lunes, 27 de febrero de 2012

He vencido a la muerte trayendo el amor...


¡Mis criaturas!
En el Padre he creado el amor, puesto que el Padre al crear la vida hizo un acto de amor.
Y he venido a traer la Vida que, en el Padre, habíamos creado para vosotros, mirándoos cuando vosotros todavía no existíais y Nosotros éramos desde siempre.
He vencido a la muerte, he traído el amor, porque solamente el amor vence a la muerte porque es tan fuerte como para unir la tierra al Cielo: criaturas que continúan amándose en mi Espíritu, en nuestro Espíritu.
Así es como no se acaba el amor entre madre e hijo y vence a la muerte, que no existe.
¡Existe la Vida!
Mis criaturas estas palabras mías no son teología no son filosofía, no son otra cosa que verdad.
Os traigo la Verdad, la misma que revelé en aquel tiempo.
Vosotros difundidla siempre.
Vosotros, a quienes desde siempre conozco, vosotros a quienes he contemplado cuando todavía no erais y Yo en el Padre, era desde siempre.
Vosotros seréis cuando vuestro espíritu conozca todas las verdades, y vea todo misterio.
¡Ahora sois para amar, para dar, para venir a mí y para traer a los hermanos hacia Mí!
"Ve, Hijo mío, el mundo necesita luz..." Palabras de mi Madre, en aquel tiempo, ¡en aquel amanecer!
El primer amanecer para Mí, otros amaneceres para vosotros.
¡Llevad la luz!

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