Mis criaturas!
¡Yo, Jesús, os sé esperar!
¡Espero cuando vuestras almas están en la oscuridad: sin fe!
¡Y Yo estoy escondido en la tiniebla de vuestros corazones!
No me fijo en el tiempo, no estoy en el tiempo, miro vuestros sentimientos cuando se os hace la claridad en el alma y: ¡Me veis!
Así es: ¡Yo os espero! A veces camináis Conmigo sin saberlo, obráis el bien y no sabéis de Mí: ¡Yo espero para hacerme conocer, con paciencia y con amor! Nuestra Misericordia es infinita ya que así es en Nosotros el amor.
¡No os separo!
Nunca separo los buenos y los malos, a fin de que los buenos den el ejemplo y los malos mejoren. Para que los buenos sean probados en la paciencia, la tolerancia...
Entonces, vosotros: los buenos, ¡sed siempre fuertes, aumentad en vosotros la bondad y amad la cizaña puesto que sois espigas!
Perdonad y soportad: el amor conduce al amor.
¡En verdad os digo que vale más un buen gesto que una amenaza! ¡También por esto soy dulce con vosotros y os sé esperar!
Y, después: miro la intensidad de vuestros sentimientos y los recojo como grano maduro.
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