porque el Creador es.
Y Observa el mundo, las criaturas, el sol, las auroras, los ocasos, las noches... ¡Y mira Mi rostro Mi Pasión, Mi Cruz!

Y mírame resucitado, inundado de luz, mira en tu interior, hermano, y Me encontrarás y Me seguirás.
Y volverás a encontrar a tus seres queridos, que te parecían perdidos, están Conmigo, o caminan hacia Mí, reza, alíviales su camino...
¡Testimonia Mi Verdad, dar la fe y, de tal modo, la esperanza, es caridad, es amor!
Tú ahora comienzas a tener esperanza, luego darás a los demás tu esperanza, y el amor seguirá adelante: ese amor activo que se llama caridad y que Yo deseo de todos, en todas sus formas:
Caridad para los espíritus, caridad para quien tiene menos que vosotros, caridad hacia los enfermos, tolerancia hacia los que no aciertan a amar, caridad hacia el que no os ama... En verdad, os digo tratad de imitar Mi vida: la vida que conduce a la Vida, allá donde no se desvanece en la nada sino que se entra en el mundo maravilloso.

viernes, 2 de marzo de 2012

En el Sagrario, ante mi Cuerpo y mi Sangre. Allí os espero...


La vida que pasa y se escurre como arena entre los dedos, y cada día os quita un día, consideradla tal cual es: camino–pasaje hacia la verdadera casa, navegación hacia el puerto.
Sin embargo Yo, cercano a vosotros y en vosotros, y vuestros seres más queridos que están ya más allá del camino, en casa (la casa del Padre), os miramos y seguimos a lo largo de vuestra peregrinación hacia la meta, ¡allá donde todo será alegría, serenidad de espíritu y Gloria! Os observamos vivir vuestra primera vida, y Yo que estoy en vosotros sé todo de vosotros, desde los grandes hasta los más pequeños sentimientos, y me intereso por cada cosa. Sé de vuestros gustos, de las flores más estimadas... de vuestras preferencias sobre cada cosa.
Todas estas cosas materiales os han sido dadas para ser utilizadas adecuadamente y para daros pequeñas alegrías, para distraeros y para que Me halléis siempre en cada cosa: una puesta de sol, una flor o también un alimento.
Todo os lo doy Yo y todo Me lo debéis.
Me encontráis en todas las cosas, pero donde más Me gusta ser encontrado es ante un Altar, en la dulce luz dorada que os aporta la irrealidad de Mi realidad.
En el Sagrario, ante Mi Cuerpo y Mi Sangre. Allí os espero, allá quiero siempre de vosotros un pensamiento, y un saludo y una plegaria.
No importa si la plegaria es silenciosa o en alta voz, no importa si es súplica o protesta, ¡lo que Yo quiero es el diálogo!
Cuando escucho los corazones que le hablan al Mío, allí Mi corazón se abre, se hace vuestro y os recibe.
Os espero siempre ante un Altar y, en el silencio de una iglesia desierta os reconozco, uno por uno, desde siempre.
Del mismo modo que os reconozco uno por uno en las iglesias plenas de luz durante una ceremonia.
La iglesia es Mi casa terrenal.

jueves, 1 de marzo de 2012

Soy el que os espera en el mundo nuevo...


¿Quién dice la gente que soy yo? ¡Ahora, después de siglos, ponen en duda mi verdad! ¿Quién soy? Soy el que detiene el viento... Soy el que multiplica los panes. Soy el que da la vista a los ciegos del espíritu. Soy el que te ha dado la fuerza de vivir, a pesar de tu lacerante dolor. Te he dado la fuerza de sonreír y de esconder las lágrimas. ¿Quién soy? Soy el que siempre ha existido en el Padre, engendrado por el Padre, tomando cuerpo en el purísimo cuerpo de Miriam; soy el que, también sólo por ti, he sufrido tus dolores.
Cierto, no es fácil reconocerme, el mundo ofrece tantas distracciones, la vida de todos los días está para muchos llena de afanes... Me basta un solo pensamiento al día para, en el tiempo que sé,  hacerme reconocer. Cierto, no siempre es fácil seguirme: es preciso negar el propio yo, renunciar al propio egoísmo, llevar la cruz, aceptándola... No es fácil, pero comprendo vuestra debilidad y todas las dificultades que vivís. Y ahora, en verdad, os digo: me bastan vuestros buenos pensamientos, vuestras breves oraciones... Me basta un solo pensamiento al día si no podéis hacer más. Y yo vendré a vuestro encuentro: penetraré en vuestro corazón hasta que penséis en mí con más amor. ¿Quién soy? Soy el viento que suavemente sopla sobre vosotros, soy la luz en la oscuridad de vuestro dolor, la esperanza de una vida mejor, de un mundo mejor. Mi reino no es de este mundo.
Yo estaba desde siempre en el Padre, en él sin principio, en él sin fin.
Y vosotros estabais desde siempre en el pensamientos del Padre y creados por amor, probados por amor para lograr el reino donde encontraréis la casa de siempre y por siempre; y vuestros seres queridos por siempre. ¿Quién soy yo? Soy el que os espera en el mundo nuevo: el que vendrá para vosotros. Un mundo de luz, de paz, de felicidad.
El Padre os ha pensado desde siempre, en el siempre volveréis y comprenderéis toda la verdad. Yo estaba en el siempre, yo fui engendrado y vosotros creados, pero también vosotros participabais del siempre, porque, venidos de Dios, sois sustancia de Dios.
Mi sangre os ha lavado, vuestro dolor os salvará, la caridad vivida os sublimará. Hay que entrar por la puerta estrecha: aquí están las pruebas, las lágrimas, los dolores... Llaves para entrar. ¿Quién soy? El que os abrirá la puerta.


JESÚS TE ESPERA