viernes, 15 de febrero de 2013

Felices los que sufren


Cada palabra Mía es Verdad, porque Yo soy Verdad, cada palabra Mía es Luz, porque Yo soy Luz, toda palabra Mía es Vida porque Yo soy Vida.
Y la Verdad, y la Luz y la Vida no son de la tierra sino del Cielo, que ha sido creado para que el hombre puro de espíritu forme parte de él y goce de la Verdad, de la Luz y de la Vida.
Vosotros de la tierra a menudo os preguntáis el porqué de muchísimas cosas que os parecen injustas y crueles, hasta el punto de dudar de Mí, de Nosotros.
Sin embargo, todo resultará transparente de luz y Verdad cuando paséis de la tierra al Cielo, cuando tengáis visión tendréis conocimiento, no tendréis ya dudas acerca de Mí, de Nosotros, de las injusticias y de la crueldad.
Felices los que sufren; vale la pena sufrir durante breves años terrenos para gozar después eternamente todo lo que pertenece a los cielos.
¡Y pasarán al olvido todos los sufrimientos de la carne y del espíritu, mientras que no será olvidado nada de lo que haya servido para alejar al hombre de Mí!
¡Y todos los males de la tierra serán olvidados cuando se obtengan los bienes del Cielo,!
Yo no soy injusto, no soy cruel, ¡soy el imponderable!

La justicia no es de la tierra, como no es de la tierra la paz, como no es de la tierra la Luz.
Dad gracias siempre por todo lo que poseéis en el bien y en el mal, dad gracias por lo que veis y, sobre todo, dad gracias vosotros que tenéis Mis Palabras.
Palabras de Luz que os darán Luz, que os allanarán vuestro camino, que os conducirán entre Mis brazos,
Y no preguntéis, no os planteéis dudas. No las quiero de vosotros.
De vosotros quiero Fe, de vosotros quiero certeza, de vosotros quiero serenidad y aceptación. ¡De vosotros quiero todo el amor que Yo os he dado!

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