martes, 20 de noviembre de 2012

¡Rogadme por aquellos que no Me escuchan!


¡Mis criaturas, almas de Mi alma!
¡Haced todas las cosas en Mi nombre, así me sentiréis siempre en vuestros espíritus!
¡Amo el coloquio con vosotros y donde es más intenso, ante un Altar!
Aquí Yo estoy en cuerpo y espíritu, aquí existo como existo en cada cosa y en cada uno de vosotros.
En el silencio de esta pequeña Iglesia bendecida por un Ángel, aquí Yo os hablo, estoy en vosotros. ¡Os sentís ya despegados de lo terrenal, un poco más en alto, soy Yo que os traigo Conmigo, os elevo hasta Mí!
¡Jamás os dejo y quiero que nunca Me abandonéis!
Habladme, rogadme, Yo os doy todo lo que es bueno para vosotros, ya que conozco cada cosa y cada necesidad vuestra.
Os doy fuerza para que podáis estar listos a combatir en Mi nombre. Id siempre adelante en Mi nombre. Cada gesto, cada acto de amor hacedlo en Mi nombre. Y Yo iré siempre a vuestro encuentro con Mi mano tendida hacia vosotros, Mi corazón latirá con el vuestro y Mis brazos abiertos os esperarán allá, donde espero a todos, al final de vuestro tránsito terreno.
Unidos por ese hilo que se llama amor, actuad, para vosotros es tiempo de obrar, de testimoniar Mi existencia y cada Verdad Mía.
Pequeños apóstoles desconocidos para el mundo y conocidos de Mi corazón.
Mi espíritu inunda los vuestros, y a cada uno de vosotros Yo hablo de modo distinto, pero siempre con amor.
¡Y vosotros Me sabéis escuchar!
¡Rogadme por aquellos que no Me escuchan!
Acogeré cada súplica vuestra. Cada uno de los que vengan a Mí por mérito vuestro será bienvenido, y si confiareis en Mí, Me sabréis traer muchas almas.
En el silencio os hablo, escuchadme en el silencio.

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