¡Criaturas Mías!
¡Yo, Jesús, no os abandono!
¡Estaré allí para recibirlos, allí donde vosotros iréis!
¡Y vendré con vosotros, y muchos de vosotros, en el tiempo, sentirán más fuerte Mi voz en sus almas!
¡Yo os he llamado, vosotros Me habéis respondido!
Desde la Cruz os he agradecido, desde la Cruz sabía ya las Palabras que más adelante os habría de dirigir a través de un alma.
Y entonces id. Id en Mi nombre.
Cada uno de vosotros, con sus propios medios, en el estado en el cual Yo, unido al Padre, os he colocado según el plan trazado para vosotros; el Espíritu Consolador, que del Uno al Otro procede, estará en vosotros cuando os hagáis Mis instrumentos.
No penséis que se pueden mofar, que os pueden tomar por tontos; nadie podrá escarneceros ni creeros estúpidos ya que la Verdad será evidente, y se hará evidente a quien todavía no la conoce.
¡Sembrad! Cosecharé. ¡La semilla no se pierde, dará frutos aun de una roca, aun de la arena!
¡Yo sé, Yo conozco, vosotros no sabéis, pero id confiados en Mí!
¡Y cada día una semilla, cada día una obra hecha en Mi nombre!
¡Mis suspiros, no os asombréis si os confío estos pensamientos Míos, si os he escogido, Yo sé, Yo os conozco! ¡Entonces, id!
Una vez más en verdad os digo: es el alba y asoma el sol.
Yo soy vuestro sol y alumbro vuestro camino.
Os envió Mi luz, os traigo Mi paz; id serenos, es vuestra alba.
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