jueves, 31 de mayo de 2012

Maestro, ¿cómo se vive la fe?...


“Maestro, ¿cómo se vive la fe?”
“Juan, la fe se vive si uno es consecuente con todas las leyes del amor.” A vosotros os digo lo que dije entonces a Juan: la fe se vive amando al prójimo en mi nombre. La fe se vive practicando todas las virtudes, la fe se vive haciéndose fuertes en la caridad propia, fiándose de mí con confianza. La fe se vive en silencio, sin darse importancia, sin ostentaciones y sin sentirse superiores a aquellos que no tienen fe. Se vive en familia, en el matrimonio, en la maternidad, en la paciencia y en la serenidad. En la pobreza en espíritu y en la pureza de corazón. Se vive en la generosidad y en la lealtad.
Y asimismo en el sacrificio, pero con mucha esperanza y con mucho desapego de las cosas de la tierra. Se puede vivir en pobreza y se puede vivir en riqueza, pero cuando uno está satisfecho con la pobreza y es generoso con la riqueza. Se puede vivir con una sonrisa, con una gran renuncia, pero siempre con alegría, porque la fe hace cantar al alma. Y vosotros ¿cómo vivís la que llamáis fe? No basta ir a mis templos, cubrir la cabeza con ceniza, si uno no sabe perdonar. La fe es comprender, compartir, no juzgar, y orar.
Orar en el silencio de la propia alma; orar con palabras, con sentimiento y obras de caridad. La fe es caridad. Sin caridad no hay fe, porque sin caridad no hay amor. Y vosotros ¿cómo vivís el amor? ¿Para con todos o sólo para con los que os rodean? Si dais vuestro amor al que os ama, pero no sabéis al mismo tiempo perdonar ¿cómo podéis vivir vuestra fe?
“Maestro, ¿es difícil vivir la fe…?”
“Es difícil y arduo, pero fantástico. Es vivir en gracia, escucharme en el alma, llevarme a los corazones. Es difícil, pero también muy hermoso, porque sólo así el alma puede cantar.”

martes, 29 de mayo de 2012

Busco salvar las almas también con estas palabras...


No os pido que paséis horas de rodillas orando, o pronunciando palabras y palabras, quizá hasta sentidas verdaderamente, a veces convertidas en habituales. Os pido que seáis justos, os soportéis, améis, deis. Os pido que seáis sinceros, que digáis lo que pensáis, y sepáis escuchar lo que los demás piensan, para poder comprenderlos. Os pido que confiéis en mí, que me pidáis ayuda para lo que tengáis necesidad, que, si es justo, seréis escuchados. Quizá os veáis probados por pequeños males; tened paciencia, y seguid aún orando. Os pido que oréis con paciencia: Os pido que lo hagáis con caridad, con amor. Marta y María eran distintas, una ocupada en las cosas materiales, la otra, después de la conversión, interesada por las cosas espirituales.
Es preciso encontrar el justo medio en el interés por las cosas del espíritu y, sobre todo, un justo equilibrio. Sólo un asceta o un santo consiguen ser todo espíritu, pero esto no lo pretendo de todos… Os he dado también pequeñas cosas que disfrutar. Os he dado flores y sol para admirar, y lo justo para vivir deber igual para todos. La oración deber ser también de todos, aunque sea de forma distinta, según sois y sentís. Pero, sobre todo, no os dejéis engañar por el sentimentalismo, y no andéis dando vueltas, diciendo a todos que me amáis, cuando sólo son palabras, hasta que no demostréis amar al prójimo. Amaos, por el contrario, en el silencio y en el prójimo. No os dejéis engañar por el fanatismo. No os ilusionéis con ver lo que no existe, y no busquéis lo que os aleja de mí. Todo está en mi Palabra; en ella reside toda esperanza. Creed en mí y viviréis para siempre. Quien no cree en mí, quien me rechaza, quien odia profundamente, no vivirá para siempre, aunque el alma sea inmortal, porque “vivir” significa vivir en mí. Busco salvar las almas también con estas palabras; intento levantar del pecado a las criaturas, usando de justicia y amor en el nombre del Padre.
Sin embargo, valoramos todo. En los pecadores hay muchos atenuantes, y muchas faltas en el que se considera justo. Habéis sido creados para la felicidad. Nosotros queremos el bien de todos.

viernes, 25 de mayo de 2012

¿Que es la caridad...?


¡La caridad consiste en saber vivir entre los demás con sacrificio, lealtad, amor!
Por cierto que dar cosas materiales es caridad, ¡pero antes, y sobre todo, está el espíritu! La caridad es dar para el espíritu.
Por lo tanto, testimoniar la Verdad y conducir las almas de los hermanos hacia Mí es caridad.
Y también es caridad ser honestos con el prójimo, es caridad consolar. A veces una sonrisa, cuando no se tienen ganas de sonreír porque el corazón duele, es caridad hacia aquellos qué también llevan el dolor en el corazón.
Caridad es el deseo de estar en paz con todos, es demostrar con todo tipo de gestos el amor hacia el prójimo, hacía todo prójimo: desde el más cercano y los otros, esos que pasan a vuestro lado y no conocéis bien o desconocéis del todo.

Tu, que dices que me amas y te falta caridad aun hacia los que te son vecinos, los más cercanos que viven a tu lado, no digas ya que me amas, ¡no me gusta la mentira!
Tú das de ti mismo solamente a quien te ama, y aun para hacerles a los tuyos la vida mejor engañas al prójimo, porque a ellos quieres darles mucho y a los demás no darías nada: ¡no puedes caminar en mi sol si antes no reflexionas para cambiar completamente, y después vienes Conmigo!
Y tú que das lo que te sobra no eres caritativo, sino que quieres sentirte en paz contigo mismo, sin conseguirlo. Y vosotros que predicáis la caridad, ¡y no con el ejemplo!
"Si tienes dos abrigos, regala uno..."
Cierto, dad por en proporción a lo que tenéis, no os digo desnudaros sino que seáis generosos. Vosotros que dais vuestras horas al que tiene necesidad de vosotros, sois caritativos, así como vosotros que no juzgáis, que no abusáis de los demás, vosotros que no os aprovecháis de la bondad de los hermanos...
La caridad tiene muchas formas, infinitos matices, la caridad es el amor, del que tanto hablan...


Sed silenciosos y manejad el amor en silencio, ponedlo en práctica, eso se transforma en caridad y vuestra alma se vuelve luminosa, y Yo, vuestro Rabí, en verdad os digo: esa luz que proviene del alma permite alumbrar muchos senderos oscuros, como por los que Yo pasé cuando viví en mi Tiempo.
Entonces... regala tu abrigo, tus horas, tu paciencia, tus sacrificios... No temas, lo que regalas a los hermanos Me lo regalas a Mí, y nada se pierde.

JESÚS TE ESPERA...

martes, 22 de mayo de 2012

EL AMOR DE LOS ÁNGELES



¡Seréis como ángeles en los cielos! Ciertamente, porque puros o purificados, pero también los ángeles tienen sentimientos, y viviréis vuestros sentimientos y os amaréis como os aman, pero sin el peso de la materia.
Si os he dado criaturas para amarlas en la tierra, ¿podréis olvidarlas, o no encontrarlas, en los cielos?
Seréis como ángeles, los ángeles aman. Los custodios tienen gran amor a aquellos a quienes custodian; los ángeles, protectores de una casa, aman aquella casa, como los ángeles de las ciudades y de las naciones...
Sin embargo, el amor más grande de los custodios es para quienes les han sido confiados. Un amor angélico, libre de egoísmo; ¡pues así será vuestro amor, cuando seáis como ángeles! Será espiritual y grande será para vosotros la felicidad, cuando vuestro espíritu se pueda compenetrar con el espíritu de otra persona para captar y gozar todo el amor que haya para vosotros.
¡Esto es, entonces, un matrimonio celestial! El amor no tiene fin y en vosotros vivirá siempre el amor filial, el amor materno, paterno y el amor ideal entre esposo y esposa.
¡Seréis una sola carne! Y, después, para siempre, un solo espíritu. Y viviréis como ángeles, en los cielos, con el corazón que habéis tenido en la tierra.



Quien lee mis palabras de ahora y las mantiene en el corazón, está en mi designio, que es el designio del Padre. 

domingo, 20 de mayo de 2012

Consejos para evitar la soberbia...


No os creáis mejores que los otros, aunque no lo digáis y lo penséis. Pensad, por el contrario, ser lo que sois, y procurad llegar a ser lo que queréis. La humildad está siempre infravalorada. A veces, el que es humilde parece tonto, y el que es tonto, humilde. Luego están los que se vanaglorian de su humildad; son hipócritas. Vosotros debéis reconocer que todo os lo han dado, sea la inteligencia, sea la constancia, sea la belleza. Reconoced, pues, estos dones sin daros importancia; esa es la humildad. Es humildad también el saber callar, saber aceptar, saber escuchar. La humildad, sin embargo, no debe cubrir la claridad; sed siempre claros, incluso en vuestra humildad. No digáis que no valéis “para nada”, cuando sabéis que no es verdad, sabedores de vuestra personalidad. Es entonces cuando la humildad se transforma en hipocresía. No os pongáis como modelos, o mejor, no pongáis por delante lo que creéis que son vuestras virtudes.
Sed conscientes de ser sólo lo que sois: claros, límpidos y leales. El juicio no le corresponde al mundo. Yo, en el Padre, miro vuestras almas.  La humildad es de los mejores; de los que sólo en apariencia parecen pequeños. 
Ellos no presumen; no miran lo que tienen los demás para imitarlos y envidiarlos, sino que consideran los valores humanos como propios de cada uno. Y hay valores en los más humildes, en los que son grandes y parecen pequeños, y no presumen de sus valores, porque, sencillamente, los viven. Con frecuencia os paráis en las apariencias; a veces es arrogancia de carácter; el que es prepotente se hace respetar; el que es rico, ostenta su riqueza. Y nadie de estos piensa que lo que tiene lo ha recibido, y lo están usando mal. Nadie es mejor que otro, porque cada uno es una mezcla de valías y de defectos, y ha recibido talentos de forma distinta. Yo busco en el corazón lo que vale, lo que es más precioso y oculto, o lo que ha quedado. En ciertos casos no es la mente la que comprende los valores del espíritu, sino el corazón. El corazón humilde y puro. No obstante, no se consigue la humildad sólo con quererla, pues en tal caso es falta de humildad. La humildad se vive en el silencio, sintiéndose como o peor que los demás, reconociendo que lo que uno tiene ha sido recibido. Y si en vosotros reconocéis valores o dones particulares, no los consideréis nunca como fruto de vuestras cualidades personales.
No busquéis poneros como modelo; estad simplemente a la escucha…
Si os ofrecen el puesto mejor cuando sois invitados, dejad a otros este puesto. Corréis el peligro de poneros en el escalón más alto.
Intentad permanecer siempre por debajo de aquel escalón. Si sois humildes estaréis también alegres de estar en medio de los demás y veros considerados como los otros. Siempre inseguros y necesitados de ayudas y consejos, porque las criaturas seguras son las que han perdido aquel don, al considerarlo como mérito personal suyo.

 “Bienaventurados los limpios de corazón.”


JESÚS TE ESPERA...

domingo, 13 de mayo de 2012

Os traeré conmigo...

Venid a mí, vosotros que estáis doloridos, vosotros desilusionados, vosotros afligidos, vosotros cansados. E intentad ser fuertes en la esperanza, que todo lo que os causa dolor u os oprime es siempre algo pasajero, algo temporal, Yo he venido a indicaros el camino de la felicidad. No en la tierra, donde todo pasa, sino en el cielo, donde todo permanece.


Os traeré en la inmensidad, olvidaréis los dolores, los males de la tierra, las desilusiones, el cansancio... Os traeré conmigo, donde no hay lágrimas, donde no existe el tiempo, donde todo mal es solamente un recuerdo que no puede causar más dolor, sino que es sólo para estar seguros de que el dolor se ha acabado para siempre.
Os traeré conmigo, a vosotros afligidos, estaréis alegres, vosotros apesadumbrados, curados, vosotros, cansados, descansaréis... Venid a mí ahora, posad la cabeza en mi corazón y escuchad su latido: ¡vivid de esperanza!... Todo lo que os causa dolor u os oprime es algo temporal; en el infinito las cosas son para siempre y yo estoy con vosotros para siempre. Todos seréis consolaos, si habéis venido en el tiempo a mí para que os consuele.

viernes, 11 de mayo de 2012

Bienaventurados aquellos que creen sin querer ver algo más...


¡Mis criaturas!
¡Aquellos que quieren una señal para creer son los que, si tuvieran tal señal, no la sabrían reconocer como tal!
Sin embargo, por un acto de misericordia, en cada tiempo se han enviado señales, y muchos no las han sabido reconocer y las han visto mirando a la tierra, no al Cielo, y buscando explicaciones humanas.
Estas generaciones perversas, que por ver y tocar pierden el sentido de la Verdad, buscando y a veces encontrando pero no donde deben buscar, tendrán un sufrimiento que provendrá precisamente de su alma ansiosa de la Verdad, que nunca sabrán ver por su soberbia.
Yo, vuestro Rabí, os he traído la Verdad, y muchos de vosotros no la han buscado en Mí. Mi amor es tan grande que envío, en cada tiempo, los signos para ese tiempo.
Obrando así os tiendo los brazos, y si vosotros no aferráis Mis brazos es solamente porque no lo queréis hacer.
En aquel tiempo Bartolomé me preguntó, un anochecer después del ocaso (y vuelvo a ver aquella tarde y la primera estrella):
"Rabboni, me pregunto por qué muchos no te reconocen. Sin embargo está claro que tú dices solamente la verdad, las más altas verdades".

"Bartolomé, en cada tiempo daré, en el Padre y en el Espíritu, signos para ese tiempo, y me serviré de los pequeños, de las almas escondidas, me serviré de todo instrumento ¡por un acto de amor hacia aquellos que desean ver para creer!
"Recuerda, Bartolomé, que he dicho y diré: bienaventurados aquellos que creen sin querer ver algo más... Y los hombres a menudo no creen si no ven...
Por eso, en cada tiempo hay uno o más signos, por un acto de amor y de comprensión: por un acto de misericordia.
"Y a pesar de eso, ¡otra vez ellos, los que quieren ver todo, tocar todo, no quedarán convencidos todavía! No ha fallado mi hablar, son ellos los fracasados de espíritu Yo he hablado a todos, hablo para todos, a vosotros y a aquellos que vendrán más adelante.
"Muchos Me escucharán, muchos creerán, muchos Me seguirán. Vosotros id y hablad a los hermanos: ¡sed Mis signos!
"Si algunos no os quieren escuchar, repetidles tres veces vuestras palabras, que son las Mías, después marchad hacia quien os escuchará, ya que es grande la sed por conocer en el justo, que desea conocerme para amarme mejor; y aquellos que no escuchan, porque temen tener que cambiar su injusto modo de obrar, no ven los signos de los tiempos y, si los ven, buscan cómo dar una explicación distinta de lo que ven, para no cambiar, para no tener que servir a un solo patrón.
"Para ellos la Misericordia es grande, no obstante, no la aceptan y se pierden.
"¡Bienaventurados los puros de corazón, bienaventurados aquellos que creen sin ponerse otros desasosiegos!
"Ves, Bartolomé, la fe también está hecha de misterio, ya que para el hombre es un misterio comprender toda la grandeza de DIOS; pero son los misterios de la fe, las cosas que hacen que ésta tenga mérito, y menos mérito tienen aquellos que para creer quieren ver y tocar, aunque después creerán.
"A ellos les hago un regalo, exhibiendo un milagro; dándoles otras pruebas de la existencia de un DIOS viviente... un regalo que si ellos lo aceptan y agradecen ya es una gracia y una conquista para sus almas, y si no lo aceptan: he ahí su libertad encaminada hacia el mal; de ese modo se van alejando, y para ellos todo signo en su tiempo será inútil".

"Rabí, he comprendido y te agradezco por estas palabras, que me han hecho comprender ¡cuánto das de ti mismo a los hermanos!"

"Bartolomé, vendrá un día en que no daré de Mí mismo, sino que me daré a Mí mismo para la salvación de la humanidad".

lunes, 7 de mayo de 2012

"Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados" (Mt 5, 5)


¡Mis criaturas!
Cuando dije: "Felices aquellos que sufren, los que lloran, los que tienen sed y hambre de justicia felices los pobres de espíritu, aquellos que no aman los bienes materiales sino por lo que valen en cuanto a su uso por un tiempo limitado, pero saben lo que cuenta: ¡el espíritu!".

¡Dije una verdad como toda otra verdad Mía, para todos los tiempos y para cada uno de vosotros!
Os he llamado "bienaventurados" y Os llamo "bienaventurados, a vosotros que sufrís en vuestro espíritu y sabéis sonreír con el rostro, vosotros que sabéis porqué sufrís y sabéis ofrecerme vuestro dolor. ¡Bienaventurados!
¡Y felices vosotros que sufrís en la materia y por la materia!
¡Y lo sabéis aceptar en Mi nombre!
¡Felices si no tenéis lo suficiente y vivís con el corazón sereno, felices si tenéis y dais en proporción, felices si anheláis ser mejores y no por vosotros mismos, por Mí, por amor hacia Mí!
¡Mis criaturas! Felices si obráis en Mí, vosotros que me habéis buscado y encontrado: sois felices porque Me habéis encontrado!
¡Felices si no me abandonareis! ¡Os llevaré a la Vida! ¡Os hablo con Mi voz: solemne, persuasiva amante, poderosa! ¡Sentidla siempre en vosotros esta Mi voz! ¡Os he hablado a vosotros cuando hablé al mundo: allá en aquel tiempo, he hablado a la humanidad y hubo quien Me escuchó!
¡Quien me escucha y ama, puesto que Yo, Jesús, en verdad os digo: he enseñado el amor! ¡Me han escuchado Mis Santos, Mis Mártires, Me han Escuchado, Me escuchan y Me escucharán los puros!
Yo no he venido a traer el amor en vano, el amor se ha dilatado y se agrandará todavía más!
¡Me escucháis!

domingo, 6 de mayo de 2012

Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado...


«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

viernes, 4 de mayo de 2012

¡Nunca os abandonaré, estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos!


¡Mis criaturas!
¡Os he dicho: Estaré siempre con vosotros! ¡Hasta el final de los tiempos!
¡Y al final de los tiempos, cuando descienda glorioso, vosotros Me reconoceréis, porque desde el comienzo del final de los tiempos, y antes, y en todo tiempo, Me he dado a conocer a fin de que Yo, Jesús, al daros el conocimiento de Mí, pudiera daros así el amor por Mí, porque en verdad os digo que quien Me conoce no puede dejar de amarme!

¡Yo soy el amor venido a traer la luz del amor!
Y vosotros que pasáis por la tierra mirad allí, allí está Mi luz, y así vuestra esperanza.
Evangelizo a través de Mis instrumentos: ellos estaban en el designio, y por vosotros y para vosotros, a fin de que si todavía no lo sabéis, sepáis que el amor por la humanidad es tan grande en el Padre, en Mí y en Nuestro Espíritu, que todo medio está en el designio para salvaros!
¡Y hacia el final de los tiempos, al comienzo del fin de los tiempos Me hago conocer, se hará notorio Mi rostro (esa imagen que ha permanecido en los tiempos, impresa por un rayo de luz divina), serán conocidas Mis Palabras, porque todo lo del mundo pasa, jamás Mis Palabras!
¡Y vosotros ya Me conocéis, otros de entre vosotros serán instrumentos, otros así Me conocerán!
Mis instrumentos son escogidos para hacer conocer la Verdad: Yo, Jesús, el DIOS Hombre, el Hombre–DIOS, la Verdad, la luz del mundo!
Al final de los tiempos vendré en Mi gloria.
¡Estad preparados, nadie sabe cuándo será, pero podría ser mientras vosotros no estáis pensando en Mi Verdad sino en las cosas vanas de la materia!
Sabía: soy DIOS, que la materia había de ahogar al espíritu, y entonces, observad: ¡Yo, unido al Padre, suscito al Espíritu, a Nuestro Espíritu!
Y suscitando Nuestro Espíritu donde Nosotros sabemos, donde Nosotros queremos, enviamos la Palabra antigua, eterna, nueva, a fin de que todos estén listos para cuando Yo venga en la gloria a juzgar a los vivos y a los muertos.
Los vivos: ¡los buenos, vivos en el espíritu ya que vivirán en Mí!
Los muertos: los que no viven porque no Me respiran, los que no Me han querido reconocer ni seguir.
¡No todo ha sido dado a conocer!
Criaturas, si fuerais tan sabios como para conocer todas las cosas, ¿qué mérito tendría vuestra fe en Mi juicio?
Sin embargo, y por amor, os revelo mucho puesto que los tiempos de las promesas están próximos.
¡Criaturas Mías, poneos a la escucha, hablaré a muchos, podría ser a ti también, o a ti que no crees en Mí!
Creerás en Mí tú, que ahora dices que he sido un hombre como otros en la historia.
Yo espero que tú creas en Mi, ya que sé que creerás en Mí, y entonces te hablaré.
Y tú que juzgas y rechazas a los que no te parecen dignos, ¿cómo puedes decirlo, cómo puedes rehusar a los hermanos?
¡Yo sé quién es digno, no tú!
¡Y tú que te prodigas incansablemente ya que el ímpetu de tu alma te alivia la fatiga! Y tú que Me rezas para adorarme, y tú que lo haces siempre y solamente para pedir... Cuán distintos sois los unos de los otros!
¡Sin embargo, Mis criaturas, sin embargo Mis suspiros! Yo os comprendo; comprendo vuestros gestos y el porqué de vuestros actos: conozco vuestros pensamientos...
En Getsemaní ya estabais Conmigo, la historia de la tierra es larga y breve y estáis todavía Conmigo, y Yo con vosotros, porque mantengo toda promesa y os he dicho:
¡Nunca os abandonaré, estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos!

martes, 1 de mayo de 2012

El contraste del insensato con el sabio...


En el libro de Proverbios encontramos el contraste del insensato con el sabio, al necio con el prudente.

La reacción de una persona necia a uno prudente en cuanto a la ira, son muy diferentes.

El necio se apresura a dar a conocer su enojo con obligación y notariedad, ¨ ..... el corazón de los necios publica la necedad.¨ Prov.12:23.

Una persona necia es aquella que cree tener razón en todas las cosas. Es prepotente en su hablar y accionar. Dice el Diccionario Bíblico Elemental que ¨ El necio es ignorante, tonto. Duro de cabeza.¨
Los necios son calummiadores y contendiosos, ¨... el que propaga calummia es necio¨ Prov.10:18. ¨ Los labios del necio traen contienda.¨ Prov.18:6.
Los necios se apresuran a establecer juicios ¨....el corazón de los necios publica la necedad.¨ Prov.12:23b.

El prudente muestra su dominio propio que le permite actuar con moderación y humildad. Una persona prudente es moderada en su hablar y accionar, y en establecer cualquier juicio.¨La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.¨ Prov.19:11.

En el mundo encontramos muchas injusticias, donde los necios prepotentes se ensañan contra los prudentes.