“Solo quiero ser un
fraile que reza… “
Reza, espera y no te
preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu
oración…
La oración es la
mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús,
no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones
debes hablarle solo con el corazón…”
El don de la oración
está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu
amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo
comunicará Dios a tu corazón.
A Dios se le busca en
los libros, se le encuentra en la meditación.
En la medida en que
vaciéis vuestro Yo de sí mismo – es decir, del apego a los sentidos y a vuestra
propia voluntad – , echando raíces en la santa humildad, el Señor hablará a
vuestro corazón.
Practicad con
perseverancia la meditación a pequeños pasos, hasta que tengáis piernas
fuertes, o más bien alas. Tal como el huevo puesto en la colmena se transforma,
a su debido tiempo, en una abeja, industriosa obrera de la miel.
Sed vigilantes cuando
meditéis. Generalmente los que se entregan a la meditación, lo hacen con una
especie de arrogancia, tan ansiosos están por encontrar el sujeto susceptible
de consolar su espíritu, y esto es suficiente para impedirles encontrar lo que
buscan.
-SAN PIO DE
PIETRELCINA-
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