¡Mis Criaturas!
¡Los que estáis sedientos de fe venid a Mí, Jesús, y os daré de beber!
Y los que tenéis hambre de Mi amor, rogadme y yo os restauraré, porque
os conozco y estoy en medio de vosotros cuando pensáis en Mi, cuando habláis de
Mí.
Yo os miro el alma y veo lo que de bien tenéis en el corazón, tesoros
que acumuláis para Mi Reino, y el vuestro, y os veo imperfectos, pero ardientes
de amor por Mí, y entonces en verdad os digo:
Venid a Mí, os devolveré multiplicado el amor que Me dais.
Y nuevamente os digo: reclinad la cabeza sobre Mi corazón cuando estéis
cansados, dolientes, preocupados, temerosos...
¡Yo os daré la fuerza para aceptar, os daré toda fuerza: el pan para
vuestro espíritu!
Estoy con vosotros, en medio de vosotros. No temáis nada, Yo estoy con
vosotros.
Os daré todo para vuestro espíritu si os volvéis hacia Mí con confianza,
os daré de comer y calmaré la sed porque os amo con amor divino.
¡Yo no os abandono! Sois vosotros a veces los que Me abandonáis, y
entonces, Me aparto, no permanezco en medio de vosotros, voy hacia quien Me
llama puesto que sois libres, libres os dejo de llamarme o de ignorarme.
Sin embargo, en verdad os digo: vosotros Me llamáis con el corazón y con
el alma, y Yo, con Mi Sagrado Corazón y con Mi alma divina os respondo.
Y a ti te respondo y te digo: ¡eres digna porque Me amas y te dignifica
tu humildad!
Y a ti te digo: ámame cada vez más y recuerda: te he dado la esperanza,
te he aplacado el hambre y la sed.
Y a todos vosotros digo:
Venid a Mí, y Yo vendré a vosotros. Unidos en un solo espíritu,
agradezcamos a Nuestro Padre por todo cuanto os ha dado.
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