¡Mis criaturas!
Yo, Jesús, en verdad os digo: si al gorrión le doy su nido, ¡al hombre doy la casa para pasar sus días y sus noches en la tierra!
Si al gorrión no le hago faltar la migaja, ¡al hombre que a Mí se confía totalmente, Yo, Jesús, le doy el sustento para la carne y para el espíritu!
Y vosotros ¿por qué os preocupáis y acumuláis los bienes de la tierra para un futuro que no conocéis?
Y estáis tan inclinados hacia estos bienes que no pensáis en los bienes del espíritu. ¡Cuánto mal sucede porque los hombres están absorbidos por los bienes materiales! Y las cosas guardadas y escondidas ¿para qué sirven?
Hay hermanos vuestros que no tienen eso que vosotros habéis escondido para que os pueda servir en un futuro que no conocéis, y son vuestros hermanos, a los que no les tendéis la mano.
¡No tenéis fe, y entonces no ponéis en Mí vuestra confianza! ¡Actuáis solos!¡Entonces, Yo os dejo hacer!
Y sin embargo, es suficiente un gesto, una palabra:
"¡Señor, en Ti confío!"
Y esta palabra, este gesto, acompañados del más puro sentimiento, harán así que Yo os mire para ocuparme de vosotros, para daros el nido, daros la migaja...
¡Preocupaos por las cosas del espíritu, preparad vuestras riquezas! En la tierra, sed pobres de espíritu y Yo una vez más os diré: ¡Bienaventurados! Bienaventurados porque habéis caminado mirando hacia el Cielo, rozando apenas la tierra. ¡Bienaventurados si no hubiereis amado las cosas materiales sino por lo que valen y no de más, no de más! Dichosos si habéis permanecido serenos en la pobreza, satisfechos de la Providencia Mía , de la Nuestra divina que os ha dado lo que es que es justo: la sana pobreza de espíritu os ayuda a no envidiar y a ver la realidad.
¡Felices por esto, por todo esto, Mis suspiros! ¡No os vendáis por treinta dineros, vosotros que, para obtener los bienes mundanos, estaríais prontos a traicionar la confianza de los hermanos! ¡No vendáis vuestra alma! ¡Conservadla para traerla hasta Mí!
¡Y no olvidéis nunca la caridad! Os quiero generosos. ¡Os quiero altruistas! ¡Os quiero Mis manos!
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