Las noches son el fin de cada día, como
los años son el final del tiempo. Los hombres son hojas que mueve el viento y
vosotros venís en mi viento, mis respiros, mis hojas.
Formaréis así el árbol de la vida,
reunidos en un solo espíritu para siempre..
No se divide lo que ha sido decidido en
el cielo
Divisiones provisorias, breves
separaciones, sólo aparentes, porque las almas no se parten. No sabéis lo
maravilloso que será vuestro eterno acontecer; y, si vuestros ojos vieran por
un instante la vida del siempre, estaríais anhelantes de conseguirla enseguida.
El siempre será para vosotros, hojas del
árbol que no tiene fin, el eterno árbol de la verdad y de la vida.
Aguantad en la esperanza y vivid en la
caridad.
Tenéis este privilegio: Yo, Jesús, os
hablo porque estáis en el designio. Y no temáis. Yo sé y conozco y en verdad os
digo que cada cosa que sucede es para el bien eterno y el árbol de la vida
tendrá todas sus hojas: ¡Vosotros!
Dejaos llevar por mi viento, que es el
amor.
Hojas, criaturas, almas: os espera la
felicidad y, sobre el puente que separa vida y muerte, estáis caminando hacia
la vida.
Y os esperan vuestros otros vivientes.
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