Mí criatura, ¡tu quieres con el
empuje de tu alma, pescar para Mí! ¡Te agradezco y te ayudo, mi voz! Y ahora te
explico con palabras claras lo que significa "No matar". No es solamente quitar la vida materialmente, con
odio, que esto es pecado gravísimo, uno de los más grandes sino que también es
un gran pecado la corrupción, que
asesina el alma.
¡Y también el aborto! Matar
criaturas indefensas, no permitirles que nazcan a la vida, es directamente
diabólico porque es un delito que muchas veces ni siquiera se llega a conocer.
¡Tantas formas tiene entonces la
palabra matar!
El mal ejemplo, que arrastra almas
hacia el mal y no les permite vivir después en la vida eterna, que impide en
ellas la felicidad futura.
El odio que entenebrece al mundo,
se mata fríamente por falsos ideales, por dinero, por pura maldad.
¡mi dolor! Cuánto sufrimiento desde
la Cruz, veía a todos aquellos que habrían de matar cuerpos y almas... Si el
mundo me conociera bien, si todos me amaran y vivieran mis palabras, no habría
odio, y mucho menos jamás habría delitos.
Es preciso testimoniar la Verdad,
dar a conocer mi existencia, ¡es necesario ser apóstoles y utilizar las horas
propias en una misión de amor! ¡Qué cada uno haga entonces cuanto le es posible!
¡Una gota en el mar, pero hasta una
gota puede ser importante! Si cada hombre salvara a un hermano, sí cada uno me
trajera un alma, ¡cuántas se salvarían!
Y tú, criatura mía, simple y
generosa, también de ti me sirvo, también tú una gota en mi mar, ¡también tú ya
me has traído almas!
¡Y sigue caminando Conmigo! ¡Y tú,
y vosotros, que obráis en amor! Tú, que das de ti misma con fatiga y generosidad,
¡tú que te pareces a uno de los primeros! Todos vosotros, tan caros a mi
corazón: mis pescadores, ¡aquí está la carnada!
¡Y recoged buena pesca! Os elegí
porque os sabía buenos pescadores: pacientes, dulces, generosos y fuertes en la
fe. ¡Vayamos juntos a pescar: estoy delante de vosotros, y os sonrío!
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