martes, 28 de agosto de 2012

El Aviso...


El AVISO  UNIVERSAL,  será un evento cósmico sin precedente en la historia de la humanidad, un fenómeno de naturaleza desconocida para la ciencia; según muchos videntes será como una LUZ encendida en las profundidades del Cosmos,  QUE PROVIENE DIRECTAMENTE DE DIOS y que impactará la tierra durante 20 minutos aproximadamente, será visible al ojo humano pero será también una fuerza invisible que sacudirá LAS CONCIENCIAS DE LOS HOMBRES, provocando en el ser UN GRAN SHOCK de orden emocional, psicológico y espiritual, mas no producirá ningún daño físico directo; por lo tanto bien se podría definir como “el último esfuerzo del cielo” para que la humanidad tome clara conciencia de Dios y del pecado, ampliando la dimensión espiritual y la comprensión de la MAGNITUD de la distancia que hemos tomado de Dios por causa de nuestros pecados.


"PUEBLO MÍO, AMADO PUEBLO MÍO: LA TIERRA SE ESTREMECE ANTE LOS OJOS QUE PERMANECEN CIEGOS. EL AVISO ES PRODUCTO DE MI INFINITA MISERICORDIA HACIA USTEDES. ÉSTE ESTÁ PRÓXIMO. UNA SERIE DE HECHOS DE ORIGEN NATURAL SE CIERNEN YA SOBRE TODA LA TIERRA".
Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María 10.08.2011

lunes, 27 de agosto de 2012

Chiara Luce... Un ejemplo para todos...



Hermoso testimonio. No dejes de ver lo que Dios ha hecho en esta criatura que ha sido beatificada en 2010.


"Por ti, Jesús, ¡si tú lo quieres, yo también lo quiero!", eran las palabras que repetía durante su agonía.
Chiara Luce (1971-1990)

Jesús te espera...

jueves, 23 de agosto de 2012

Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos...


En aquel tiempo se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: ¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos? Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños. 

Del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10, 12-24. 

Petición

Jesús, concédeme el don de buscar, con la sencillez y la nobleza de un niño, el amor.



miércoles, 22 de agosto de 2012

Dichosos Vosotros que creéis en Mi...


¡Todo lo que hacéis por defenderme es, para mí y para vosotros, el camino hacia  mi reino!
¡Tú, no temas!
La Iglesia verdadera, santa y eterna, soy yo, Jesús unido al Padre, unidos por el Espíritu de amor, y vosotros sois los que me amáis y no teméis de exponeros para defenderme.
Quien defiende a la Iglesia nos defiende: “¡Dichosos los que sufren por mí y defienden la verdad!”.
¡Mi Iglesia sois también, y sobre todo, vosotros!
A mis primeros discípulos, que fueron humanos, débiles, como vosotros... les dio fuerza nuestro Espíritu y así es, ha sido y será en todo tiempo para los que me han defendido.
¡Mi Iglesia! Surgirá el sol sobre las ruinas y todo lo que está podrido se convertirá en ruina; pero el bien y  la verdad harán surgir a mi Iglesia y entonces el sol brillará sobre su gloria.
Resurgirán otros edificios del Espíritu y otros templos, y mi Palabra nunca será falseada ni mal interpretada.
“¡Dichosos los que sufren por defender a la Iglesia! ¡Dichosos los que sufren por la injusticia que tienen que padecer! ¡Dichosos vosotros, que creéis en mí. Vosotros, pobres de espíritu, gozaréis en el reino de los cielos riquezas maravillosas! ¡Dichoso vosotros, que me amáis!
Desde la montaña he pronunciado palabras que han asombrado al mundo...
“Ese hombre está loco”.
“Habla del dolor como si fuese una gracia...”
¿Estaba loco? No; conocía cada verdad y sabía de Dios y veía desde Dios a toda la humanidad que se había alejado; más aún, había sufrido.
Conozco el valor del dolor y, por eso, todavía os digo: “Dichoso vosotros que lloráis...”
Tendréis perlas y flores como recompensa de tantas lágrimas derramadas, porque en el reino viviréis felices

sábado, 18 de agosto de 2012

Jesús Orante... Oración de Abandono a Dios...

Padre me pongo en tus manos.
Haz de mi lo que quieras.
Sea lo que fuere, por ello te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo.
Lo acepto con tal de que se cumpla tu voluntad en mi y en todas las criaturas.


No deseo nada mas, Padre.
Te encomiendo mi alma, te la entrego con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medidas, con infinita confianza, porque Vos sos mi Padre.

Jesús te espera...

jueves, 16 de agosto de 2012

Así rezaba el Padre Pío...


“Solo quiero ser un fraile que reza… “
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración…
La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón…”
El don de la oración está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo comunicará Dios a tu corazón.
A Dios se le busca en los libros, se le encuentra en la meditación.
En la medida en que vaciéis vuestro Yo de sí mismo – es decir, del apego a los sentidos y a vuestra propia voluntad – , echando raíces en la santa humildad, el Señor hablará a vuestro corazón.
Practicad con perseverancia la meditación a pequeños pasos, hasta que tengáis piernas fuertes, o más bien alas. Tal como el huevo puesto en la colmena se transforma, a su debido tiempo, en una abeja, industriosa obrera de la miel.
Sed vigilantes cuando meditéis. Generalmente los que se entregan a la meditación, lo hacen con una especie de arrogancia, tan ansiosos están por encontrar el sujeto susceptible de consolar su espíritu, y esto es suficiente para impedirles encontrar lo que buscan.

-SAN PIO DE PIETRELCINA-

martes, 14 de agosto de 2012

Testimonio de Amada Rosa Pérez...

VER VIDEO EN: http://magnificat.tv/es/node/1451/72


Hermoso testimonio de conversión de esta modelo colombiana...

Jesús te espera

Vengan a Mí los afligidos...


Hoy quiero hacerles un pedido personal, uno que tiene la trascendencia de darle valor a la vida que vivimos, de tal modo que al final encontremos sentido a todo el sufrimiento por el que hemos pasado.

Todos nosotros vivimos enormes alegrías a lo largo de nuestra existencia, y es en esos momentos en que debiéramos mirar al Cielo y proclamar con los brazos bien abiertos “Gracias mi Señor”. Lamentablemente, las más de las veces estamos tan ocupados “disfrutando el momento” que ni nos acordamos de quien es el Autor de nuestra existencia.

Pero, todos nosotros también pasamos por instantes de dolor, angustia, sufrimiento. Épocas en que nos sentimos inseguros sobre nuestro futuro o del de los que mas amamos, por razones de enfermedad, trabajo o persecuciones. También a veces sufrimos la traición de gente cercana, o el desencuentro, o la incomprensión. ¿Qué hacemos en esos momentos?

Hacemos muchas cosas, como quejarnos, desesperarnos, añorar los momentos en que no teníamos ese problema, caer en un estado de depresión constante. De a poco nos vamos alejando del Amor de Dios, y hasta pensamos que El por algún motivo se ha enojado con nosotros. ¿O quizás esté ocupado haciendo otras cosas? La confusión avanza, erosiona nuestra alma como una tormenta de arena que carcome y arranca de a pedacitos nuestra seguridad de ser amados por Dios.

Estos momentos de sufrimiento nos turban de tal modo que nos hacen olvidar que Jesús murió por nosotros, rebajándose a las vejaciones más inimaginables, permitiéndolo todo porque de ese modo nos daba la Salvación. Yo sé que es difícil hacerlo, pero es en esos instantes en que debemos elevar la mirada y ver los Ojos tristes de nuestro Maestro, colgado del Madero Santo, que nos dice:

“Tú, ven a Mi porque te veo agobiado y afligido”

¿Cómo es que Tú, colgado de la Cruz, aún te preocupas de mí y de mis sufrimientos? ¡Este gesto Tuyo me da una medida plena de Tu Amor por mi alma pobre y despojada de todo mérito! Así, en Tu Mirada, Señor, veo reflejado mi anhelo de estar en Tus Brazos. De bajarte de ese Madero, y subirme yo allí, para que puedas descansar aunque más no sea un poco. Hace falta mucho valor para hacerlo, lo sé, pero no soy yo el que va a realizar esa proeza de amor, sino que eres Tú el que me iluminará y sacará de este pozo oscuro en el que me encuentro hundido en este momento. Es en estos diálogos de amor donde comprendemos que el sufrimiento nos lleva a la salvación, porque es allí donde nos configuramos a Cristo, a ese Hombre que se elevó sobre el mundo, clavado y traspasado por una lanza.

Sabemos bien lo difícil que es pasar por esta vida y entrar directamente al Reino, porque sólo por la Misericordia de Dios algunas santas personas pueden hacerlo. Para los demás, nos queda la esperanza de al menos ir al lugar de la purificación, para limpiar las manchas que quedarán en nuestra alma durante esta vida, de tal modo de poder llegar a contemplar el Rostro de Dios un día.

El Purgatorio no es un lugar grato, pese a que quienes allí van ya están salvados, lo que no puede compararse a ningún bien terrenal. Pero, también sabemos que el sufrimiento en vida, cuando es entregado en ofrenda a Dios, nos purifica y reduce las penas del Purgatorio. Por eso es que el dolor aquí es mucho menos intenso que el que sufriríamos allá, una vez pasada la puerta que separa esta vida de la eternidad.

Mi pedido hoy es que des valor al dolor, que comprendas que los sufrimientos de cualquier naturaleza se transforman en purificación de tu alma, si es que así lo comprendes y lo ofreces en oblación a nuestro Señor. Si simplemente nos quejamos y lamentamos del dolor, habrá sido dolor en vano, nada más que dolor del mundo. Jesús nos dijo “vengan a Mi los que están agobiados y  afligidos”. Su Palabra nos enseña que el dolor y las preocupaciones son una forma de llegar al Sagrado Corazón que el Padre nos ha preparado.

Por eso cuando sufras, alza tus ojos al cielo y di:

“Venga a nosotros Tu Reino”

domingo, 12 de agosto de 2012

En un instante puedo cambiar a una criatura que no cree en Mí y hacerla arder de amor por Mí...


¡Mis criaturas!
¡El que me ama me verá! Me verá cuando, al final de su jornada, después de una vida de inquietudes, de alegrías, de ilusiones y desilusiones, de lágrimas y esperanza, verá y gozará de mi luz, de mi abrazo, y escuchará mi voz!
Esta voz que tú ya puedes oír.
El que me ama, a veces me ve ya desde la tierra, me ve con los ojos del espíritu!
¡El que me ama me puede sentir con el alma!
Y si Yo, Jesús, me manifiesto por amor a quien no me ama, ved: entonces el que no me ama me amará. Yo puedo cambiar a una criatura en una hora. En un instante puedo cambiar a una de mis criaturas que no cree en mí, y hacerla arder de amor por Mí.

Yo me muestro a todos los que ardéis de amor en Mí. Me muestro a vuestra alma y vosotros no os sentís solos. Sentís mi voz amorosa, solemne, dulcísima, austera, estimulante, armoniosa...
Y a veces, por un designio divino –misterioso para vosotros– por un don, el carisma extraordinario del alma, me manifiesto a través de un instrumento humano que escribe y habla de manera divina, en Mí.

Para cada tiempo, según la necesidad, la manifestación es distinta para reverdecer mi Palabra, para hacerla conocer, para hacerla vivir...
En los tiempos en que no bastan los que han sido llamados para ser mis ministros, para rejuvenecer mi Palabra, para hacerla conocer verdaderamente, para difundir el amor, ved entonces que Yo, Jesús, en verdad os digo: me sirvo de los que no había llamado para ser ministros, los que llamo mis apóstoles, pescadores de almas.

Y suscito en muchos de ellos Mi Espíritu, como en los primeros.
Y ellos no se explican por qué justamente a ellos, ellos están asombrados y temerosos... ¡Así los quiero! ¡Humildes!
Es simple y claro, como Yo soy simple y claro.
¡Incomprensible es el contrario la estrategia divina: en la tierra, porque después, en Mi Reino, la comprenderéis!
A través de estas palabras Mías Me conocéis mejor. Me sentís junto a vosotros y, en vuestro interior, infundo en vosotros serenidad y paz, os doy el coraje para aceptar las pequeñas y las grandes cosas de vuestra jornada.

Estas palabras no podrían brotar de la fantasía humana, os dejarían indiferentes, mientras que así notáis la Verdad y no la olvidáis jamás! ¡Yo no hago cosas inútiles! ¡Mis dones no son inútiles! ¡Son necesarios para el mundo de hoy, de esta época vuestra en la cual tantas cosas provenientes de la voluntad de los hombres hacen difícil la vida, y tantas cosas queridas por Mí os elevan el espíritu!
Los dolores os elevan el espíritu!
Y vosotros, en el dolor aceptado, mejoráis y servís de ejemplo. Y Yo no os abandono en vuestro dolor aceptado. Me manifiesto, y una vez más os digo: ¡el dolor es un don que la humanidad teme y no comprende en la tierra, es una prueba!
Entre Mis brazos al final de vuestra jornada, Me lo agradeceréis: entonces habréis comprendido.
Amadme: veréis Mi rostro en vosotros, Yo nunca os abandono y puedo, inclusive, mostrarme a veces delante de vosotros: quien Me ama, me amará mejor, y quien no Me conoce ni Me ama, Me amará.

Yo puedo cambiar un alma en una hora, en un instante, y siempre por amor!
¡He venido a traer la Palabra, es decir, el camino de la Vida para todos; no querría perder ni siquiera una criatura, hago todo por vuestra salvación, por esto os hablo también a través de un alma!
En verdad, una vez más os digo:
para Mí, Jesús, cada uno de vosotros es como si fuera el único en la tierra, en todos los tiempos, en Mi corazón.
¡Sé amar con amor divino!

viernes, 10 de agosto de 2012

La sabiduría del mundo y la sabiduría cristiana…

El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan —para nosotros— es fuerza de Dios.

Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad?
En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación.
Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría,
nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos.

Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.

SAN PABLO APOSTOL

martes, 7 de agosto de 2012

Gracias San Cayetano...


Glorioso San Cayetano, Tú pasaste por la vida viendo a Cristo en los Hermanos,
y especialmente en los más necesitados, y experimentaste la gran verdad
de la asistencia providente de tu Dios.


Concédenos que no olvidemos que cuanto hagamos a un hermano
se lo estamos haciendo a Cristo, que tratemos de imitar como
Tú hiciste la vida de los apóstoles en su desprendimiento
y dedicación al servicio de la Fe, y que pongamos siempre nuestra confianza
en Dios que es amor y es Padre.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

sábado, 4 de agosto de 2012

Los Sacramentos alimentan el alma, no son meros actos o tradiciones.


¡Mis criaturas!
¡Vosotros que me tenéis en el alma sois verdaderamente mis hermanos, porque Yo, Jesús, he instituido los sacramentos para vosotros!
Y los sacramentos alimentan el alma, la dejan abierta a Mi voz, la fortalecen. ¡No son un mero acto, un gesto, o una tradición!
Cuando estáis en gracia, verdaderamente en gracia, o sea sin pecados, y os acercáis al altar para alimentaros con Mi cuerpo y Mi sangre, Yo, allí presente, vivo, Hijo del DIOS vivo que da vida a los mundos y a los Cielos, os miro como os contemplé desde la Cruz, y cuando entra físicamente en vosotros Mi cuerpo y Mi sangre: he ahí: también la hermandad de sangre, porque la Mía circula con la vuestra.
Comprended entonces la importancia de lo que dije antes y ahora repito: ¡Los sacramentos alimentan el alma! ¡No son actos o tradiciones!
La penitencia, o bien, la confesión es decirme a Mí lo que no consideráis justo en vuestro modo de pensar y obrar.
Decidme abiertamente lo que os hace sentir culpables, debéis abrir vuestra alma y... hablarme a través de uno de Mis ministros que, en esos momentos escucha por Mí lo que vosotros confesáis.
Muchos de vosotros dicen que pueden igual y directamente hablarme a Mí.
Ciertamente podéis hablarme a Mí, ¡soy el Rabí! Sin embargo, en ese hablar está el amor por Mí, la confidencia. Eso es oración y Yo la escucho pero no es un sacramento puesto que los sacramentos solamente Mis ministros pueden administrarlos: para esto sirven a la Iglesia.
¡Y, vosotros no digáis que no os gusta hablarle a un hombre como vosotros!

No es como vosotros el confesor cuando os escucha porque me remite a Mí vuestras culpas, ¡entonces no debéis juzgarlo, ni mirar quién es!
¡Es un ministro Mío, como cualquier otro ministro Mío, que me ha entregado su vida terrena, que se ha consagrado a Mí!

De su alma, Yo Me ocupo, Yo sé, vosotros miradlos siempre con afecto fraterno, con amor filial: el juicio me corresponde a Mí y a Nuestro Padre, a vosotros no debe importaros lo que ellos hacen a veces: miradlos como mediadores, porque Me sirven y os sirven, puesto que la Iglesia soy Yo, Jesús, y sois todos vosotros.

¡Mis criaturas! Hermanos que tenéis Mi sangre: ¡el Único cuerpo por el que corre la misma sangre! Y Mi sangre da vida a vuestra vida espiritual: Yo vine a la tierra materialmente, hombre como vosotros; Yo vine como DIOS a la tierra, hice milagros y he resucitado como ninguno de vosotros, aunque resucitaréis con el alma y viviréis, no resucitaréis con el cuerpo ved: Mi resurrección demuestra que soy verdadero DIOS.

¡Criaturas Mías, hermanos, permaneced en gracia, vivid en la tierra orientados hacia esa meta!
¡Yo, el Rabí, soy vuestra meta! ¡Y el mundo maravilloso es vuestra meta! Allá todos reunidos en amor, todos verdaderamente hermanos, viviréis de verdad si Me hubiereis escuchado y seguido en la tierra.
Y entonces, criaturas Mías, resucitaréis y tendréis un cuerpo de gloria al tiempo del juicio.
Ahora, al tiempo del juicio personal, tendréis un cuerpo de luz puesto que Yo, Jesús, el Hombre DIOS, ¡soy el único resucitado entre la vida terrena y la vida eterna!


¡El arrepentimiento es la salvación!


Aquel ladrón fue crucificado a mi lado… “Hoy estarás conmigo en el Paraíso.”

Las circunstancias de la vida, las enseñanzas, los ejemplos… Y la misericordia divina que todo y a todos comprende… La piedad es un sentimiento que todos deberían probar. Es una de tantas formas de caridad que me gusta encontrar en vosotros. Miradme. Mi vista se detiene piadosa sobre vosotros, sobre vuestras almas, sobre vuestras debilidades… No quisiera que se perdiera ni una sola gota de sangre derramada por mí a favor de la humanidad. 

Piedad, comprensión y amor siempre. No habéis sido creados para el castigo, sino para el premio. La justicia es grande, y cada uno gozará de la felicidad según sus méritos, y la pena según sus pecados. Pero existe el amor del Padre, existe mi amor, existe la luz de nuestro Espíritu… Habéis sido creados para vivir, no para morir. “Hoy estarás conmigo en el Paraíso….” Me basta un gesto de caridad, un gesto de bondad, un pequeño gesto de amor para presentarlo al Padre de vuestra parte.

“Padre, perdónales por el mal que han cometido, que en ellos ha encontrado también el bien.”
Sin embargo, hay pecados imperdonables, pecados contra el Espíritu, pecados contra el amor… ¿Hasta qué punto llega la misericordia? Hasta que encuentra un poco de amor, un granito de amor como el de la mostaza. Hasta que no me traicionen ni me vendan ni me rechacen… No por mí, sino por vosotros que sois Yo; por los ejemplos que arrastran, por los engaños que fascinan, “Padre, perdónales.”

Muchos no saben el mal que hacen, otros lo conocen y lo saben. ¿Cómo pueden entrar? ¿Entrar por la puerta estrecha allá donde se abre un mundo de luz y de belleza, donde encontraréis todo a vuestra medida, vuestros deseos satisfechos, vuestros sueños realizados?

“Hoy estarás conmigo en el Paraíso.” En aquel hombre encontré el bien y el arrepentimiento. El arrepentimiento es la salvación. Mando a los ángeles para sugerir el arrepentimiento, mando a los luminosos e invisibles mensajeros para decir a las almas que se arrepientan… ¡El arrepentimiento es la salvación!

Es el arrepentimiento sincero. “Hoy estarás conmigo en el Paraíso.”

jueves, 2 de agosto de 2012

El matrimonio...


¡Libertad de elección! Y... también en el matrimonio ha sido recíproca, y vuestra elección, si ha sido hecha por y con amor verdadero, con la intención de que vuestra unión durase toda la vida... terrena e infinita.
Siendo así ¿cómo podría yo, Dios de Dios y en el Padre, separar a dos criaturas que han vivido el amor recíproco y bendecido? Los que se casan muchas veces es porque nunca han vivido el amor verdadero y es sólo de ellos la elección. En el cielo vive el espíritu y después vivirá el cuerpo glorioso, y cuando dos criaturas se han amado en la tierra, se pueden amar para siempre... La elección es vuestra y sois libres más allá del tiempo de vivir con los que más os han amado y vosotros habéis amado más. He aquí la reunión de una familia que ha vivido unida la pequeña armonía de la tierra y que en el cielo vivirá la gran armonía del amor recíproco.
No temáis... ellos os esperan... os aman, os sonríen... Vuestra soledad es aparente, y en el espíritu vivís el amor que habéis elegido vivir durante la vida, toda la vida
No es un verdadero matrimonio el que se celebra en la incertidumbre, así como es un mero contrato el matrimonio sin bendición. Para los que en el tiempo que se les ha concedido  para vivir el amor recíproco, tienen verdaderamente unidos sus espíritus, no ha habido nunca separación, porque el amor los ha unido con su hilo invisible y en el Padre. Yo los he bendecido.
“La mujer que se casó con siete hombres, ¿con quien estará en el cielo?” Esa mujer no ha amado verdaderamente a ninguno de los siete maridos; no habría tenido siete si hubiera amado de verdad a uno... La unión para siempre depende de  vosotros, de vuestro amor [1].

Por eso, en el umbral de la eternidad os vendrá al encuentro quien os ha amado por siempre y para siempre viviréis el amor de vuestra juventud, la palpitación en cada encuentro, la fusión de vuestras almas, la recíproca comprensión... ¡Y seréis un alma sola! 


[1] El amor recíproco, el matrimonio, el divorcio constituyen argumentos importantes en el famoso Sermón de la Montaña, citado en el evangelio de Mateo (5-7).