¡Mis criaturas!
"¡Quien esté sin pecado, que tire la primera piedra!"
Y entonces, no juzguéis, sino tratad de comprender y compadecer. Yo he venido a perdonar, sin embargo perdono a aquellos que se arrepienten de verdad, ¡comprendo sus pecados y sus defectos cuando veo las circunstancias de sus vidas! Y a vosotros, ahora en verdad os repito: aprended a no juzgar porque éste es un acto difícil para el hombre, y por eso lo lleva a encumbrarse en el espíritu.
He venido a traer la ley del amor, a enseñar a la humanidad el amor, y para todos los tiempos las mismas palabras: ¡amaos los unos a los otros como Yo os amo!
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