Cuando me pedís cosas para
el bien de vuestro espíritu, para vuestro bien verdadero y permanente, Yo
siempre os lo doy con plena alegría.
Yo en verdad os digo: llamad
y se os abrirá. Es entonces cuando llamáis cuando os abro el corazón y hago Mío
vuestro deseo.
¡Pedid claramente! Esto no
significa hablar en voz alta, significa saber lo que se pide.
Saber distinguir si es para
la existencia de Verdad o si lo que pedís no lleva sino a cosas materiales.
Vosotros debéis pedir con
claridad lo que Yo podré daros eternamente.
Las cosas del mundo pasajero
no siempre os las doy tal como las deseáis.
Siempre es para un gran bien
que os doy y os quito lo que quiero, pero siempre, siempre, para daros el bien
eterno.
Confiándoos a Mí antes que
al querer vuestro, sabréis siempre qué cosas pedirme y qué es lo que quiero de
vosotros.
JESÚS TE ESPERA!!!!!!
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