¡Mis criaturas!
En el Padre he creado el amor,
puesto que el Padre al crear la vida hizo un acto de amor.
Y he venido a traer la Vida que, en
el Padre, habíamos creado para vosotros, mirándoos cuando vosotros todavía no
existíais y Nosotros éramos desde siempre.
He vencido a la muerte, he traído el
amor, porque solamente el amor vence a la muerte porque es tan fuerte como para
unir la tierra al Cielo: criaturas que continúan amándose en mi Espíritu, en
nuestro Espíritu.
Así es como no se acaba el amor
entre madre e hijo y vence a la muerte, que no existe.
¡Existe la Vida!
Mis criaturas estas palabras mías
no son teología no son filosofía, no son otra cosa que verdad.
Os traigo la Verdad, la misma que
revelé en aquel tiempo.
Vosotros difundidla siempre.
Vosotros, a
quienes desde siempre conozco, vosotros a quienes he contemplado cuando todavía
no erais y Yo en el Padre, era desde siempre.
Vosotros seréis cuando vuestro
espíritu conozca todas las verdades, y vea todo misterio.
¡Ahora sois para amar, para dar,
para venir a mí y para traer a los hermanos hacia Mí!
"Ve, Hijo mío, el mundo
necesita luz..." Palabras de mi Madre, en aquel tiempo, ¡en aquel
amanecer!
El primer amanecer para Mí, otros
amaneceres para vosotros.
¡Llevad la luz!
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