martes, 29 de mayo de 2012

Busco salvar las almas también con estas palabras...


No os pido que paséis horas de rodillas orando, o pronunciando palabras y palabras, quizá hasta sentidas verdaderamente, a veces convertidas en habituales. Os pido que seáis justos, os soportéis, améis, deis. Os pido que seáis sinceros, que digáis lo que pensáis, y sepáis escuchar lo que los demás piensan, para poder comprenderlos. Os pido que confiéis en mí, que me pidáis ayuda para lo que tengáis necesidad, que, si es justo, seréis escuchados. Quizá os veáis probados por pequeños males; tened paciencia, y seguid aún orando. Os pido que oréis con paciencia: Os pido que lo hagáis con caridad, con amor. Marta y María eran distintas, una ocupada en las cosas materiales, la otra, después de la conversión, interesada por las cosas espirituales.
Es preciso encontrar el justo medio en el interés por las cosas del espíritu y, sobre todo, un justo equilibrio. Sólo un asceta o un santo consiguen ser todo espíritu, pero esto no lo pretendo de todos… Os he dado también pequeñas cosas que disfrutar. Os he dado flores y sol para admirar, y lo justo para vivir deber igual para todos. La oración deber ser también de todos, aunque sea de forma distinta, según sois y sentís. Pero, sobre todo, no os dejéis engañar por el sentimentalismo, y no andéis dando vueltas, diciendo a todos que me amáis, cuando sólo son palabras, hasta que no demostréis amar al prójimo. Amaos, por el contrario, en el silencio y en el prójimo. No os dejéis engañar por el fanatismo. No os ilusionéis con ver lo que no existe, y no busquéis lo que os aleja de mí. Todo está en mi Palabra; en ella reside toda esperanza. Creed en mí y viviréis para siempre. Quien no cree en mí, quien me rechaza, quien odia profundamente, no vivirá para siempre, aunque el alma sea inmortal, porque “vivir” significa vivir en mí. Busco salvar las almas también con estas palabras; intento levantar del pecado a las criaturas, usando de justicia y amor en el nombre del Padre.
Sin embargo, valoramos todo. En los pecadores hay muchos atenuantes, y muchas faltas en el que se considera justo. Habéis sido creados para la felicidad. Nosotros queremos el bien de todos.

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