martes, 31 de enero de 2012

"Amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen"


¡Mis criaturas!
En aquel tiempo, pronunciando esas palabras: "¡Amad a quien no os ama!", intenté dar a todos vosotros, de todos los tiempos, la clave del amor verdadero, sentido, vivido.
Y no es fácil amar, pero enaltece, ya que amando a quien no os ama Me demostraréis a Mí, Jesús, y a vosotros mismos, un esfuerzo y después una victoria.
Amad a vuestros enemigos: mirad en ellos y en vosotros, y compadeceréis sus actos porque a menudo pueden depender de los vuestros, voluntarios o involuntarios.
Así: estudiad cuanto podáis el alma de vuestros hermanos, y comprendiendo compadeceréis.
No os preocupéis del juicio de los hombres, que pueden tomaros por tontos si sufrís: ¡es Mi juicio el que importa!
Unido al Padre, Yo juzgo con amor y misericordia.
Y las cargas y el soportar son otras riquezas que Yo preparo en Mi Reino para vosotros.
Id ahora: ¡es otro amanecer para vosotros! ¡Id y amad a vuestros enemigos! ¡Serán amigos y hermanos, mejorados por vuestro amor en Mí!

Para llegar a este amor, Mis criaturas, debéis crecer en el espíritu y... solamente creceréis en el dolor aceptado, solamente con vuestra voluntad sabiendo que será la Mía, podréis amar verdaderamente a quien no os ama.
Al principio: sufriendo y perdonando; después comprendiendo el porqué de muchos defectos en algunas criaturas: Mías, como vosotros, y hermanos vuestros que no se sienten vuestros hermanos...
Mirad entonces las circunstancias de sus vidas, sus amarguras, su falta de fe, a veces no por culpa de ellos... y pensad que aquellos que no aman sino que llegan a engañar, a traicionar, a matar, aquellos que odian, aquellos que no conocen el bien, ¡son siempre dignos de compasión por lo que les espera más allá del tiempo, si es que no cambian!

¿Y vosotros? Estáis para hacerlos cambiar, como instrumentos Míos, si Me seguís. Sois Mi semilla que, en medio de la cizaña, sirve de ejemplo de buena espiga al sol: estáis para mejorarlos amándolos y sufriendo, presentando la mejilla que ellos todavía no han golpeado...

No os tomarán por tontos sino enseguida, luego, os sabrán verdaderos cristianos y respetándoos, comprenderán que el amor es del verdadero cristiano y, así el perdón,...
¡Entonces serán mejores, quizás se salvarán, y vosotros habréis sido para ellos como Mi mano tendida en el perdón y como Mi voz, porque los habréis consolado!
Entonces os llamaré: ¡Bienaventurados! Felices porque habréis amado por amor, sufrido por amor, felices porque habréis comprendido el amor y lo habréis vivido como verdaderos cristianos, en Mi nombre.
Y entonces, os llamare: ¡Bienaventurados! Dichosos porque habréis amado por amor, felices porque habréis sufrido por amor, bienaventurados porque habréis comprendido el amor y lo habréis vivido como verdaderos cristianos en Mi nombre.
Os pido entonces más comprensión hacia estos hermanos: los volveréis mejores.
Os pido más tolerancia: aprenderán a ser mejores.

¡Os pido elevación espiritual para saber amar a quien no os ama, para sufrir pensando en Mí, para dar sin pretender recibir: amar verdaderamente con pureza!
Os pido todo esto, Mis criaturas, y conociéndoos sé que lo obtendré de vosotros: entonces, una vez más en verdad os digo: ¡Bienaventurados!

¡Acumulad verdaderas riquezas en el Cielo! Todo esto, como lo dije a los primeros ahora la repito a vosotros.
Es amor, el verdadero y purísimo amor, exento de todo interés, lo que deseo de vosotros para los demás: el prójimo, los hermanos.
¡Y del prójimo lo deseo para vosotros! También los primeros eran como vosotros, indecisos, temerosos, imperfectos.
¡Me siguieron, y han aprendido el amor! Yo soy el amor y, quien Me sigue, conociéndome no podrá sino amarme y amar.
Mi voz embelesa a vuestra alma, el alma responde a Mi voz. Es el reclamo de Mi amor hacia toda la humanidad. Se hace oír en vosotros: ¡amad!
Amaos el uno al otro, amad la paciencia, la tolerancia, el perdón. Este amor es el camino que lleva a Mi Reino, a vuestro Reino.
Ensanchadlo: el mundo tiene hambre y sed de amor.

¡Sed agua, pan, sed manos tendidas, sed brazos abiertos! ¡No amáis jamás lo suficiente!
No obstante, siguiendo mis huellas, podréis hacer mucho por amor en Mí, Conmigo. ¡Vosotros Mis manos, vosotros Mis brazos!
Vosotros, si diereis por purísimo amor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario