¡Mis criaturas!
¡Os he dicho: Estaré siempre con vosotros! ¡Hasta el final de los
tiempos!
¡Y al final de los tiempos, cuando descienda glorioso, vosotros Me
reconoceréis, porque desde el comienzo del final de los tiempos, y antes, y en
todo tiempo, Me he dado a conocer a fin de que Yo, Jesús, al daros el conocimiento
de Mí, pudiera daros así el amor por Mí, porque en verdad os digo que quien Me
conoce no puede dejar de amarme!
¡Yo soy el amor venido a traer la luz del amor!
Y vosotros que pasáis por la tierra mirad allí, allí está Mi luz, y
así vuestra esperanza.
Evangelizo a través de Mis
instrumentos: ellos estaban en el designio, y
por vosotros y para vosotros, a fin de que si todavía no lo sabéis, sepáis que
el amor por la humanidad es tan grande en el Padre, en Mí y en Nuestro
Espíritu, que todo medio está en el designio para salvaros!
¡Y hacia el final de los tiempos, al comienzo del fin de los tiempos
Me hago conocer, se hará notorio Mi rostro (esa imagen que ha permanecido en
los tiempos, impresa por un rayo de luz divina), serán conocidas Mis Palabras,
porque todo lo del mundo pasa, jamás Mis Palabras!
¡Y vosotros ya Me conocéis, otros de entre vosotros serán
instrumentos, otros así Me conocerán!
Mis instrumentos son escogidos para hacer conocer la Verdad : Yo, Jesús, el DIOS
Hombre, el Hombre–DIOS, la Verdad ,
la luz del mundo!
Al final de los tiempos vendré en Mi gloria.
¡Estad preparados, nadie sabe cuándo será, pero podría ser mientras
vosotros no estáis pensando en Mi Verdad sino en las cosas vanas de la materia!
Sabía: soy DIOS, que la materia había de ahogar al espíritu, y
entonces, observad: ¡Yo, unido al Padre, suscito al Espíritu, a Nuestro
Espíritu!
Y suscitando Nuestro Espíritu donde Nosotros sabemos, donde Nosotros
queremos, enviamos la Palabra
antigua, eterna, nueva, a fin de que todos estén listos para cuando Yo venga en
la gloria a juzgar a los vivos y a los muertos.
Los vivos: ¡los buenos, vivos en el
espíritu ya que vivirán en Mí!
Los muertos: los que no viven porque no Me respiran, los que no Me han querido
reconocer ni seguir.
¡No todo ha sido dado a conocer!
Criaturas, si fuerais tan sabios como para conocer todas las cosas,
¿qué mérito tendría vuestra fe en Mi juicio?
Sin embargo, y por amor, os
revelo mucho puesto que los tiempos de las promesas están próximos.
¡Criaturas Mías, poneos a la
escucha, hablaré a muchos, podría ser a ti también, o a ti que no crees en
Mí!
Creerás en Mí tú, que ahora dices que he sido un hombre como otros en la historia.
Yo espero que tú creas en Mi, ya que sé que creerás en Mí, y entonces
te hablaré.
Y tú que juzgas y rechazas a los que no te parecen dignos, ¿cómo
puedes decirlo, cómo puedes rehusar a los hermanos?
¡Yo sé quién es digno, no tú!
¡Y tú que te prodigas incansablemente ya que el ímpetu de tu alma te
alivia la fatiga! Y tú que Me rezas para adorarme, y tú que lo haces siempre y
solamente para pedir... Cuán distintos sois los unos de los otros!
¡Sin embargo, Mis criaturas, sin embargo Mis suspiros! Yo os
comprendo; comprendo vuestros gestos y el porqué de vuestros actos: conozco
vuestros pensamientos...
En Getsemaní ya estabais Conmigo, la historia de la tierra es larga y
breve y estáis todavía Conmigo, y Yo con vosotros, porque mantengo toda promesa
y os he dicho:
¡Nunca os abandonaré, estaré con
vosotros hasta el fin de los tiempos!
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