viernes, 2 de diciembre de 2011

¡En verdad os digo que os seguiré en cada uno de vuestros pasos!


¡Mis criaturas,
que algunas veces os extraviáis, porque en vez de mirarme a Mí, miráis las cosas de la tierra!

Os preocupáis por las cosas que pasan, cosas a las que Yo siempre proveo si vosotros sabéis confiar en Mí. ¡Os afanáis, pensáis, buscáis remedio a cosas que Yo puedo remediar!
¿Cuántas veces os he dicho que estoy con vosotros y en vosotros?
¿Cuántas veces os he repetido que proveo por vosotros, que cuido de vosotros?
Mis palabras para vosotros son un Milagro; no es común tener el don de oír estas Mis palabras y no es común este don Mío.

Vosotros que tenéis mucho, aunque frecuentemente pensáis que tenéis poco. Vosotros que tenéis ya en la tierra la sombra de la eternidad, que os protege del ardiente sol de la vida terrena; vosotros que sois guiados desde el Cielo, vosotros que tenéis en lo alto un Ángel que antes que por los demás, obra por vosotros y os protege, deberíais estar siempre más serenos, siempre más confiados: ¡Yo os hablo!

Yo, Jesús, os he elegido para ser Mis apóstoles, ¡Yo!
¡Os he dado una fuerza capaz de haceros vivir un tanto suspendidos entre el Cielo y la tierra, os he dado mucho: conocimientos de cosas celestiales, os he prometido mucho y mucho mantendré, pero de vosotros quiero confianza, familiaridad, seguridad en Mí!

Y vosotros sois todos aquellos que entienden estas Mis palabras, ya que cada uno de vosotros que entiende, a menudo ha tenido desaliento, desconfianza y temor; pero vosotros sois todos los que ya entendieron estas Mis Palabras, enviadas a través de este dulce medio, elegido por Nosotros Trinidad, para un fin bien preciso, predestinado en el designio Divino, y todos los que Me habéis oído, sed más fuertes, más confiados y sabed mirar mejor en Mí..
Los tiempos pasan, todos vosotros que oís Mis palabras, tendréis vuestra misión.
¡Sabed ver la Verdad en vosotros y en Mí; de Mi deberéis dar mucho testimonio, ya que Yo os he elegido para esto.
Para esto os he hablado.
¡He obrado de manera que os encontréis entre vosotros porque oísteis estas Mis palabras!
¡Y Mis Palabras deben ser meditadas!
¡Y Mis Palabras deben ser escuchadas!
¡Quien Me rechaza, que no escuche, quien Me escucha, que obre!
Es una orden amorosa que os mando. Ya que, si sabéis obrar en Mi voluntad vendréis a Mí, y es este Mi deseo y es también vuestra meta.
El que más Me puede escuchar, es más responsable de lo que después hace o no hace.
¡El que Me oye es un privilegiado, ya que Yo soy el Hijo de DIOS, soy Jesús, Aquel que vino a la tierra por vosotros y por vosotros vuelvo invisible, pero real, a deciros lo que debéis saber, a vosotros, los apóstoles de los últimos tiempos!

Y todos los que escuchan sois "vosotros", tú, tú, tú, tú una madre llorosa, tú un consagrado amado de Mi corazón, tú un padre, tú una criatura que Me busca, tú una criatura que siempre Me ha amado, tú una criatura que siempre Me ha ignorado...
También tú, cierto, también tú que no te preocupas de Mí, eres querido a Mi corazón y tienes el privilegio de oírme y no comprendes aún este bien.
Y ahora os dejo a todos entregados a vuestros pensamientos y os exhorto a hablar, a dar testimonio, a amar.
Os exhorto una vez más a la caridad, que tiene tantas y tantas formas, a la bondad, a la paciencia, al amor.
¡En verdad os digo que os seguiré en cada uno de vuestros pasos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario