lunes, 10 de diciembre de 2012

"Si no os convertís y no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos". (Mt 18, 3)

¡Criaturas Mías!
Vosotros que todavía no conocéis Mi Verdad, sin embargo la buscáis ya que vuestro espíritu tiene hambre y sed de Mi, Jesús, que soy la Verdad, ¡escuchadme y escuchadme con fe, no como si estuvieres escuchando bellas palabras que luego se pierden, escuchadme!
Soy Yo quien os hablo a través de un humilde camino Mío, soy Yo, vuestro Jesús, Aquel que también por vosotros, por cada uno de vosotros a quienes conozco desde siempre ha padecido, ha muerto, ha resucitado. ¡Por cada uno de vosotros, puesto que Yo conozco todo de cada uno, en cada hora, en cada instante pasado, presente y futuro!

¡Yo no estoy en el tiempo! Lo estuve en aquella época en que traje el amor al mundo.
Muchos han comprendido, por muchos he venido, puesto que no todos Me han seguido.
Sin embargo, Mis almas, criaturas que estáis peregrinando por la tierra con cargas, dolores, afanes y preocupaciones... sabed que todo lo que os es dado, en el dolor y en la alegría, es pasajero y para probaros.
Después de la prueba, la alegría plena, esa que no tendrá fin en Mi Reino, eso que en aquel tiempo y en todo tiempo os he prometido.
 Soportad vuestras cargas, en aquel tiempo me fueron útiles, Me aliviaron aquel dolor que Yo, el hombre–DIOS , he ofrecido a todos vosotros para vuestra salvación.
Yo, Jesús, sufrí en el tiempo, también vosotros sufrid en el tiempo (porque no existe vida humana exenta de sufrimiento).
 Ahora, más allá del tiempo, por encima del tiempo vivo la gloria a la diestra de Nuestro Padre; así también vosotros, si amareis, si supiereis comprender, si diereis de vosotros mismos en Mi nombre, tendréis la vida en la gloria...

¡Vosotros, criaturas que estáis pasando por la tierra sedientos, hambrientos de fe, y todavía no habéis comprendido que solamente la fe es fortaleza, serenidad, paz!
No busquéis en las cosas del mundo. ¡Buscad en Mí, en las cosas del Cielo! Haceos pequeños, volveos en niños: Yo amo a los pequeños, a los niños de espíritu.
¡Y entonces podréis venir hacia Mí con confianza! ¡Pedid, os será dado! Y entonces Yo os daré la fe viva, la fe verdadera.
¡Solamente entonces quien todavía no Me conoce, Me conocerá, porque Yo Me hago evidente a quien Me busca! ¡Quien Me busca Me encuentra! ¡Si verdaderamente Me busca con humildad, con amor, con ansia de fe!

¡La vida terrena no tendría una finalidad si no continuara más allá! ¡La vida está más allá! ¡En Mi Reino, que será el vuestro si Me siguiereis, si contemplareis Mi rostro, si supiereis caminar Conmigo en el sol de la esperanza, sintiéndome en vosotros mismos! ¡Hombres, nunca estáis solos! En cada cavilación vuestra sois escuchados, en cada una de vuestras acciones sois observados!
¡Soy Yo, en la Trinidad, Yo, Jesús, quien os miro el alma!
¡Meditad estas palabras Mías! Son un acto de amor y de misericordia hacía vosotros, porque os amo y Me preocupo por cada uno de vosotros, pequeñas hojas Mías llevadas por Mi viento.
¡Mi viento! ¡Es el amor Mío hacia vosotros!
Venid entonces en Mi viento, estad Conmigo, Yo estoy con vosotros para iluminar vuestro camino.

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