¡Mis criaturas, estoy con vosotros en cada instante de vuestro peregrinar!
Conozco vuestros corazones, Yo que os conocía desde siempre porque vosotros estáis en Mí y Yo en vosotros.
¡Vosotros sois Mi pensamiento, emanaciones de amor de mi Padre y del Espíritu Divino, que recorréis en la tierra el camino trazado por Mí!
¡El camino para llegar hasta Mí!
¡Y el dolor que os he regalado a todos, es una gracia para vuestros espíritus, ya que por ese medio ellos se han elevado hasta Mí!
Un día fuera del tiempo, en el feliz no–tiempo que ha sido creado para todos vosotros por amor vuestro, olvidaréis toda pena vuestra, cuando el pasado no existirá ya y el presente será eterno.
Yo, Jesús, os devolveré en gloria cada una de vuestras lágrimas.
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