«No deis a los
perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no
sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por
tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros
a ellos; porque ésta es la Ley
y los Profetas. «Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por
ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida !; y poco son los que lo
encuentran.
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