¡Criaturas Mías!
Felices los que escuchan Mis Palabras, enviadas a vosotros por gracia,
a los demás por vosotros dadas por amor.
Mi corazón exulta cuando se habla de Mí con amor. Pocos son los que Me
saben amar, los que saben vislumbrar Mi rostro.
Los demás, a menudo no tienen la culpa de no conocerme, pero vosotros,
que Me conocéis, mostradles Mi rostro misericordioso y amoroso. Dad la
esperanza que Yo os he dado a vosotros.
¡La santidad es, sobre todo, obrar para los demás, dar a los demás por
amor a Nosotros Trinidad!
Los defectos todo hombre puede tenerlos, es humano, pero si son
sofocados por la bondad Yo lo acepto como santidad.
De aquí parte la libertad del hombre. ¡Saberse conocer y aprender a
obrar contra sí mismo, sofocando en sí la materia liberando el espíritu!
Yo quiero que Mis criaturas se conozcan, a ellas les he dado el
pensamiento, aprendan a dominar sus bajas pasiones y aprendan a desarrollar sus
cualidades.
En verdad os digo que lo quiero porque os amo.
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