lunes, 14 de noviembre de 2011

A través de estas palabras Mías Me conocéis mejor...


A través de estas palabras Mías Me conocéis mejor. Me sentís junto a vosotros y, en vuestro interior, infundo en vosotros serenidad y paz, os doy el coraje para aceptar las pequeñas y las grandes cosas de vuestra jornada. 
Estas palabras no podrían brotar de la fantasía humana, os dejarían indiferentes, mientras que así notáis la Verdad y no la olvidáis jamás! ¡Yo no hago cosas inútiles! ¡Mis dones no son inútiles! ¡Son necesarios para el mundo de hoy, de esta época vuestra en la cual tantas cosas provenientes de la voluntad de los hombres hacen difícil la vida, y tantas cosas queridas por Mí os elevan el espíritu!
Los dolores os elevan el espíritu¡
Y vosotros, en el dolor aceptado, mejoráis y servís de ejemplo. Y Yo no os abandono en vuestro dolor aceptado. Me manifiesto, y una vez más os digo: ¡el dolor es un don que la humanidad teme y no comprende en la tierra, es una prueba!
Entre Mis brazos al final de vuestra jornada, Me lo agradeceréis: entonces habréis comprendido.
Amadme: veréis Mi rostro en vosotros, Yo nunca os abandono y puedo, inclusive, mostrarme a veces delante de vosotros: quien Me ama, me amará mejor, y quien no Me conoce ni Me ama, Me amará. 
Yo puedo cambiar un alma en una hora, en un instante, y siempre por amor!
¡He venido a traer la Palabra, es decir, el camino de la Vida para todos; no querría perder ni siquiera una criatura, hago todo por vuestra salvación, por esto os hablo también a través de un alma!
En verdad, una vez más os digo:
para Mí, Jesús, cada uno de vosotros es como si fuera el único en la tierra, en todos los tiempos, en Mi corazón.
¡Sé amar con amor divino!

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