martes, 29 de noviembre de 2011

El paraíso no es una fábula...

¿Por qué os he hablado de aquel reino, nombrándolo solamente sin describirlo jamás? Porque, humanidad del pasado, no podíais comprenderlo; os bastaba creer; erais más puros y... menos exigentes. Es ahora cuando os he mandado un ángel que os describa el paraíso, porque ahora es el tiempo en el que el paraíso parece una fábula.... Pero, al contrario, es una realidad, os envuelve, pero no la podéis imaginar; os espera, pero no podéis conocerla antes de vivirla. Os doy también palabras de verdad y de esperanza y vosotros, que conocéis el dolor más grande, la pérdida de quien amáis, sabed que estas verdades son para ayudaros, para deciros en verdad que no existe la muerte.
La muerte está estacionada en el corazón del que no cree ni espera... ¡Que en vuestros corazones hay vida! La vida que os aguarda  con los que os esperan en el reino de los cielos. Y vuestros ojos se posarán sobre sus rostros  amados... Y con sus ojos os mirarán, como os miraban. El amor no muere, porque es vida. Es vida en vuestros corazones. Preciosa vida que lleváis en vosotros mismos, pues vivirá en vosotros para que podáis darla a quien amáis, porque sólo el amor es un don recíproco.
En mi tiempo hablé de esto en secreto a Johanan, a Andrés y a mi Madre. Ellos estaban hechos para comprender lo que otros no entendían. Y así os pasa a vosotros.
El que no conoce el dolor no puede en verdad conocer el amor.
El amor verdadero y profundo que supera el espacio y el tiempo.
– “¿Cómo es aquel reino de donde tú vienes, Takini?” 
– “Immi, es maravilloso y tú serás la reina en aquel reino...” 
Mi Madre sonreía...
Aunque fuese única  y santa, era una criatura y conoció el paraíso cuando entró para ser Reina. Yo quiero confortaros porque conozco vuestras penas. Sé que os subliman, pero os pesan... Ponedlas ante mí y aligeradlas con la esperanza. ¡La certeza!
Si sólo tenéis esperanza, viviréis con alguna duda; mas la certeza os hará vivir ya en la tierra horas celestiales, aunque en el dolor, porque es la certidumbre a proyectaros con el alma allí donde estaréis.
Para vuestros seres queridos, libres del tiempo, estáis allí, porque su paraíso no podría ser tal si no pudiesen veros y si experimentasen la angustia nostálgica que, en cambio, vosotros probáis por ellos.
Sin embargo, con la certeza ¡miradlos! Volved atrás en el tiempo y vivid los recuerdos, sabiendo que todo vuelve. ¡Escuchad sus voces! Os hablan al alma. Entonces ha llegado la ley del amor, ahora os traigo la ley de la certeza. El paraíso no es una fábula. Es una vida de sueño real, de belleza infinita. Un mundo en el que los sentimientos son purísimos y donde os compenetráis mutuamente el alma para poder vivir el amor recíproco, del uno hacia el otro. Amor materno, filial, amor en sentido lato, el amor de dos criaturas que en la tierra han estado casados y que han hecho de su unión la finalidad de sus vidas.
¿Podrán jamás acabar estos amores?
El paraíso es el reino del amor.
Yo os pido amor al prójimo en mí; os pido mucho, porque debéis amar a quien no os ama, pero os he dado mucho, habiéndoos hecho encontrar a los que os han amado con toda su alma.
Y el ama es inmortal; el amor continúa y el dolor pasa, y también la nostalgia.
Me manifiesto para daros la certeza de una futura vida feliz. Y ¿para alcanzarla? El amor... Y vuestros ojos mirarán todavía con amor a los que os sanaron para siempre con amor. El perfume de las cosas en el jardín de Nazaret...
– “Immi, ¡en tu paraíso tendrás miles y miles de rosas muy perfumadas!”
Y quizás ahora mi Madre os manda un poco de ese perfume.



LA PALABRA CONTINUA...




domingo, 27 de noviembre de 2011

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASIS



Señor, hazme un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, siembre yo amor;
donde haya injuria, perdón;
donde haya duda, fe;
donde haya tristeza, alegría;
donde haya desaliento, esperanza;
donde haya sombras, luz.


¡Oh, Divino Maestro!
Que no busque ser consolado sino consolar;
que no busque ser amado sino amar;
que no busque ser comprendido sino comprender;
porque dando es como recibimos;
perdonando es como Tú nos perdonas;
y muriendo en Ti, es como nacemos a la vida eterna.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Señor me has mirado a los ojos...


La nada no existe sino en el corazón árido de las criaturas sin fe...


¡Mis criaturas!
¡Nadie se desvanece en la nada! La nada no existe sino en los corazones áridos de las criaturas sin fe: la nada está en aquel que no cree y se siente solo, sin ninguna meta.
El hombre llega a la tierra de paso, para ser probado, tiene los medios para creer, si quiere, tiene mente y corazón.
El que se pierde y no en la nada, sino en la tiniebla eterna, se pierde por su voluntad, porque Yo, Jesús, vine para traer la Redención, para que no se pierda ninguno en las tinieblas.
¡Para todos es la prueba, todos tienen el modo de salvarse, a todos se les ha revelado la Verdad!

No todos quieren entender esta Verdad Mía, la que dejé y que vuelvo a recordar en el tiempo a través de Mis instrumentos. Quien se pierde lo hace por su voluntad: he ahí el libre albedrío. ¡Quien se salva lo hace por su voluntad, en la Mía! Yo vine a la tierra en aquel tiempo para que todos vinieran a Mí.

Mi Pasión para hacer comprender que el dolor es vida, Mi muerte en la Cruz, para tomar sobre Mí los pecados de la humanidad, Mi resurrección para decir a todos, y ahora también a ti, y a ti, y aun a ti: ¡resucitarás luego de tu prueba terrena!
¡Y si hubieres cumplido Mi voluntad, si hubieres amado, si hubieres dado, si fueres pobre de espíritu y rico en gracia, resucitarás en Mí, en el Padre que es luz, en el Espíritu que es amor!
¡Entonces, nadie se desvanecerá en la nada si me siguiere!
El que me sigue y camina en el sol, Mi sol es la fe, no se desvanecerá.
El que no ha hecho lo que Yo deseo y por vosotros lo deseo, por ti, y también por ti, el que no ha querido seguirme, el que no Me ama, el que Me traiciona, el que traiciona, no tendrá la vida en Mi Reino, pero nadie se desvanece: cada uno recibe el premio o el castigo, ya que la Trinidad es amor infinito, infinita comprensión e infinita justicia.
No obstante, todos han recibido los medios para vivir en Mi Reino: el Reino que ha sido creado también para vosotros que estáis pasando por la tierra. La tierra es un camino...
Y cuando perdéis o, mejor dicho, creáis haber perdido un ser querido, no penséis que se ha desvanecido en la nada. Rogad para que llegue hasta Nosotros, a la maravilla total, y sentidlo junto a vosotros, como sucede en la realidad que no veis, ¡pero que yo sé!

Yo conozco a cada uno de vosotros; Yo os conozco desde siempre y te comprendo también a ti que no crees en Mí, que dudas de Mi realidad.

¡Creerás en Mí, hermano, y Me seguirás, y caminarás Conmigo! Yo te comprendo, y acudo a tu lado para decirte: ¡ama y ten esperanza!

No has venido a la tierra para pasar y esfumarte. En ese caso, ¿para qué habrías sido creado?
No digas que no existe un Creador, no lo puedes pensar, tú comprendes que de la nada, nada puede provenir. Todo es porque la Trinidad es, porque el Creador es.
Y Observa el mundo, las criaturas, el sol, las auroras, los ocasos, las noches... ¡Y mira Mi rostro Mi Pasión, Mi Cruz!

Y mírame resucitado, inundado de luz, mira en tu interior, hermano, y Me encontrarás y Me seguirás.
Y volverás a encontrar a tus seres queridos, que te parecían perdidos, están Conmigo, o caminan hacia Mí, reza, alíviales su camino...
¡Testimonia Mi Verdad, dar la fe y, de tal modo, la esperanza, es caridad, es amor!
Tú ahora comienzas a tener esperanza, luego darás a los demás tu esperanza, y el amor seguirá adelante: ese amor activo que se llama caridad y que Yo deseo de todos, en todas sus formas:
Caridad para los espíritus, caridad para quien tiene menos que vosotros, caridad hacia los enfermos, tolerancia hacia los que no aciertan a amar, caridad hacia el que no os ama... En verdad, os digo tratad de imitar Mi vida: la vida que conduce a la Vida, allá donde no se desvanece en la nada sino que se entra en el mundo maravilloso.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Vuestra fe es la única riqueza

Vosotros, que habéis comprendido que la mía es la única vía, tenéis una gran riqueza: vuestra fe, que vale ciertamente mucho más que tantas y tantas riquezas terrenas. Vuestra fe es la única riqueza; nada vale tanto ni más que ella. Y administradla bien, para que crezca más y más… Es la única riqueza que vale, y que muchos, buscando otras riquezas, la han perdido. Han seguido otro camino y me han abandonado…

Jesús

viernes, 18 de noviembre de 2011

Sálvanos Señor


Por momentos siento mucha pena Mi Señor.
Muchos no creen en tu eterna Divinidad.
Siento una profunda tristeza viendo como muchos van directo al abismo.

Por favor Señor, ayúdanos…

Cuantos Mi Señor peregrinan por la vida fuera de tu Sagrado Corazón.
Cuantos depositan hoy sus esperanzas en maestros contemporáneos.
No conocen tu poder infinito. Te creen hombre sabio y maestro, olvidando que eres Dios. Te ponen a la altura de simples mortales y no valoran el sufrimiento de Tu Cruz.

Mi Señor  ten piedad y misericordia de todos nosotros…

Ayúdanos Señor…

Perdona mi intolerancia a quienes predican una verdad diferente a la Tuya.

Perdóname Mi Señor…

Ten piedad de nosotros, mi Señor…

Mi corazón grita tu nombre. Sólo Tú nos salvarás.

No quiero que nadie se pierda Mi Señor, perdóname Mi Señor por este, mi íntimo deseo, pero la sola idea de que un alma pueda rechazarte me estremece el corazón.

Ten piedad y misericordia de esta pobre alma, Mi Señor. Ten piedad de todos nosotros.

Sálvanos Señor…

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cuando entiendas...


Cuando entiendas que la vida es tan solo un camino a recorrer…
Cuando entiendas que todo lo que deseabas tener nunca te conformo como pensabas…
Cuando entiendas que todos tus logros no son tan importantes como creías…
Cuando entiendas que las cosas simples te pueden llenar de emoción…
Cuando entiendas que la verdad es una sola…
Cuando entiendas que tus muertos solo están fuera de tu vista…
Cuando entiendas que el dolor es necesario…
Cuando entiendas que es más grato perdonar que vengarte…
Cuando entiendas que no necesitas más de lo que ya tienes…
Cuando entiendas que se puede ser pobre pero honorable…
Cuando entiendas que se puede ser rico pero digno…
Cuando entiendas que la fe y la esperanza son más importantes que la felicidad…
Cuando entiendas que perdiste tanto tiempo buscando lo que dentro de ti estaba…
Cuando entiendas que la tierra no es tu casa…
Cuando entiendas que nunca estuviste solo…

Cuando todo eso entiendas, entenderás un poco más a Dios. El resto seguirá siendo un divino misterio.

Entender nos puede llevar toda una vida, o simplemente un instante.

Solo depende de ti…

lunes, 14 de noviembre de 2011

A través de estas palabras Mías Me conocéis mejor...


A través de estas palabras Mías Me conocéis mejor. Me sentís junto a vosotros y, en vuestro interior, infundo en vosotros serenidad y paz, os doy el coraje para aceptar las pequeñas y las grandes cosas de vuestra jornada. 
Estas palabras no podrían brotar de la fantasía humana, os dejarían indiferentes, mientras que así notáis la Verdad y no la olvidáis jamás! ¡Yo no hago cosas inútiles! ¡Mis dones no son inútiles! ¡Son necesarios para el mundo de hoy, de esta época vuestra en la cual tantas cosas provenientes de la voluntad de los hombres hacen difícil la vida, y tantas cosas queridas por Mí os elevan el espíritu!
Los dolores os elevan el espíritu¡
Y vosotros, en el dolor aceptado, mejoráis y servís de ejemplo. Y Yo no os abandono en vuestro dolor aceptado. Me manifiesto, y una vez más os digo: ¡el dolor es un don que la humanidad teme y no comprende en la tierra, es una prueba!
Entre Mis brazos al final de vuestra jornada, Me lo agradeceréis: entonces habréis comprendido.
Amadme: veréis Mi rostro en vosotros, Yo nunca os abandono y puedo, inclusive, mostrarme a veces delante de vosotros: quien Me ama, me amará mejor, y quien no Me conoce ni Me ama, Me amará. 
Yo puedo cambiar un alma en una hora, en un instante, y siempre por amor!
¡He venido a traer la Palabra, es decir, el camino de la Vida para todos; no querría perder ni siquiera una criatura, hago todo por vuestra salvación, por esto os hablo también a través de un alma!
En verdad, una vez más os digo:
para Mí, Jesús, cada uno de vosotros es como si fuera el único en la tierra, en todos los tiempos, en Mi corazón.
¡Sé amar con amor divino!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Os espero allá, donde me devolveréis la Cruz...


Mis ovejitas vueltas a encontrar Me harán salvar otras ovejitas Mías.
Yo amo a quien ha vivido, ha conocido y ha sufrido, puesto que he querido para ellos todo eso, para hacerles llegar hasta Mí.

Para hacerme comprender.
No Me busca ni Me comprende quien vive para las cosas materiales, quien busca en lo pasajero alegrías que después no existen.

Mis ovejitas rescatadas, os he dado la carga de Mi Cruz, para que vosotros, trayéndola de nuevo hasta Mí, reencontrarais Mi rostro, volvieseis a sentir Mi voz.



Os presté la Cruz para haceros volver a Mis brazos, para salvaros.
¡Cuán querida Me es la Cruz, ya que ha podido salvar a muchos!

Y eso que tengo más querido Yo lo regalo a quienes más quiero.
¡No lloréis por vuestra Cruz, es la Mía!

¡Dad por ella gracias, os ha madurado, os ha espiritualizado, os conducirá a la casa del Padre!
Y entonces comprenderéis el valor de aquel Madero, el valor de esa carga que habéis sabido llevar sin equivocar el camino.
Y entonces estaréis entre Mis brazos.

Os espero allá, donde Me devolveréis la Cruz.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Tomas de Kempis


¿Qué aprovecha tener cuidado de lo que está por venir, sino para tener tristeza sobre tristeza? Bástale al día su trabajo. Vana cosa es  y sin provecho, entristecerse o alegrarse de lo venidero, que quizá nunca acaecerá.

Busquen los hombres la gloria de entre sí mismos, yo buscaré la gloria que procede de sólo Dios; porque toda gloria humana, toda honra temporal, toda la grandeza mundana, comparada con tu eterna gloria, es vanidad y locura.

jueves, 3 de noviembre de 2011

La sabiduría de la vida y la muerte



Mateo 25, 31-46

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme. Entonces los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?. Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis. Entonces dirá también a los de su izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces dirán también éstos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos? Y él entonces les responderá: En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.

martes, 1 de noviembre de 2011

Las bienaventuranzas


Mateo 5, 1-12

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos posseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.