Mensaje de Jesús - La Palabra continúa...
¡Mis criaturas!
Cuando se habla del amor, y hoy se habla mucho... si no se lo pone en práctica es mejor no hablar de él... ¡y muchos hablan de él en estas épocas! Mucho más que en otros tiempos, y cuando más es nombrado, más es olvidado este sentimiento que se hace palpable con la caridad.
En aquel tiempo, y para todo tiempo he pedido a los hombres, que aprendieran a amar, a ser entonces caritativos porque con el amor puesto en práctica, o sea con la caridad, el mundo sería muy distinto. No os pido solamente la caridad material, sino todas las formas de caridad.
Vosotros que vivís en lo material, que sois del mundo, creéis que la caridad consiste en dar dinero, a veces dar ropas en desuso o a veces hacer alguna beneficencia... No, la caridad tiene tantas, tantas otras formas de amor que Yo querría ver en vosotros.
¡La caridad consiste en saber vivir entre los demás con sacrificio, lealtad, amor!
Por cierto que dar cosas materiales es caridad, ¡pero antes, y sobre todo, está el espíritu! La caridad es dar para el espíritu.
Por lo tanto, testimoniar la Verdad y conducir las almas de los hermanos hacia Mí es caridad.
Y también es caridad ser honestos con el prójimo, es caridad consolar. A veces una sonrisa, cuando no se tienen ganas de sonreír porque el corazón duele, es caridad hacia aquellos qué también llevan el dolor en el corazón.
Caridad es el deseo de estar en paz con todos, es demostrar con todo tipo de gestos el amor hacia el prójimo, hacía todo prójimo: desde el más cercano y los otros, esos que pasan a vuestro lado y no conocéis bien o desconocéis del todo.
Tu, que dices que me amas y te falta caridad aun hacia los que te son vecinos, los más cercanos que viven a tu lado, no digas ya que me amas, ¡no me gusta la mentira!
Tú das de ti mismo solamente a quien te ama, y aun para hacerles a los tuyos la vida mejor engañas al prójimo, porque a ellos quieres darles mucho y a los demás no darías nada: ¡no puedes caminar en mi sol si antes no reflexionas para cambiar completamente, y después vienes Conmigo!
Y tú que das lo que te sobra no eres caritativo, sino que quieres sentirte en paz contigo mismo, sin conseguirlo. Y vosotros que predicáis la caridad, ¡y no con el ejemplo!
"Si tienes dos abrigos, regala uno..."
Cierto, dad por en proporción a lo que tenéis, no os digo desnudaros sino que seáis generosos. Vosotros que dais vuestras horas al que tiene necesidad de vosotros, sois caritativos, así como vosotros que no juzgáis, que no abusáis de los demás, vosotros que no os aprovecháis de la bondad de los hermanos...
La caridad tiene muchas formas, infinitos matices, la caridad es el amor, del que tanto hablan...
Sed silenciosos y manejad el amor en silencio, ponedlo en práctica, eso se transforma en caridad y vuestra alma se vuelve luminosa, y Yo, vuestro Rabí, en verdad os digo: esa luz que proviene del alma permite alumbrar muchos senderos oscuros, como por los que Yo pasé cuando viví en mi Tiempo.
Entonces... regala tu abrigo, tus horas, tu paciencia, tus sacrificios... No temas, lo que regalas a los hermanos Me lo regalas a Mí, y nada se pierde.
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