domingo, 30 de octubre de 2011

La virtud de la humildad...


Lucas 14,1. 7-11

En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. 

Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: 
Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 
Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado. Dijo también al que le había invitado: Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a los parientes , ni a los vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te inviten y tengas ya tu recompensa. Cuando hagas una comida llama a los pobres, a los tullidos, a los cojos y a los ciegos, y tendrás la dicha de que no puedan pagarte, porque recibirás la recompensa en la resurreción de los justos. 


Padre, te suplico humildemente que me acompañes con tu presencia amorosa para que mi corazón se llene de lo único que necesita: fe, amor a mis hermanos y esperanza.

Jesús, que tenga la humildad de dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios.

Podemos vivir hoy la virtud de la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y dando nuestra preferencia al prójimo.

Fuente: Catholic.net 

martes, 25 de octubre de 2011

La fe es un don que el hombre se procura, da fuerza y mueve montañas...


¡Mis criaturas!
Amaos los unos a los otros, y entonces os comprenderéis y todo será transparente entre vosotros.
En aquel tiempo, al comienzo de mi vida pública, el bondadoso y prudente Simón el Zelote me preguntó:
"Rabboni, ¡yo trato de apaciguar sus discusiones, pero ellos no siempre me escuchan! Rabboni, ¿qué puedo hacer?"
"Simón, tú enséñales a ellos (los hermanos, los primeros que me siguieron, hombres con defectos, seres humanos también con valores pero... seres humanos como vosotros), por supuesto Simón, enséñales a ellos la tolerancia la paciencia y, de ese modo, la comprensión que conduce luego al amor fraterno entre las criaturas, aun entre aquellas que antes no se conocían ni habían oído hablar una de la otra.
Diles que antes de juzgarse se observen, que miren antes en sí mismos, que a lo que hacen los demás, ¡ya que no se puede ni se debe juzgar por un acto, un gesto, una palabra, cuando no se conoce el pensamiento ni el porqué de un gesto, de un acto!
Considerad entonces lo que haríais vosotros si fuerais ellos.
¿Obraríais de manera distinta? No lo sabéis, porque vosotros sois vosotros y ellos son ellos, ¡y entonces no juzguéis, no perdáis la paciencia, amaos!"
"¡Rabí, tú amas a todos, eres DIOS y eres perfecto, nosotros, criaturas humanas, muchas veces no sabemos amar ni tolerar! ¿Vendrán con el tiempo hombres mejores que nosotros?"
 "Simón, habrá en el futuro hombres santos y pecadores. Si un hombre santo me conduce un pecador hacia la salvación, lo sabrá cambiar por amor en Mí y hacia él, ¡será siempre gran fiesta para Mí!"
"¡Rabboni, me das mucha esperanza con estas palabras!"
"Simón, he venido a traer la esperanza al mundo, y a quien se haga mejor en mi nombre le daré cada vez más esperanza, que es después la fe y mueve las montañas! Habrá santos y habrá pecadores, pero ¡cuántos se harán santos en mi nombre! He ahí la Redención, que continuará en el tiempo hasta el fin del tiempo, para traer más almas a mi Reino, allá donde, todos purificados, serán santos!"
"Rabboni, ¡entonces la fe es esperanza y la esperanza es fe! ¿Por esto los justos permanecen serenos aun en el dolor, y los que no son justos están siempre preocupados?"
"Has comprendido, Simón, la fe es un don que el hombre se procura, que mueve las montañas y da fuerza. Habrá fe en el mundo y habrá muchos que no tendrán fe. Para esto dejaré en el mundo mi Espíritu. ¡Para dar la fe!

sábado, 22 de octubre de 2011

El hombre ha sido creado para la eternidad


Para la eternidad... El hombre ha sido creado para la eternidad y su paso por la tierra es para prueba y también para el contraste, y esto también es un don: el principio... ¡la eternidad! Un mundo incomprensible para vosotros; sin embargo, quiero mandaros un respiro con estas palabras. Si aprendéis a respirar la eternidad, respiraréis durante el tiempo que viváis.
Era el amanecer y se estaba apagando la última estrella. La nostalgia, todos los sentimientos que experimenta el espíritu, yo, como hombre, también los he probado. He sufrido con vosotros y por vosotros
Los apóstoles aún adormilados dicen:
– “¿Dónde vamos, Rabboni?”.
– “¡A donde nos lleva el viento del amor! Y este viento nos llevará allí a dondequiera haya necesidad de amor”.
Así vosotros, abandonaos a mi viento. Vosotros, que sufrís la nostalgia más dolorosa,  pero tendréis mi viento que os llevará el respiro de la eternidad para respirar mejor durante el camino. El tiempo va, no se para, así es la vida terrena... Vuestra alma no sufrirá el tiempo, vuestra alma sufre el pecado, pero se glorifica en el amor. Pero, ¡cuánto se abusa de este amor! ¡Cuánto se habla vanamente de este sentimiento sin vivirlo ni sentirlo!
Palabras vanas... Prefiero la obra silenciosa, pero viva, prefiero la oración silenciosa.
Era el amanecer; los apóstoles estaban todavía adormilados...
– “Rabbí, ¿a dónde nos llevará aquel viento?”.
  “Adonde hay necesidad de palabras de verdad, de compasión, de caridad”.
¡Aquel viento! Para llevar a la eternidad, a la casa verdadera, la casa que no sufre; los jardines que no sufren el vaivén de las estaciones, sino que están siempre floridos y nunca la hierba se amarillea.
 Sin embargo, para los que aman el otoño, los árboles tendrán hojas amarillas y rojas y los paseos estarán cubiertos de hojas coloradas.
¡Aquel viento! Os llevará a encontraros con los que ya viven aquella verdad y que quizás en sueños vienen a besaros.
Era el amanecer... y después llegó la tarde:
– “También este día pasó, Andrés: Todo pasa, el viento todo se lo lleva, todo lo que es caduco. Tú sabes que el hombre está hecho para la eternidad y que su alma no es material. El viento se lleva las hojas y los días. El viento del tiempo, pero el tiempo no existe: parece, es ilusión, la realidad es la eternidad”.
Era el amanecer, después llegó la tarde.
Cuántos amaneceres, cuántas tardes..., todo lo que es caduco pasa... y ¿entonces? Pasan los dolores, la nostalgia, el ansia... queda el alma para la eternidad.

JESÚS TE ESPERA

miércoles, 19 de octubre de 2011

Perdonad y soportad: el amor conduce al amor...


¡Mis criaturas!
¡Yo, Jesús, os sé esperar!
¡Espero cuando vuestras almas están en la oscuridad: sin fe!
¡Y Yo estoy escondido en la tiniebla de vuestros corazones!
No me fijo en el tiempo, no estoy en el tiempo, miro vuestros sentimientos cuando se os hace la claridad en el alma y: ¡Me veis! 
Así es: ¡Yo os espero! A veces camináis Conmigo sin saberlo, obráis el bien y no sabéis de Mí: ¡Yo espero para hacerme conocer, con paciencia y con amor! Nuestra Misericordia es infinita ya que así es en Nosotros el amor.
¡No os separo!
Nunca separo los buenos y los malos, a fin de que los buenos den el ejemplo y los malos mejoren. Para que los buenos sean probados en la paciencia, la tolerancia...
Entonces, vosotros: los buenos, ¡sed siempre fuertes, aumentad en vosotros la bondad y amad la cizaña puesto que sois espigas!
Perdonad y soportad: el amor conduce al amor.
¡En verdad os digo que vale más un buen gesto que una amenaza! ¡También por esto soy dulce con vosotros y os sé esperar!
Y, después: miro la intensidad de vuestros sentimientos y los recojo como grano maduro.

lunes, 17 de octubre de 2011

La gloria eterna

Busquen los hombres la gloria de entre sí mismos, yo buscaré la gloria que procede de sólo Dios; porque toda gloria humana, toda honra temporal, toda la grandeza mundana, comparada con tu eterna gloria, es vanidad y locura.


TOMÁS DE KEMPIS

Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida...


YO SOY EL CAMINO…


Haz tu mejor esfuerzo para seguir mis huellas…

YO SOY LA VERDAD



No busques en otros sitios, Soy Dios en la Santísima Trinidad

YO SOY LA VIDA



La Vida Eterna y verdadera te espera entre mis brazos…

domingo, 16 de octubre de 2011

LA VIDA ETERNA


La vida terrena es un período de tiempo que, una vez superado, os parecerá muy breve.
¡La vida eterna! Eterna para nosotros; vosotros  tenéis un principio, pero también para vosotros existe la eternidad, en la que entraréis según vuestra elección de subir a los altos cielos o de quedaros abajo a la espera, obligados a vivir el dolor con relación a los dolores que habéis causado  a vuestro prójimo.
Cada uno prepara su futuro. Yo os he traído la Palabra y ahora os la traigo de nuevo para ayudaros durante vuestro peregrinar terreno, para que os conozcáis mejor, para que os améis mejor.
No son para todos estas palabras, ¡sino para los que ya están en este designio!

JESÚS

sábado, 15 de octubre de 2011

La Oración...


En la oración no es el ruido lo que cuenta, sino el sentimiento.
La oración tiene valor según el cómo y el cuánto se siente. Cada palabra de la oración, pronunciada en alta voz, tiene valor si va acompañada del sentimiento. Sin embargo, Yo prefiero la oración silenciosa, el coloquio secreto entre vuestra alma y mi escucha.



No sólo es oración la hecha con palabras. Es oración la caridad, es oración el perdón... 
Mi Madre ama el rosario. También el rosario puede ser, y es, un ramo de rosas para María, o más bien gestos de amor y meditación, actos de caridad y oferta de sí mismos.
En el Padre, Yo escucho vuestros sentimientos, aun antes de escuchar vuestras palabras. 
En una noche de luna, enseñé a los apóstoles la oración que desde hace siglos va dirigida al Padre. En esta oración hay alabanza, gloria y súplica. Pero, si con sentimiento verdadero y profundo me decís, o decís al Padre que está en mí y Yo en él, una sola palabra, Yo acojo en el Padre la intensidad de vuestro sentimiento. Lo que cuenta es la intensidad del amor, no lo extenso del amor.
Confiándoos a mí o al Padre, o a través del dulce trámite de María o invocando a un santo, es siempre acogida, siempre escuchada, y, si no es oída, es porque Yo sé que lo que habéis pedido no es un bien. La oración que glorifica es adoración.
Yo, en el Padre, me ocupo de vosotros, de vuestro futuro, de vuestro presente, y sobre todo de vuestras almas. En el silencio de vuestro espíritu escucho el coloquio entre vosotros y Yo, y escucho al Padre: “Padre nuestro, que estás en los cielos….”
Él, en su persona y en su luz os envuelve, y en la oración os estrecha a sí.

lunes, 10 de octubre de 2011

Vuestro indagar sobre los misterios que os superan, frecuentemente es un buscar la negación de lo que somos Nosotros Trinidad, a menudo es un procurar verme hombre como vosotros...


¡Mis criaturas!
Os habéis alejado tanto de Mí que ya no sabéis ver la realidad.
Y entonces miráis lo que sucede y lo veis como si todo fuera una negación de Mi existencia.
¡Ante vuestro dolor y el de los demás, pensáis que si Yo existiera verdaderamente, no permitiría el dolor!
Por ello os digo en verdad, Yo, Jesús, el Hijo de DIOS y DIOS en la Trinidad, vine a mostraros que el dolor debe existir; ni jamás os prometí la felicidad terrena sino la gloria de los Cielos, por esto os digo en verdad, también para esto existo: pruebo a la humanidad para que regrese a Mí.

Y la pruebo a menudo en los mejores, aquellos que Me ayudan en Mi dolor, y a ellos he dicho, digo y diré: "¡Bienaventurados!"
Y vosotros no lo comprendéis porque os habéis alejado de Mí y vivís de la materia.
¡Vosotros queréis la felicidad en la tierra!
¡No sois entonces verdaderos Cristianos, porque el verdadero Cristiano se consagra al martirio por Mi Cruz y su Fe!

Vuestro indagar sobre los misterios que os superan, frecuentemente es un buscar la negación de lo que somos Nosotros Trinidad, a menudo es un procurar verme hombre como vosotros.
Y fui hombre como vosotros por vosotros, pero fui y soy Divino, y esta Divinidad lo podéis entender si lo queréis, si estáis con el alma abierta hacia Mi Cielo: obrando así, Mi pensamiento penetrará en el vuestro. Sin embargo vosotros buscáis anular en Mí toda Divinidad, algunos de vosotros Me llaman Profeta...
Vuestro indagar sobre los misterios queridos por Mi Padre –de otro modo vuestra Fe no tendría mérito– es casi siempre un quererme alejar de vuestras almas.

¡Sin embargo Yo soy el que soy, era cuando nadie era y seré cuando cada uno será!
Vosotros veis las cosas de la materia, las cosas perecederas y vanas, rechazáis el dolor y no recordáis Mis promesas que son para una Verdadera Vida, no para aquel instante vuestro que es el tiempo, como prueba, y es nada frente a la eternidad.
Solamente en la eternidad veréis la Verdad y comprenderéis cada cosa.
Sabed esto al menos y recordadlo: Amadme y amad a Aquel que lo creó todo y es, amad Al que os inspira, Aquel que inundó de luz a los primeros e inunda de luz a los últimos, somos Nosotros vuestra luz, aquella luz que Yo prometí, somos vuestra Esperanza y lo que sucede es por el bien de vuestras almas.
¡Nosotros miramos las almas!
Y vosotros con frecuencia no lo comprendéis, sin embargo lo que sucede está escrito y muchos de vosotros nunca habéis leído lo que está escrito, y hay entre ellos, los primeros, prontos a la rebelión, dispuestos a juzgarme
Nunca falté a Mis promesas.
Y mantengo Mis promesas.
¡Sois vosotros quienes a menudo faltáis a Mi Voluntad!
Este testimonio de Mí os llega a través de una de Mis sendas.
¡Conoced esta senda!
Que os sirva de ejemplo, seguidla, escuchadla, habla de Mí, os sirve de ejemplo porque ha comprendido todo cuanto ahora busco haceros comprender.

La caridad...


Yo, Jesús, nuevamente en verdad os digo: cuando dais una buena palabra, cuando os sacrificáis por hacer a los demás, cuando dais en lo material, cuando dais en lo espiritual, vosotros me dais a Mí, a través de los que reciben de vosotros o una palabra, o una sonrisa o cualquier cosa que necesitaban, ¡dadme a Mí ya que Yo estoy en ellos, puesto que Yo que soy, estoy en toda criatura Mía!
¡Y no juzguéis jamás!
El juicio Me toca a Mí, a Mi Padre le corresponde misericordia y justicia. 
A vosotros corresponden las buenas obras que cumplir, a vosotros os incumben el amor y la caridad.
¡Cuando ponéis por obra la caridad, situad delante del rostro del que os pide algo o necesita cualquier cosa material o espiritual, Mi rostro!


Y Mi rostro os mirará y Mi voz hablará a vuestro espíritu, entrará en vuestro coraz6n: sentiréis el amor.
Vuestros oídos espirituales escucharán estas Mis palabras: ¡Lo que a ellos dais, Me lo dais a Mí!

JESÚS TE ESPERA

miércoles, 5 de octubre de 2011

La muerte es la vida...

¡Criaturas Mías, la muerte es la vida!
¿Quién le teme a la vida?
¡No vosotros, que habéis tenido el dolor de la primera vida!
¡Yo os espero allá, Yo estaré a vuestro lado en esa hora y, junto a Mí, estarán también todos los que os aman y renacidos antes que vosotros están ya aquí Conmigo entre Mis brazos, en Mi luz!


En el instante en que vuestra alma se libere, en ese primer instante y después para siempre, tendréis la alegría más grande.
¿Y entonces por qué teméis a la muerte?
La muerte es vuestra vida futura.
En verdad os digo que Yo soy la Vida.

JESÚS

lunes, 3 de octubre de 2011

¡El hoy pasa en pocas horas y el mañana llega inexorablemente!

¡Criaturas Mías llora María porque el mundo–tierra marcha hacia un destino de descalabro, de luchas, de males!
¡Todo ha sido dicho, todo previsto!
¡Y no se pueden cambiar las previsiones!
Previsiones hechas en los tiempos de los tiempos y siempre, en su momento se han cumplido.
¡Vosotros no temáis, vosotros hablad, llevad Mi amor, trabajad y orad!
¡Haced aquello que siempre habéis hecho, vivid con la esperanza en el corazón y seguid vuestro camino trazado por Mí!
Yo trazo el camino de los hombres y por ese camino llegan ellos a Mí.
Si se tiene conocimiento no es difícil llegar a Mi a través del camino de la caridad, del amor hacia el prójimo, el camino de la lealtad, de la honestidad.
¡Es mucho más fácil vivir en el bien, la vida es más límpida y el espíritu más sereno!
Es necesario, sin embargo, tener la fortaleza para ello y muchos son débiles.
¡Y la debilidad humana hace atractivas las cosas pasajeras: el dinero, la gloria efímera y el poseer mucho!
¡No obstante cuánto más vale la fortaleza espiritual de una criatura pobre y humilde, en comparación con tanta gloria y tanta riqueza terrena!
En la naturaleza humana existe el deseo de tener siempre de inmediato y entonces el hombre piensa en gozar hoy y olvidar el mañana.
¡El hoy pasa en pocas horas y el mañana llega inexorablemente!
¡Llega el mañana eterno y entonces la riqueza verdadera será de los humildes, de los puros que vivieron de esperanza, único rayo de luz en sus sufrimientos pasajeros!

Jesús