sábado, 29 de septiembre de 2012

"Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será ensalzado".


‎"En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos lo estaban espiando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dio un ejemplo: Cuando seas invitado por alguien, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido invitado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que te invitó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas invitado, siéntate en el último puesto, de manera que cuando venga el que te convidó te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. (Lc 14,1-10)


Si crees y tienes fe, debes saber que eres uno de éstos invitados al banquete. Así que por favor, por el bien del cristianismo, siéntate en el último puesto y deja que el que se hizo Último antes que tú, es decir Cristo, sea Aquel que te diga: "Amigo, sube más arriba".

Antes de ver los defectos ajenos y de marcarlos, mírate a ti mismo. Antes de tomar La Biblia y de dar la lista sobre quienes no heredarán en el Reino de Dios, pregúntate si tú al hacer tal juicio te comportas como un último. Antes de creerte salvado del infierno y muy espiritual, piensa si no te estás comportando como uno de estos fariseos que tomaban los primeros lugares.

"Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será ensalzado". (Lc 14,11) Debemos recordar el consejo del Apóstol Pablo: "No se crean los únicos que saben". (Romanos 12:16) Cree, ama y reza.

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