Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres para que os
vean; de otra manera no tendréis recompensa ante vuestro Padre, que está en los
cielos. Cuando hagas, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta delante de
ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser
alabados de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.
Cuando des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que
tu limosna sea oculta, y el Padre, que ve lo oculto, te premiará. Y cuando
oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en pie en las sinagogas
y en los ángulos de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os
digo que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando ores, entra en tu cámara y,
cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve
en lo escondido, te recompensará. Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como
los hipócritas, que demudan su rostro para que los hombres vean que ayunan; en
verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando ayunes, úngete la
cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre,
que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará.
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6; 16-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario