¡Mis criaturas!
¡Yo he venido para el espíritu! ¡Y vosotros vivid para el espíritu!
Vivir para el espíritu quiere decir: vivir en el mundo para conseguir la
vida en Mi Reino.
Y viviendo para el espíritu haréis que también los hermanos vivan para
el espíritu: aquellos que os envío, puesto que encontraréis aquellos que os
mando puesto que os buscarán, aquellos por los cuales Yo, Jesús, en verdad os digo:
os utilizaré como Mis instrumentos!
Mis manos sois vosotros, sois vosotros Mis pies, Mi voz, sois vosotros
si obráis en Mi nombre.
¡Y entonces no temáis! Obrad para
los espíritus y haced también obras materiales mediante la caridad, ya que la
caridad es dar lo que se ha recibido, tanto para el espíritu cuanto para la
materia,
Vosotros sois Mis manos, Mis pies, Mi voz, si me sabéis sentir en
vuestro espíritu.
Yo he venido para hablar a los espíritus. Y he venido para redimirlos.
He dejado en la tierra una herencia de amor para vosotros, Mis manos, Mis pies,
Mi voz!
Y vosotros debéis dejar para otros: los hermanos, esta herencia de amor:
esta es la Redención
que continúa en el tiempo a fin de que superado el tiempo, toda criatura Mía
pueda vivir en la luz eterna.
¿Qué es, por lo tanto, esta luz para vosotros?
¿Cómo creéis que es Mi luz?
Para conocer Mi luz es necesario haber superado el tiempo, sin embargo,
os doy un rayo de esta Mi luz, a todos si lo quieren aceptar: este rayo es la
fe que os vuelve fuertes, este rayo es Mi amor, que inunda vuestras almas...
¡Criaturas Mías, cuando hayáis superado el tiempo y ganado la verdadera
vida, Mi luz no será ya más un solo rayo sino un haz infinito de rayos: la
gloria que estalla en el espíritu purificado y santificado!
Y entonces, vale toda pena, vale toda lágrima, vale todo dolor, el más
grande, vale toda renuncia, toda carga, todo sacrificio!
Entonces, en Mis rayos, cuando hayáis conocido el valor verdadero del
dolor bajo toda forma, entonces me daréis gracias de todo vuestro padecimiento:
esas cargas, esas mordeduras en el alma, esa desolación que no existe en el
Reino Mío y vuestro, puesto que allá está la alegría plena: Mi luz.
He aquí, Mis criaturas, cómo os demuestro el valor del dolor, he aquí
por qué he llamado felices a quienes lloran. ¡Ellos: los elegidos!
Comprender el dolor significa comprender la Verdad , significa
comprender Mi Pensamiento, que no es vuestro pensamiento, significa comprender
vuestro verdadero bien, que vosotros en la tierra muchas veces no podéis
conocer, pero si confiáis en Mi comprenderéis y me diréis con el corazón y con
el alma: Hágase tu voluntad, porque Tú sabes y yo no sé, Tú conoces y yo
ignoro.
Comprender el valor del dolor significa mantener el alma en alto, junto
a Mí.
Significa vivir en el mundo y estar ya un poco en el Cielo. Comprender
el dolor quiere decir tener una fe segura.
Esto es lo que Yo, Jesús, deseo de vosotros.
AMEN, que DIOS nuestro SEÑOR nos siga dando fe, y que en este mundo pasemos entendiendo el proposito de nuestro PADRE CELESTIAL. AMEN
ResponderEliminarComprender el dolor tambien nos hace libres
ResponderEliminar