Es necesario entrar por la puerta estrecha...
¡Más allá de la puerta estrecha, es donde
encontraréis la felicidad infinita!
La puerta es estrecha; el tiempo que se
os ha dado para ganaros la vida, os llevará a entrar por esa puerta, si lo
habéis empleado bien en la caridad y en el amor.
La felicidad está más allá de esta puerta
y es una felicidad verdadera e infinita.
Al pasar la puerta, se os abrirá un mundo
maravilloso: el mundo del espíritu. Encontraréis a quien habíais perdido temporalmente
en la materia, encontraréis lo que habíais deseado y nunca habíais
conseguido... Encontraréis la vida verdadera.
En la puerta estrecha quedaréis un
instante, que no es instante, parados e incrédulos ante tal belleza...
Después, entraréis en aquel mundo, nuevo
para vosotros, y tendréis sólo el recuerdo de los dolores y de los males de la
tierra, para dar gracias a nuestro Padre, que
ha permitido que los hayáis padecido para la redención de la humanidad.
Vuestros dolores, vuestras oraciones.
Y entonces viviréis con la vida que viven
los que, en vuestra espera, os han preparado todo lo que os podrá gustar. Más
allá de la puerta estrecha...
El mundo en que viviréis es un mundo
hecho para vosotros y, si no hubierais conocido en la tierra el dolor, no
podríais gozar tanto de su esencia, no podríais confrontarlo. Sin embargo,
también en la tierra hay horas felices, pero esta felicidad no es la misma que
la que viviréis más allá de la puerta estrecha.
... Y encontraréis a quienes habíais perdido
por ahora, encontraréis sus sonrisas, escucharéis sus voces...
Ésta es la felicidad más importante del
paraíso: reunidos, reencontrados en la luz del Padre, en la armonía del amor
universal.
¡La puerta estrecha! Es el símbolo del
dolor, de la dificultad... Es la vida terrena... No es fácil el camino a la
eternidad, la vida terrena no es fácil para todos, antes o después, en su
propio tiempo, cada uno tiene sus pruebas, cada uno conoce el dolor...
¡La puerta estrecha!
Entraréis en ese mundo futuro que es, en
verdad, el sentido y la meta de vuestro existir, porque en vosotros cada
sentimiento será sublimado y tendréis mil y mil sentidos para gozar de cada
sensación maravillosa.
Es un mundo real que os parecerá irreal:
pero ¿cuál es la verdadera realidad? Es lo que no pasa...
Y vosotros sois reales, porque no pasáis,
hoy existís para poder existir para siempre al haber superado aquella puerta.
Viviréis para existir eternamente como
almas, el alma es vuestro yo, vuestro nuevo rostro de luz, vuestra personalidad...
Vuestro pasar por la tierra, sea largo o
corto, es para llegar a aquella puerta, pasarla es vivir.
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