¡Mis criaturas!
¡Cuando habláis de Mí estoy siempre
en medio de vosotros!
¡En verdad os digo que os conozco
desde siempre y os llamo en vuestras almas!
No por casualidad os he reunido en
torno a Mí. ¡Es para deciros que os amo y me preocupo de vosotros en cada momento
de vuestro tiempo! Solamente os pido que Me sigáis siempre y tendréis entonces
paz en el alma, y podréis hacer en Mí grandes cosas por los hermanos.
Entonces ya nada podréis temer, ¡vuestra
alma estará tan llena de Mí que viviréis ya algo del Paraíso, que es gozo,
encanto, vida, gloria!
Os llamo con infinito amor y os he
llamado desde siempre porque sabía que me habríais de seguir y tú, cuanto más
me conozcas más Me amarás, porque tu espíritu es puro; no temas, ¡siempre me
has sentido y has podido hacer en Mi voluntad la tuya!
¡También a vosotros os llamo
apóstoles!
A los que me seguís, Yo en verdad
os digo: ¡No Me habéis elegido vosotros, Yo os he elegido!".
No miro vuestra condición humana,
la comprendo, miro el amor que hay en vosotros.
Desde la Cruz os he mirado, uno a
uno. Cada uno es el único para Mí, y también he sufrido por ti solamente, ¡pero
sabía que me habrías de seguir!
Entonces, en el Padre, te he
escogido. Yo no pertenezco al tiempo.
En tu tiempo He mirado y ¡He visto
tu alma!
Y vosotros, progenitores de jóvenes
vástagos, ¡tomad como ejemplo la Sagrada Familia!
Son mi esperanza también vuestros
pequeños, y sé que me seguirán gracias a vuestros ejemplos y a vuestro amor, y mi
amor
Y recordad: ¡en la Comunión de los
Santos están también vuestros seres queridos que a vosotros os parecen perdidos!
¡Están conmigo y con vosotros!
¡Mis criaturas! ¡Mi amor por
vosotros es infinito!
¡Os preparo horas de amor para los
hermanos, os preparo vuestras buenas obras!
¡Venid conmigo ahora, siempre!
¡Cada día hay un amanecer luminoso
para vosotros! ¡En mi nombre!
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