domingo, 22 de mayo de 2011

La fe y la ciencia - Saquen sus propias conclusiones

Mensaje de Jesús - La palabra continúa...

Criaturas, cuántas veces frente a los que hacen de su cultura y su ciencia una falta de Fe, prefiero a los que no saben, a los que aceptan por ignorancia.
Los ignorantes, siendo los más puros, sin estar contaminadas sus mentes por demasiadas inquietudes de estudio, aceptan y comprenden mejor la realidad de lo que, a aquellos que han estudiado y pensado, les parece irreal.
Ved, criaturas Mías, por qué Yo amo a los puros de corazón, es decir, a los puros de mente.
Los pequeños, los humildes, que creen sin hacerse problemas intelectuales.

De qué vale la "gran ciencia" humana si durante años y años de investigaciones nunca ha conducido al bien, puesto que siempre los medios que la ciencia pone a disposición del hombre vienen a traer la destrucción del hombre mismo.


Durante muchos, muchos años, la ciencia ciertamente ha curado enfermedades, pero le han nacido otras. Y la gran ciencia de aquellos que, estudiándola e investigándola, les ha hecho ser consagrados a todo lo que es materia, ¿por qué no consigue eliminar, para estos hombres consagrados a la materia, la muerte material?
¡Para todos los que la temen creyéndola el fin y no el principio!

¡Porque sobre todas las cosas existo Yo, existe el Padre, existe el Divino Espíritu de Amor!

¡Y así, los hombres se extravían en inquietudes y preocupaciones!
¡Y no se fían de Mí! ¡Y no ponen su confianza en Mí! Bastaría un gesto suyo hacia Mí, un deseo, un pensamiento, para que Yo entrara en sus corazones y los hiciera partícipes de la Gracia Divina: la Fe.
Y entonces tendrían toda la comprensión por las cosas de la materia y por las del Espíritu.
En verdad os digo que la FE mueve los espíritus y las mentes, y hace obrar a los corazones.
La FE es un don de la Trinidad Santa.

La ciencia es materia, el milagro es Mi voz.


¡Es el momento en que es la ciencia, la que quiere constatar, es la soberbia la que quiere hacer saber, es el hombre que cree poder hacerlo todo!

¡No Me conoces aún, pero Yo, tu Jesús, te estoy llamando para que tú, antes de desentrañar la ciencia de la tierra, conozcas la ciencia del Cielo!

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