¡Mis criaturas!
Todos vosotros tenéis vuestra función, y de vosotros depende cumplirla lo mejor posible, con toda vuestra alma. Todo ser humano es colocado en un tiempo, en un lugar, un pequeño mundo en el cual debe estar, glorificando a DIOS y haciendo el propio deber elevando el alma. ¡En el bien siempre! Vosotros a quienes he elegido y llamado a servirme con toda vuestra alma, ahogando en vosotros la parte humana y exaltando en vosotros la espiritualidad. Vosotros que os he puesto en el mundo, ¡ayudad al mundo a tener fe! ¡Aquella fuerza interior que hace vivir a las criaturas con la mirada siempre hacia el Cielo!
Vosotros que en el aspecto sois como los demás, os he escogido para estar mezclados entre los otros a fin de que tengáis más crédito en un mundo agnóstico, distraído, indiferente. Vosotros que ya vivís más allá del mundo, todos vosotros que hacéis de vuestro camino terreno esperanza para el futuro eterno, habéis así respondido a mi llamada: "¡Seguidme, os haré pescadores de hombres!"
Muchos de vosotros no sabíais que me habríais de seguir, todavía no me conocíais, ¿como podíais entonces amarme?
Os he esperado, ¡Yo que sé esperar y en el dolor consuelo! A todos os he pedido algo grande a cambio: "¡Deja por Mí toda cosa!" Y os he recompensado dándoos la esperanza y la paz, mostrándoos la realidad que es solamente la del espíritu.
"Rabí, tenia una cómoda casa, tapices, vajilla y blandos lechos. Todo eso lo he dejado por Ti; en lugar de alfombras tengo la hierba perfumada, me basta una copa de cascajo... Sin embargo, no añoro nada...".
"Leví, los que abandonan las cosas por Mí no podrán echarlas nunca de menos; antes eran esclavos, ¡ahora son libres!"
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