Cada palabra Mía es Verdad,
porque Yo soy Verdad, cada palabra Mía es Luz, porque Yo soy Luz, toda palabra
Mía es Vida porque Yo soy Vida.
Y la Verdad ,
y la Luz y la Vida no son de la tierra sino
del Cielo, que ha sido creado para que el hombre puro de espíritu forme parte
de él y goce de la Verdad ,
de la Luz y de la Vida.
Vosotros de la tierra a menudo os preguntáis el porqué de muchísimas
cosas que os parecen injustas y crueles, hasta el punto de dudar de Mí, de
Nosotros.
Sin embargo, todo resultará transparente de luz y Verdad cuando paséis
de la tierra al Cielo, cuando tengáis visión tendréis conocimiento, no tendréis
ya dudas acerca de Mí, de Nosotros, de las injusticias y de la crueldad.
Felices los que sufren; vale la pena sufrir durante breves años
terrenos para gozar después eternamente todo lo que pertenece a los cielos.
¡Y pasarán al olvido todos los sufrimientos de la carne y del
espíritu, mientras que no será olvidado nada
de lo que haya servido para alejar al hombre de Mí!
¡Y todos los males de la tierra serán olvidados cuando se obtengan los
bienes del Cielo!
Yo no soy injusto, no soy cruel, ¡soy el imponderable!
La justicia no es de la tierra, como no es de la tierra la paz, como
no es de la tierra la Luz.
Dad gracias siempre por todo lo que poseéis en el bien y en el mal,
dad gracias por lo que veis y, sobre todo, dad gracias vosotros que tenéis Mis
Palabras.
Palabras de Luz que os darán Luz, que os allanarán vuestro camino, que
os conducirán entre Mis brazos,
Y no preguntéis, no os planteéis dudas. No las quiero de vosotros.
De vosotros quiero Fe, de vosotros quiero certeza, de vosotros quiero
serenidad y aceptación. ¡De vosotros quiero todo el amor que Yo os he dado!
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